Un nuevo mundo
6: Donde van tres...

-Todos los guerreros de mi familia han sido temidos por los enemigos, y los dominamos en poco tiempo, pero se llevaron a mis dos hermanos... y sólo quedo o en todo el planeta, pero no quiero arriesgarme a otra invasión-

-Pero si sólo queda éste oasis- dijo Yuugi -¿Por qué tener un ejército?-

Neneptha lo miró.
 
 
 

-Y ahora en vivo y en directo, la final del torneo de cartas intercambiables con el campeón del año pasado, Yuugi Mutou, contra Einshi Sadamoto... – anunciaba una presentador en la televisión.

-Espero que gane ése chico Yuugi- dijo Fuu en su casa – juega muy bien.

-Seguro que ganará- afirmó Umi en la suya –Ése chico es un testarudo en esa competencia, dijo la profesora-

-Así que podemos seguir viendo las noticias- terminó Hikaru en el dojo.
 
 
 

Neneptha desenrolló un pergamino viejo delante de los cuatro, y señaló el pie; había unos kanjis en japonés escritos en verde.

-Aquí está la solución, pero nunca la desciframos; no conocemos éstos símbolos extraños... –

-Es japonés- dijo Fuu, leyendo –y la solución es... ¡caramba!-

-¿Qué, qué?- preguntaron Hikaru y Umi, tratando de leer.

-La solución es una carta creada por el corazón, pero no puedo leer está manchado... Ah, sí, “Destino” pero sólo se crea cuando deseas algo intensamente... -

-¿Ésta?- preguntó Yuugi, sacándola de sus ropas, y mostrándosela.

Neneptha casi se cae de la impresión, y cuando por fin pudo hablar, estaba tan nervioso que no se le entendía. Pero Yuugi sabía lo que quería decir.

-La encontré en un lugar lleno de niebla... no sé dónde-
 
 
 

El mahoujin no era fácil de trazar, pero hacerlo con arena era todavía más difícil, así que demoraron bastante en hacerlo. Cuando por fin terminaron, Umi tuvo que tener mucho cuidado de no pisar ninguna línea; y aunque no entendieron lo que decía Neneptha, cuando el símbolo mágico y la carta comenzaron a brillar, entendieron que funcionaba. Perdieron a Neneptha de vista en el remolino de luz, y sintieron que se elevaban, y que luego caían, caían, caían...

 
 

Y los cuatro se despertaron.

-Qué sueño tan raro... – dijo Umi, levantándose de su cama.

-Se sentía real- dijo Hikaru mientras sus hermanos la miraban sin entender nada.

-Y ése chico... – dijo Fuu, al despertar.

-Fuu era muy linda, y no se lo dije... –exclamó Yuugi, deprimido –quiero volver a soñarlo.

Las habitaciones estaban ordenadas, no había nada roto, y nadie recordaba a los guerreros egipcios, ni en Tokio, ni en Japón.
 
 

-Así que ése es su destino... – suspiró Neneptha, mirándolos a través de su espejo -Que les vaya bien en su vida- dijo, y acarició la cabeza de su clon, que, con quince años de edad, estaba a su lado.
 
 
 
 
 
 
 

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