LAS GUERRERAS MAGICAS
CAPITULO 13 – EL VALOR DE UNA PROMESA
Krista, el ángel guardián de la Prisión de Cristal, fue, al igual que Nova, un regalo para el pilar de Céfiro mucho antes de la princesa Esmeralda. Después de revelarse contra sus amos, Krista fue encerrada y maldecida en la Prisión de Cristal, en donde tendría que pasar la eternidad sola. Cuando Lucy entró en la prisión encontró a muchas personas encerradas, incluyendo a sus amigos. Naturalmente Krista luchó contra ella para defender su territorio, pero gracias a la ayuda de Zero, Lucy pudo derrotarla, y con ello, sus amigos fueron liberados. Todos estaban allí, pero Anaís, Marina y Latiz aún no aparecían.
Aún estaba lloviendo cuando todos salieron de la Prisión de Cristal, y parecía que el clima empeoraría en cuestión de minutos.
GuruClef: ¿Qué sucede? ¿Por qué habrá cambiado el clima en Céfiro?
Lucy: ¿Es que acaso nunca llueve aquí?
Paris: Desde luego que llueve, pero generalmente el cielo solo se cubre con nubes blancas que sueltan una suave lluvia, pero esta vez es diferente. Me recuerda a las tormentas que había cuando Zagato secuestró a mi hermana.
Mientras hablaban, GuruClef se sintió mareado y perdió el equilibrio. Ráfaga y Caldina lo sujetaron para mantenerlo de pie, pero al parecer GuruClef sufría de un fuerte dolor de cabeza, como si algo lo perturbara bastante.
Lucy: ¿Qué sucede GuruClef?- preguntó muy angustiada.
GuruClef: El castillo… Hay alguien en el castillo…
Lucy: Gildern…- dijo Lucy recordando lo que Krista le había dicho.
Cuando GuruClef se recuperó se apresuraron a llevar a las demás personas fuera del Bosque Dormido, pero fue muy extraño que no se toparan con ninguna criatura en su camino de regreso. Una vez afuera, todas las personas se marcharon con dirección a su aldea, mientras Lucy y los demás analizaban la situación.
Lucy: Tenemos que regresar cuanto antes al castillo.- dijo preocupada- No sabemos que es lo que trama nuestro enemigo. Además, seguro tiene a Marina, Anaís y a Latiz con él.
Caldina: Yo estoy de acuerdo con Lucy. Hay que regresar de inmediato.
Presea: Debemos actuar pronto.
Paris: Yo no pienso quedarme aquí sin hacer nada.
Zero: Y si lo que dijo Krista es cierto, entonces no podemos permitir que ese individuo permanezca en el castillo.
GuruClef: De acuerdo. Usaré mi magia para transportarnos allá.- puso sus dedos sobre su frente y se concentró, pero nada sucedía.
Ráfaga: ¿Que sucede GuruClef?
GuruClef: Hay una aura maligna en este bosque y alrededor del castillo que me impide usar mi magia. Tendremos que buscar otro modo viajar.
Zero: Yo me encargo de eso.
Zero juntó sus dedos y silbó fuertemente y de inmediato, Trin apareció de entre las nubes llevando a Nikona y a Primavera en su espalda. En cuanto aterrizó, todos comenzaron a subir en él, pero Lucy permaneció bajo la lluvia, pues una voz la llamaba.
Rayearth: Lucy…
Lucy: Rayearth…
Rayearth: La batalla final se aproxima. El enemigo al que enfrentarás no estará solo, así que tendrás que usar la fuerza que hay en tu corazón para no ser derrotada.
Lucy: Entiendo. ¿Pero que hay de Marina y Anaís?
Rayearth: Tus amigas se encuentran en otra dimensión, una que el enemigo ha creado para debilitar sus corazones. Pero temo que esta vez no podrás ayudarlas.
Lucy: No puede ser. Estoy segura de que si lo intento podré sacarlas de esa dimensión.
Rayearth: El enemigo conoce a la perfección tus sentimientos por ellas y creó esa dimensión con una barrera mágica que impide que tu voz o tu corazón lleguen a tus amigas. Pero lo más importante en este momento es que llegues al castillo, solo grita mi nombre, no lo olvides.
