Dancing Elf
Kyrie
(12:45)
“Una
flor que muere una vez, no puede abrir sus pétalos por segunda ocasión... Los
humanos, pájaros e insectos… incluso las estrellas brillantes, son cosas que solamente
tienen una vida…”
“Las
flores se abren para luego marchitarse… Las estrellas brillan y tarde o
temprano se extinguen… aún a éste planeta, la Tierra, a nuestro sol, a nuestra
galaxia, la Vía Láctea… Incluso al universo que sigue creciendo tarde o temprano
el tiempo de morir les llegará…”
“Aunque
en ese breve momento nacen las personas… experimentan el amor… sufren el odio…
ríen… lloran… luchan… sufren y son heridos… se levantan… vencen… son
derrotados… se alegran… se lamentan… y finalmente… todos somos cubiertos por la
muerte… que llega a cubrirnos con su manto de reposo eterno… con su abrigo… de
eterna paz… y tranquilidad…”
“SHACKA,
SANTO DORADO DE VIRGO”
“La
Saga de Hades”
nahís contemplaba
a Lucy, mirándola descansar luego de su terrible confrontación consigo misma,
era extraño, pero Lucy siempre había sido la más fuerte de las tres, y de todos
sus conocidos, Anahís era a quien más quería… en cierto modo le dolía ver a
Lucy pasar por esa terrible situación, le dolía mucho sentirse impotente para
prestarle auxilio a una situación que debía de librar ella misma… le dolía en
extremo añorar salvarla, como tantas veces ella la había salvado… le dolía el
sentir que no podía hacer absolutamente nada para prestarle ayuda… lo único que
sí podía hacer era prestarle todo su apoyo incondicional, aunque de sobra sabía
que no podía ayudarle mucho con sólo eso… Suavemente, Anahís tomó la mano de
Lucy y la estrechó afectuosamente… un par de lágrimas corrieron por sus blancas
mejillas… Eran lágrimas de anhelo y de impotencia… por desear hacer algo por su
amiga… y no poder hacer nada… de estar maniatada por las reglas de Gurú-Clef
que les había dicho que Lucy era la única que podía librar esa batalla… de
vencerse a sí misma… y así conseguir esa paz espiritual que tanto necesitaba…
de lo contrario… Lucy perecería… Lucy era la única que podía despertar esa idea
que la ayudaría a ser libre de esa parte obscura que tanto había martirizado su
vida desde que llegó a ella.
~
Lucy… quisiera poder hacer algo por ti… sé que debe de haber un modo de
ayudarte… sé que debe de haberlo… Dios mío… quisiera saberlo… quisiera conocer
el modo de liberarte de esa pesadilla… En verdad lo deseo. ~ Murmuró Anahís
sollozando.
Pero Lucy no le respondió… es más… ni
siquiera la escuchó… estaba agotada… había logrado recuperar su espada tras una
aguda crisis personal… y espiritual… Lantiz le había dicho que una figura
femenina, idéntica a Lucy le había dicho que iba a terminar con Lucy… Lantiz no
conocía a la parte obscura de Lucy… pero él supuso que esa chica sería la parte
negativa de su amiga… no estaba equivocado…
Y es que esa persona era la causante de
la mayoría de los dolores de cabeza de la pobre Lucy… Luz…
Anahís en verdad odiaba a Luz con todo
su corazón… ella nunca había sentido odio por nadie… pero si a alguien había
llegado a odiar verdaderamente, era a Luz… ella era la responsable de que Lucy
ya no sonriera igual que antes… Aquella dulce e inocente sonrisa que tanto le
gustaba a Anahís había desaparecido.
~ Te está matando en vida… Lucy… ~
Murmuró nuevamente Anahís sin contenerlas lágrimas que luchaban por salir.
Anahís caminó por todo el Palacio,
hasta llegar a los aposentos de Gurú-Clef, ya ahí caminó directo hacia él quien
la miró extrañado de su presencia…
~ ¿Anahís? ¿Qué haces aquí? ~ Preguntó
Gurú-Clef.
~ Vine a preguntarte sobre qué puedo
hacer para ayudar a Lucy… me duele verla así… y no puedo permitir que ella
luche sola… ella me ha ayudado bastantes veces… y ahora que es mi oportunidad
dices que no puedo servirle de nada… yo sé que algo puedo hacer por ella… sólo
dime qué… y lo haré… por ella…
Gurú-Clef la miró solemnemente, miró
sus ojos verdes… aquellos ojos que decían que no podía hacer nada por
persuadirla de su idea…
~ Ya te lo he dicho… no hay nada que podamos
hacer por ella… esta es… Su Guerra… ~ Respondió fríamente Gurú-Clef..
~ Por favor… dime que puedo hacer algo
por ella… aunque sea un poco… por favor… te lo ruego… ~ Dijo Anahís
arrodillándose ante Gurú-Clef.
