El Fantasma de la Opera.

 

Capítulo 7

 

 

Miré el escenario vacío, Paris continuó tocando y nuevamente llegó el momento en que la cantante debía comenzar a cantar.

 

Piensa en mi,

Piénsame tierno,

Fue un adiós no más.

Recuérdame de vez en vez.

Promete que lo harás.

 

Al partir

Y libre has de partir,

Cuando tu ya no estés aquí,

Si encontraras un momento.

Piensa un poco en mi.

 

Vi a Lucy aparecer en el escenario, llevaba un vestido de color blanco que caía con gracia al piso, en el centro llevaba un medallón rojo y hacía juego con los encajes y la pedrería dorada y roja que adornaban el vestido con mucha sencillez, me alegré increíblemente en ese momento al borde de las lágrimas y me sorprendí cuando por fin llegó el momento en el que Raoul el personaje que hacía pareja con Christine comenzó a cantar.

 

¿Puede ser?

¿puede ser Christine?

¡Bravo!

Tiempo atrás.

Fue tanto tiempo atrás,

¡Joven candor que un día sentí!

Tal vez ella no recuerde

Pero yo a ella sí.

 

Me sorprendí de sobre manera al ver que se trataba de nada más y nada menos que Latiz, volteé a Anaís y ella me correspondió con una sonrisa.

-          No te parecía extraño que estuviera en todos los ensayos y que faltara uno de los suplentes en la rueda de prensa además de Lucy. - me dijo para que yo misma sacara mis conclusiones.

-          El es un suplente.

-          El experimento de Aguila era con una voz femenina y una voz masculina - continuó sonriendo Anaís.

Parpadeé confundida y volteé a ver el escenario, Latiz de pie en el balcón montado en el escenario admiraba a Lucy como si de Christine Daáe se tratara.

 

Nuestro amor

Que entre los dos creció,

Triste y marchito lo sentí,

Más prométeme

Que a veces.

Pensarás en mí.

 

La música terminó la escena y Lucy caminó hacia una de las esquinas donde a una velocidad increíble se cambiaba el escenario poniendo un tocador que representaba el cuarto de Christine, Raoul llegó a felicitarla y la escena de la primera aparición del fantasma suplente se llevaría acabo.

 

Los dos extraño dueto hemos de hacer...

Y sobre ti tendré mayor poder...

Y aun cuando tu mirada huya de mi,

Fantasma de la Opera soy yo

Dentro de ti.

 

Quien ya tu rostro vio terror sintió,

Yo soy tu máscara...

 

Y a mí me oyó.

 

Tu/Mi Espíritu y tu/mi voz

Fundido aquí:

Fantasma de la Opera soy yo/eres tú

Y estoy/estás en ti/mi...

 

 

-          Ese no es el suplente - escuché a Anaís hablar, como si lo hubiera pensado en voz alta.

-          Qué?!

-          La voz de Gustavo no es esa, ese no es el suplente ni tampoco el estelar que interpretan el fantasma - Anaís volteó a verme.

-          Eso quiere decir...

-          Que es otra persona.

Tragué saliva al pensar en las posibles opciones del usurpador del fantasma y cerré los ojos al sentir un escalofrío recorrer mi cuerpo.

-          Y pensar que todas estas personas no saben que están viendo una representación mucho más real de lo que piensan - Anaís asintió ligeramente a mis palabras.

 

La escena en la que Christine era raptada se llevó a cabo y todos teníamos esperanza que nada malo ocurriera. No vi a Lucy en toda la obra, cuando salía detrás del telón desaparecía, la escena de la desgracia de Carlota en la que su voz sonaba como rana no tuvo ninguna interrupción, pero... creo que el fantasma no estaba preparado para la siguiente escena que apareció después de eso.

Lucy y Latiz aparecieron tomados de la mano, la chica llevaba un abrigo sobre el vestido y Latiz no la soltaba en ningún momento cumpliendo en demasía su papel de Raoul.

 

No hables de tinieblas,

Olvida tu terror,

Ya nada irá a dañarte,

Mi voz va a serenarte.

 

Deja que te libre,

Tu llanto al día secar,

Yo estoy aquí, a tu lado,

Soy guía de tu cuidado.

 

-          No puedo creerlo - susurró Anaís.

-          Qué sucede?

-          No lo has notado, en antiguas versiones parisinas Christine era separada del fantasma por otras razones, el siempre entregaba a Christine en los brazos de Raoul para salvarla, pero esta versión Londinense es diferente, ellos se conocen y se aman, el fantasma no es más que un simple maestro para ella.

-          Eso quiere decir que el fantasma esperaba que al final Christine se quedara con él

-          Es probable.

-          Entonces la frase "deja que te libre" se refiere no sólo a la obra verdad? Latiz le está pidiendo a Lucy que regrese con él.

-          Así es, pero no sé como reaccione "él" - Volteé a ver la escena.