Lucy apretó sus puños con todas sus fuerzas, no podía creer lo que Rayearth le había dicho, se sentía frustrada al saber que no iba poder ayudar a sus amigas, y con unas lágrimas en sus ojos levantó su espada y gritó el nombre de Rayearth. Un rayo salió de la espada y golpeo las nubes. Mientras la armadura de Lucy cambiaba, las nubes se abrían para dejar pasar al genio carmesí. El rayo que salía de la joya en el pecho de Rayearth cubrió a Lucy, acercándola poco a poco.
Zero: Lucy, veamos quien es más rápido, si Trin o tu genio.- ella aceptó con una sonrisa mientras entraba en Rayearth.
Los competidores se prepararon para avanzar, y cuando un relámpago cruzó el cielo, ambos salieron volando a una gran velocidad. Paris casi se cae de Trin cuando arrancaron, pero Caldina y Ráfaga lo sujetaron del brazo.
Marina: ¡Padre, padre!- gritó al entrar en una cámara del castillo.
Gildern: Creí haberles dicho que no quería que me interrumpieran.
Marina: Ya lo sé, pero mi hermana dice que la guerrera mágica se acerca al castillo, y viene acompañada por otras personas.
Gildern: Y ¿Cuál es el problema? Se supone que con la magia que tienen ahora no será problema acabar con todos ellos.
Marina: Si, tienes razón. Lo siento, no debí molestarte.
Gildern: Esta bien hija mía. Ahora vayan y acaben con esos insectos. Y por si las cosas se ponen difíciles, será mejor que lleves a Luz con ustedes.
Marina: Lo que tu digas padre.
Frente a Gildern, un gran prisma de cristal giraba lentamente. El brillo que despedía el prisma era muy tenue, y se podía sentir un suave calor que venía de su interior.
Gildern: Ahora nada me detendrá. El pilar de Céfiro será destruido y yo me convertiré en el amo y señor de este planeta, y con su poder, el universo caerá rendido a mis pies. ¡JAJA JA JAJA!
A lo lejos, ya se podía ver el castillo de Céfiro, y poco a poco la lluvia fue cesando, hasta que se detuvo. Cuando el cielo se despejo, el brillo de la Luna iluminó la tierra.
Lucy: Ya casi llegamos, esperen un poco más amigas. Latiz…- dijo al tomar el medallón entre sus manos.
Cuando estaban a pocos metros de llegar, fueron atacados por dos hechizos. El primero, un hechizo de agua, atacó a Lucy, quien se defendió con el escudo en su brazo izquierdo. El segundo era un hechizo de viento que se dirigía rápidamente a Trin, pero GuruClef utilizó el escudo mágico para repeler el ataque.
Lucy: Esa magia es…- cerca de la entrada del castillo, Lucy divisó a sus dos amigas.
Olvidándose del ataque que acababa de recibir, descendió al suelo y salió del cuerpo de Rayearth. Estaba muy emocionada y feliz de ver nuevamente a Marina y Anaís. En cuanto toco el suelo, su armadura regreso a la normalidad y Rayearth desapareció.
Rayearth: Lucy… esta batalla deberás librarla tu sola.
Las últimas palabras de Rayearth desconcertaron a Lucy, pero eso no la detuvo en su carrera para reunirse junto a sus amigas.
Lucy: ¡Marina, Anaís, que alegría volver a verlas!
Zero: No te acerques a ellas Lucy.- gritó Zero.
GuruClef, Presea y los demás voltearon a ver a Zero, extrañados por su reacción al ver a Marina y Anaís. Entonces Lucy se detuvo y miró a Zero muy confundida.
Lucy: ¿Qué pasa Zero? ¿Por que me detienes?
Zero: Ellas ya no son tus amigas… son aliadas de Gildern.
Lucy: ¡¿Qué?!
Antes de que Lucy volteara a donde estaban Marina y Anaís, ellas usaron su magia contra Lucy. El resto del grupo descendió de inmediato para ayudarla, pero cuando trataron de acercarse, una flecha de fuego cruzó frente a ellos. Luz también salió del castillo, pero esta vez lucía diferente, tenía la mirada perdida y una expresión de tristeza.