~ ¡Anahís! ¡No hagas eso! ~ Dijo Gurú-Clef
intentando ponerla en pie, cosa que no pudo.
~ No hasta que no me digas qué puedo
hacer por mi amiga… ~ Afirmó Anahís.
~ Pues… la verdad, no es mucho lo que
podemos hacer por ella… casi nada podría decirlo yo… no valdría la pena
hacerlo, además de que te estarías arriesgando en extremo…
~ Ya te he dicho que no importa lo que
sea… lo único que deseo es ayudar a Lucy… aunque sea un poco…
~ Pues… lo único que se me ocurre es
que intentes convencer a Luz de dejar en paz a Lucy… aunque te advierto que ella
no querrá hacerlo de la manera buena…
~ ¿Quieres decir que tendré que luchar
contra Luz? ~ Preguntó Anahís.
~
Sí… aunque tengo que advertirte que te será muy difícil vencer a Luz… Ah, no
debes olvidar que no debes matarla… Si lo llegaras a hacer, Lucy también
correría su suerte…
~ Comprendo… descuida… ¿Y cómo
encontraré a Luz?
~ Sígueme, te mostraré el modo de
rastrear una presencia…
Anahís acompañó a Gurú-Clef hasta una
pequeña sala de estar, ahí, los dos se sentaron frente a una mesa, Anahís estaba
expectante, de ese instante dependía ayudar a Lucy…
~ Cierra tus ojos, Anahís… y
concéntrate… concéntrate muy bien e intenta buscar la presencia de Luz… es
fácil rastrear una presencia, solo recuerda que sientes cuando ella está cerca
de ti… su aroma… su calor corporal… busca en el silencio… los latidos de su
corazón… siente su respiración… escucha el viento. Tú eres el viento… tu puedes
sentirte… jugando con sus cabellos… ¿Puedes sentir tu esencia buscándola? ~
Preguntó Gurú-Clef concentrándose junto a Anahís.
~ Sí… puedo sentir… como fluyo por el
aire… como vuelo a través de la obscuridad y de la soledad… ~ Anahís no
responde más que mentalmente, mientras que dentro de su mente comienzan a
revelarse cientos de imágenes.
~ Dime… Anahís… ¿Qué es lo que ves? ~
Gurú-Clef comienza a comunicarse con Anahís mediante la mente.
~ Veo… veo… un enorme abismo…
~ Arrójate en él, Anahís…
~ Pero… se ve muy profundo… y no sé que
haya dentro…
~ ¿Tienes miedo?
~ S-sí, tengo miedo…
~ ¿A qué le temes, Anahís?
~ A no saber que hay dentro de ese
abismo…
~ No temas, Anahís… dentro de ese
abismo… se encuentra la conciencia de Luz… en ese abismo… está ella…
~ Entonces… tengo que entrar…
~ Hazlo Anahís…
Anahís se vio en visión arrojándose en
medio de ese abismo, claramente puede ver como le brotan un par de magnificas
alas, como las de un halcón en su espalda…
~ Así es, Anahís… abre tus alas al
abismo… siente el aire helado corriendo a través de tu plumaje… siente, Anahís…
siente… como es que tu cuerpo se va sumiendo en las profundidades internas del
ser de Luz…
Anahís volaba entre negruras, y
destellos rojizos, entre abismos y cavernas insondables… sintiendo a la vez
libertad… paradójicamente… encierro… volando entre imágenes inconexas de una
vida obscura… solitaria… y perversa…
Lentamente, Anahís se fue deteniendo a
contemplar las imágenes que se abrían ante ella.
Una niña pequeña, no mayor de siete
años, en medio de un panorama árido, muerto… y obscuro… sollozando inconsolablemente…
eso era lo que Anahís podía ver en su visión… lentamente, una figura obscura se
acerca a esa pequeña niña, acariciándole el rostro con suavidad.
~ Dime, pequeña… ¿Cuál es tu nombre? ~
Escuchó Anahís decir a esa sepulcral voz, la misma voz que vio salir de aquella
bruja que se apareció ante ella y Paris cuando logró escapar del fuerte de
Farem.
~ Mi nombre es Luz… ~ Respondió la
pequeña aún sollozando.
~ Dime, Luz, ¿Estas aquí sola?
~ Sí… no puedo encontrarla… ~ Dijo la
niña al tiempo que en sus hermosos ojitos comenzaban a resplandecer lágrimas.
~ ¿A quién no encuentras?
~ A… a… a Lucy…
~ ¿Lucy? ¿Y quién es Lucy?
~ Lucy es quien me dio la vida… estoy
aquí por ella… yo… fui creada únicamente para ella…
~ ¿Por qué?
~ De donde vengo me dijeron que cuando
viniera a este mundo, sería recibida por una persona buena y dulce que me
amaría mucho… y a la cuál yo debía de amar…
~ ¿Y tú amas a esa tal Lucy?