 

Di que me amas en mis despertares,

Tráeme aquí con plática estival,

Di que te hago falta hoy y siempre,

Si es verdad prométemelo así,

No pido más de ti

 

Déjame arroparte,

quiero ser la luz

aquí nadie ha de hallarte,

tu miedo va a dejarte.

 

-          Realmente Latiz le está pidiendo a Lucy que se quede con él le está pidiendo que lo deje protegerla del fantasma. – Anaís asintió.

 

Libertad deseo,

Sin más oscuridad,

Y tu siempre conmigo,

Tus brazos son mi abrigo.

 

-          Lucy le está respondiendo de igual forma. - agregó Anaís.

 

Y di que me darás tu amor, tu vida,

Déjame borrar tu soledad,

Di que te hago falta aquí, a tu lado,

Donde vayas yo me iría por ti,

Christine, no pido más de ti.

 

Di que me darás tu amor, tu vida,

Sólo dilo y yo te seguiré.

 

Me darás tus noches y tus días.

 

Di que me amas...

 

Sabes que sí...

 

Dilo,

No pido más de ti.

Donde vayas yo me iría por ti,

dilo,

no pido más de ti.

 

Sonreí al ver que Lucy y Latiz salían del otro lado del escenario tomados de la mano y sonriendo, mirándose a los ojos.

Pero el ángel que colgaba del techo descendió un poco y la figura del Fantasma se hizo presente oculta descansando sobre las alas del adorno angelical, miré con algo de terror la figura.

 

A tu canto di alas,

Mi música te di,

Y así tu paga entregas:

Traicionas y me niegas.

El tenía que amarte

Si te oía cantar...

Christine...

Christine...

 

Di que me darás tu amor, tu vida,

Sólo dilo y yo te seguiré,

Me darás tus noches y tus días...

 

¡Yo maldigo el día que te creí,

sólo eso yo pedía de ti!

¡Ahora!

 

-          No sé si el fantasma tenía planeado esto o le ha caído de sorpresa. - dijo Anaís.

-          No sé Anaís. - fue lo único que acerté a decir pensando al respecto.

 

La siguiente escena era peligrosa el candelabro se precipitaría hacia Christine como muestra del enfado del Fantasma, creo que realmente estaba molesto ya que en las pasadas representaciones el candelabro no pareció abalanzarse con tanta fuerza y esta vez Latiz apenas tuvo tiempo para salvar a Lucy de una tragedia real, tragué saliva nuevamente y respiré profundamente al ver que no había sucedido nada, aunque me doliera admitirlo no podía entrar en el escenario, ninguno de nosotros podía intervenir en lo que se desarrollara en el escenario.

El descanso llegó y Lucy desapareció como si se hubiera vuelto de aire.

-          Latiz qué sucede? - preguntó Anaís.

-          Lucy está bajo hipnosis o algo así, lo supe cuando vi sus ojos.

-          Quieres decir que la tienen hechizada.

-          No sé, pero reaccionó cuando la miré a los ojos - Latiz volteó a ver el escenario. - Lo descubriremos en el segundo Acto - con esto dio media vuelta y levantó la mano en señal de despedida dejándonos a todos en la expectativa.

 

La siguiente escena se desarrollaba algunos años después de la desgracia del candelabro, el fantasma había desaparecido junto con todo lo que su presencia indicaba, la pareja se había comprometido después de eso y en esa primera escena Christine tenía miedo todavía de la sombra del fantasma, más aun cuando reapareció como un amenaza, la obra indicaba que había cometido un asesinato en el primer acto y en el segundo habría otro poco antes del rapto definitivo de Christine, esta escena lució más real de lo esperado, la ilusión del lago encerró a Christine en una prisión de agua cuando el fantasma la llevaba a su guarida mientras que Raoul no sabía que podía hacer para rescatar a la chica, todo era confusión y es cuando el fantasma regresa a su guarida cuando comienza el intento desesperado por salvar tanto a Christine Daáe como a Lucy Shidou de las manos del fantasma.

 

 

Ya pasó el umbral final,

Ya no hay pasado,

El juego de apariencias terminó.

 

Ya no hay “cuándo” ni “porqué”,

No te resistas,

No pienses, a este sueño abre tu ser.

 

Ya pasó el umbral final,

Ya no hay retorno.

¿Qué cálidos secretos se abrirán?

Pasando ya el umbral final.

 

Me has traído

Al instante en que no hay que hablar,

Al momento en que el habla

Se torna en silencio,

Silencio.

 

Yo he venido

Sin saber todavía por qué,

En mi mente

Lo había imaginado,

Dos cuerpos en uno

Inerme y callado,

Y ahora contigo estoy,

No más pensar,

Lo he resuelto,

Resuelto...

 

Ya pasó el umbral final,

Ya no hay retorno,

Cruzando el puente veámoslo arder,

Pasamos el umbral final...

 

Christine presa en la guarida del fantasma, escuchaba el alboroto que se desarrollaba a lo lejos por todos los actores y demás personas deseosas de aniquilar al asesino.

 

Hikaru Shidou.

2 de junio del 2001