Salvación



 

 

-Hasta luego, Detroit, tengo algunos colegas en Flint, la pesadilla andante nunca me encontrará ahí... –Pensaba Gokú pisando el acelerador de su auto negro. –Maldita sea Piccoro! Deja de caerte encima de mi... ¡me estas enfermando! Debería parar y deshacerme de ti pero no pienso aminorar el paso por nada del mundo... esa mal nacida nunca me va a... atrapar...

Gokú estaba desesperado, tenía miedo de morir... ¿qué haría? Ella era invencible, había liquidado a todos sus hombres fácilmente, ahora seguía el... era el único que faltaba, era el mas culpable de todos, ¿cómo se defendería de un fantasma de muerte que venía por él?

-¡¡Que suerte tan perra!! –Bramó. –Voy mal... camino equivocado... aquí es donde hace un año... Ho Dios mío... Hace un año...

Los recuerdos invaden la mente de Gokú al instante en que el parabrisas se obscurece impidiéndole ver nada...

-¡¡¡¿Qué?!!! ¡¡¡Maldita seas!!! –Grita Gokú cuando el auto de Luz golpea el suyo.

-Gokú sale volando con todo y auto, por una puerta, intenta salir pero la inercia del auto lo arrastra y el auto y todo su peso caen sobre la humanidad de Gokú quien da un fuerte alarido de autocompasión.

-Uuuuuufffffff... Dios... ooohhhh... Dios... Ay, señor... tengo las piernas hechas polvo... Ho... Jesús... –Gokú suplicaba como los cobardes hasta el momento en que vio aproximarse a Luz. ¡¡¿Y bien?!! ¡¡¡Vamos!!! ¡¡Hazlo!! Maldita... eres una perra...

-Oye, Gokú... ¿cuántos Ángeles pueden bailar en la cabeza de una aguja?

-Maldito acertijo, no lo se...

-Depende de la melodía...

Luz saca un martillo el cuál brilló en medio de la obscuridad como guiñándole el ojo a Gokú...

 

-¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOO!!!!!!! –Gritó Gokú abriendo los ojos y descubriendo que estaba en el auto negro, a su lado, el cuerpo de Piccoro reposaba, como si durmiera. –Dios... todo fue un sueño... gracias al cielo. –Dice Gokú aliviado. –Bueno, Piccoro... ¿Qué dijo la mujerzuela? –Pregunta Gokú intentando despertar a su amigo.

Piccoro voltea hacia Gokú mostrando hileras de afilados colmillos y ojos rojos como la sangre, Gokú sale aterrorizado del auto y observa a su alrededor, ya no se encuentra en la ciudad, solo en una enorme y aterradora sala de Obscuridad, cuando Piccoro sale del auto Gokú le apunta con su pistola y le dispara en repetidas ocasiones sin hacerle prácticamente nada... es entonces cuando a su alrededor comienzan a salir varios tipos los cuales Gokú reconoce como sus amigos asesinados por Luz, todos muestran los mismos rasgos de Piccoro y se abalanzan sobre Gokú quien disparaba una y otra vez hasta que sus balas y suerte se terminan, Gokú corre y se pega en una pared y al no ver ni oir nada piensa que esta a salvo... pero unas manos podridas salen de esta pared y los sujetan con fuerza de sus pies y manos impidiéndole mover un músculo, al momento que Vegeta, Gohan, Latis, Marina, Anahís, Trunks y Picor avanzaban contra el.

-Noooooo!!!!!! ¡¡¡¡¡Cuánto durará esta pesadilla!!!!!

Es entonces cuando la voz de Lucy, la amada de Luz resuena en toda la galería diciendo y repitiendo una y otra vez “Para siempre... y eternamente...” mientras Gokú Gritaba una y otra vez al momento en que la obscuridad lo cubría todo a su alrededor...

 

 

Los árboles nevados y secos hacían brillar de sobre manera el cementerio, las tumbas blancas y grises, los monolitos de aquella necrópolis hacían sentir la paz inmensa de la muerte a todo alrededor, dos tumbas enmarcadas y una sombra que llegaba hasta posarse sobre una de ellas.

-Hola, Lucy, se acabó, princesa... vuelvo a tu lado.

Luz se sienta sobre una tumba y se apoya en una lápida, el epitafio: “No está muerto todo lo que puede yacer eternamente y con evos extraños aún la muerte puede morír” sobre este epitafio estaba el nombre de Luz, por primera vez en mucho tiempo sentía paz en su alma, se sentía tranquila, feliz y llena de paz... Luz levanta la mirada y una nube se disipa dejando al descubierto una hermosa y brillante luna llena.

-Amor... –Se escuchó una voz.

Luz abrió sus ojos al reconocer aquella voz.

-Amor, ¿recuerdas cuando dijiste mia? Y yo dije para siempre... tu dijiste ¿solo para siempre? Pues ahora tenemos la eternidad...

Luz se levanta y observa a Lucy, su amada, transformada en un ángel que extiende sus brazos, Luz corre desesperada hacia Lucy, la abraza, la besa... mientras de sus ojos corrian lagrimas de infinita felicidad...

-¿Mia? –Pregunta Luz llena de alegría.

-Para siempre. –Dice Lucy sonriéndole dulcemente.

-¿Solo para siempre? –Vuelve a preguntar Luz sin poder creerlo.

-Para siempre... y eternamente... -Dice Lucy mientras da un beso suave y profundo en los labios, en ese instante ambas comenzaron a elevarse puesto que las alas de Lucy comenzaban a moverse con la intención de transportarlas a ambas al paraíso... juntas por fin... juntas... por toda la eternidad...

 

 

Fin...