~ Con toda mi alma… pero… pero… no
puedo encontrarla… ~ Dijo la pequeña al momento en que comenzaba a llorar con
intensidad.
~ Cálmate, pequeña… no llores… yo
conozco a Lucy…
~ ¿De verdad? ~ Preguntó emocionada la
pequeña.
~ Claro… pero ahora ella no está… se
fue de aquí hace tiempo…
~ ¿Qué? ~ Preguntó la pequeña
desilusionada.
~ Sí… y va a tardar mucho tiempo en
regresar…
~ Pero… entonces… yo… ¿Qué será de mí?
¿Quién me cuidará? ¿Quién me amará?
~ Cálmate, pequeña… yo te cuidaré… y yo
te amaré siempre… Lucy te abandonó a tu suerte… porque ella no te ama… ella ama
a muchas personas… es por eso que no tiene tiempo para ti…
~ Pero… pero yo la amo…
~ Sé que así debe ser…
~ ¿Cómo puedo hacer para que Lucy me
ame?
~ Pues muy fácil… si Lucy no amara a
nadie… solo te amaría a ti… y siempre jugaría contigo… ¿No te agradaría jugar
con ella?
~ Ho… ¡¡¡Me encantaría!!! ~ Dijo la
pequeña dando palmadas.
~ Pues… lo único que debes hacer es
deshacerte de todos aquellos a quienes Lucy ama… ellos te roban su atención…
ellos te roban su amor… debes odiarlos… debes acabar con todos… para que así Lucy
no tenga a nadie más con quien jugar… sólo contigo… debes odiar todo lo que
esté junto con ella… odiar a todos los que se le acerquen… odiar a todos los
que ella ama…
~ Los odio… porque por culpa de ellos
Lucy no me quiere… ~ Dijo la niña enfureciéndose más y más…
~ Eso es… ~ Dijo Demonair extendiendo
su larga mano hacia Luz.
~ Eso es… ~ Murmuró Anahís terminando
su visión. ~ Así que esa es la causa por la que Luz nos odia a todos… Dios…
ella no tiene la culpa… sólo… sólo está confundida…
Anahís continuó su vuelo por aquellos
abismos hasta llegar a una aparente salida, Anahís fue cegada por una intensa
luminosidad, y fue ahí donde comprendió que había salido de aquel abismo…
Suavemente, sus alas la hicieron
descender en un suelo color blancuzco, de textura similar al mármol blanco, e
igual de liso y pulido que éste.
A su paso, Anahís descubrió varios
edificios destruidos, recordó entonces que el lugar donde habían batallado
Lucy, Marina y ella en contra de Luz era ese mismo sitio donde pisaba.
~ Esta es la dimensión de Luz… ~ Pensó
Anahís para sus adentros.
Anahís caminó durante largo tiempo,
entre despojos de edificios y metal retorcido formando grotescas imágenes,
rodeada de un sentimiento de incomodidad creciente a cada instante, hasta que
finalmente apareció…
Anahís se quedó parada ante la imagen
que reposaba recostada sobre el suelo liso y blanco, era Luz…
Luz dormía silenciosamente, en todo ese
lugar no había un solo ruido, ni el viento soplaba, lo cual a Anahís le pareció
extremadamente raro, prontamente, aquél silencio logró incomodarla al grado en
que deseó jamás haber puesto un pie en ese lugar.
~ ¿Qué haces aquí, Guerrera Mágica? ~
Escuchó Anahís decir a Luz.
Anahís no respondió nada, solo pudo ver
como Luz se irguió ante ella.
~ Te hice una pregunta… ¿Qué viniste a
hacer aquí? Si viniste a que te matara, pudiste decírmelo antes… bueno, creo
que aunque no lo digas te mataré… ~ Dijo Luz sonriendo fríamente.
~ L-Luz… Yo… sé que estas confundida
debido a lo que Demonair te dijo… pero escucha… yo estoy segura de que Lucy te
quiere… pero es difícil demostrarle cariño a alguien que prefiere atacar antes
de escuchar… si le das una oportunidad de hablar contigo estoy segura de que…
~ ¡¡¡Cállate!!! ¿Así que anduviste
husmeando entre mis pensamientos y recuerdos, ¿He? Bien, te enseñaré a no andar
espiando la vida de los demás…
Luz
se acercó a Anahís quien la miró expectante, deseó moverse, pero no pudo… deseó
desenfundar su espada… pero no lo logró… estaba petrificada en su sitio… sin
poder mover ni un dedo, solo mirando como Luz se le acercaba.
~ Te enseñaré lo que les pasa a las
personas que logran acabar con mi paciencia… Guerrera Mágica…
Anahís cerró sus ojos con fuerza cuando
vio que Luz estaba frente a ella…
Continuará en el Inicio de la Tragedia