-Sal del auto, infeliz, voy a matar a todos tus secuaces y
quiero que veas esto... –Dice Luz bajando de golpe del auto.
Por esa misma calle se acercan los secuaces de Gokú.
-He, creo que nuestra mujer está viniendo por la calle...
–Dice un tipo.
-¡¡¡No tiene armas!!!
-Pobre estúpida...
Luz avanzaba hasta quedar frente a frente a los tipos.
-Caballeros. –Dice sonriéndoles. -¿No se dan cuenta de que hay
que resguardarse de la lluvia?
-No está lloviendo, hermana.
-¡¿Están ciegos?! ¡¡Está lloviendo sangre!! Pero vayamos al
grano, la sed obscurece mis venas... hay un reloj que nunca suena, vamos,
háganlo, dispárenme... no traigo nada de armas... –Dice Luz despojándose de su
chamarra negra y quedando con los brazos extendidos en forma de cruz frente a
ellos.
-¡Ho, amiga! ¿de verdad quieres morir?
-Es lo que mas anhelo... –Dice ella mientras lagrimas cruzaban
su ya herido y cansado rostro.
-Seguro que esta gatita tiene su piel muy suavecita...
-No tiene gracia, esta infeliz ha matado a Piccoro...
-Si. –Dice Gokú. –Si, eres la misma idiota del año pasado que
se volvió loca por los balazos en la cabeza... JA, JA, JA, JA, JA, ¿Ultimas
palabra fantasma?
-La obscuridad me inpidió ver... –Dice Luz riendo.
-Si... y por ella..
Luz se carcajeaba al momento en que todas las balas de los mal
vivientes se unian a ella.
-No es la muerte si la rechazas... –Gritó Luz.
-¡Ho dios! –Exclamó un sujeto al ver que Luz difícilmente se
estremecia al contacto de las balas.
-¡¡¡Q-quietos!!! ¡¡E-es un truco...!!! ¡No puede ser real...!
–Exclama Gokú aterrado igualmente.
En ese instante una densa cortina de obscuridad rodea a Luz
quien desaparece ante la vista de todo y de todos...
-¿¡Que!?
-Diantre...
-¡¡¿Dónde se ha metido?!!
-¡¡Aquella sombra, de ahí!! ¡¡La veo!!
-¡¡¡No, por ahí...!!!
-Alguien ha visto...
Ninguno de ellos sa había dado cuenta de que Luz estaba
justamente detrás de ellos, se hacerca lentamente a un tipo por la espalda,
todos escuchan un leve quejido un fuerte crujir de huesos y el sonido de un
cuerpo que cae para no levantarse jamás..
-Cuidado con la noche... pues ofrece la llave que abre de par
en par sus puertas a las emanaciones corrompidas de las almas perdidas.. –Dice
Luz disparándole a un seujeto con el arma del hombre que acababa de liquidar...
con un velóz movimiento dá un codazo hacia su retaguardia golpeando el cañón de
una escopeta que empuñaba un sujeto, el codazo es tan fuerte que por inercia se
introduce en la boca del tipo que sin desearlo jala del gatillo volándose la
cabeza solo.
Una densa obscuridad lo cubrió todo alrededor de los tipos,
todo era obscuridad, gritos, disparos y clemencias... Gokú en medio de la
penumbra alcanza a ver como Luz traspasaba a un sujeto con una navaja, lo
levanta por los aires y lo azota inclementemente contra un psote.
-Esta sociedad... –Dice Luz. –Absuelta... consagrada...
santificada... poseída por el diablo... es como una bandada de cuervos negros
en las penumbras fibras de su arbol interno... le sumergió en un último pozo...
y... ocupando su lugar... le mató... –En ese instante un escopetazo la hace
saltar un trozo de hombro a Luz, el escopetazo es acomodado por Gokú.
-Maldita seas...
-Ho, ratas de cloaca, son tan fieles que me sonrojo hasta los
huesos... ¡¡Nunca dejan de morir por mi!! ¿Mordiscos de amor, Gokú? –Dice Luz lamiéndose
su herida del hombro.
Luz con gran rapidez golpea a todos los tipos matándolos solo
con sus manos... a pesar de que ellos traían armas les era imposible
defenderse.
-Vamos, chicos, este no es el monte Calvario... –Dice Luz
sonriendo de placer.
-¡¡¡Apártate de ahí, maldita hija de toda tu...!!! –Blasfema
un tipo dándole un balazo a Luz justo en la vena que atraviesa el cuello, Luz
voltea y se le queda mirando...
-Nada que hacer pequeño... -Dice Luz poniééndose en pie y mostrando su imponente
estatura ante el espantapájaros que tenia enfrente. -¿Asustado? –Pregunta Luz
mirándolo fijamente.
-N-no...
-¡¡¡Pues deberias estarlo!!! –Grita Luz quien lo sujeto por
los cabellos con su mano izquierda y de forma sorprendente lo azota contra la
pared dejando al pobre diablo clavado en esta. –Ultimo aviso, si alguien quiere
que llame a la policia que levante la mano...
Las palabras de Luz retumbaban en los oidos de Gokú quien aterrado
corre hasta su auto negro.
-¡Paso de esta pesadilla...! ¡Me largo! –Dice abordando el
auto. –El cinturón, Piccoro, es la ley... ¡Apestas! Bueno Piccoro, ¿qué dijo la
mujerzuela?
Gokú ni tardo ni perezoso arrancó su auto en frenética carrera
saliendo a toda velocidad.
-¿Sabe Gokú adonde va? No... no lo sabe... pero... yo si lo
se... –Dice Luz abordando un auto deportivo Rojo como el que tenía en vida.
Continuará...