Presea: No puede ser, es Luz.
Caldina: Chicas, ¿Por qué nos atacan? No me digan que se olvidaron de nosotros.- Marina y Anaís rieron al escuchar a Caldina e invocaron sus espadas.
Marina: Nos gustaría explicarles lo que pasa, pero en vista de que están apunto de morir…
Anaís: Solo perderíamos el tiempo.
Las dos chicas levantaron sus manos y otra vez usaron su magia. GuruClef uso su escudo mágico para proteger a Presea, Paris, Caldina y Ráfaga, mientras que Zero se apresuró a usar su escudo para defender a Lucy.
Marina: Muy bien…
Anaís: Pero veamos si pueden contra esto.- Anaís, Marina y Luz se alinearon una al lado de la otra.
Anaís / Marina / Luz: ¡¡Arco Iris Mágico!!
El rayo de colores que se formó por la combinación de la magia de las tres guerreras, destruyó los dos escudos mágicos e hirió a GuruClef y a los demás. Lucy fue la única que salió ilesa del ataque, pues Zero había usado su cuerpo como escudo para protegerla, arriesgando su propia vida.
La batalla se detuvo momentáneamente mientras la nube de polvo que se había levantado por la explosión se disipaba. Lucy levantó a Zero entre sus brazos, pero estaba tan mal herido que había quedado inconsciente al igual que sus demás amigos.
Anaís: Padre tenía razón, esta magia es invencible. Ahora entiendo por que las guerreras mágicas son las únicas que poseen el poder para destruir al pilar de Céfiro.
Marina: Será mejor regresar con nuestro padre y decirle que ya hemos terminado nuestro trabajo.
Luz permanecía sin decir una sola palabra, solo actuaba de acuerdo a las necesidades de Kyra y Fania, pero un pequeño brillo en sus ojos surgió cuando vio que Lucy atravesaba la nube de polvo.
Anaís: ¡Es imposible!
Lucy: Ya basta.- dijo en voz baja con la mirada en el suelo- ¿Por qué hacen esto?
Marina: No se como sobreviviste, pero esta vez te acabaré. ¡¡Dragón de Agua!!
Lucy no se movió de su lugar y al recibir el ataque directamente cayó al suelo, pero se levantó a pesar de sus heridas.
Lucy: No quiero hacerles daño. Ustedes son mis mejores amigas.
Anaís: ¡Cállate! ¡¡Huracán Verde!!
Esta vez, Lucy se protegió con sus brazos, pero el hechizo hizo en ella más heridas. Lucy avanzaba lentamente, y Marina y Anaís se sentían aterradas a pesar de que su poder era mayor que el de Lucy. Ella usaban su magia una y otra vez, pero Lucy no hacía caso a sus heridas y continuaba caminando. Cuando estuvo frente a Marina y Anaís, Lucy las abrazó y se soltó a llorar a sus hombros.
Anaís: (¿Qué pasa? ¿Por qué no puedo moverme?)
Marina: (¿Qué es lo que estoy sintiendo?)
Lucy: Anaís… Marina… ¿Recuerdan su promesa? ¿La promesa que hicimos desde el día en que nos conocimos…?
Los corazones de Marina y Anaís, que estaban encerrados en otra dimensión, comenzaron a despertar gracias al sacrificio de su amiga, pero tal y como había dicho Rayearth, Lucy no podía liberarlas ella sola.
Envuelta por la oscuridad, Marina despertaba al igual que Anaís.
Anaís: ¿Dónde estamos?
Marina: No lo sé, lo último que recuerdo es la batalla contra Kyra y Fania. Después de eso no recuerdo nada.
Mientras buscaban una salida, gritaban el nombre de Lucy, pero no recibían ninguna respuesta. De entre las sombras, dos figuras aparecieron frente a ellas.
Ascot: Marina…
Marina: ¿Ascot, eres tú?- preguntó dudosa y pensando que sus ojos la engañaban.
Zero: Anaís…
Anaís: ¡Zero!
Ascot: Chicas, Lucy necesita de su ayuda.
En ese momento, los gritos de Lucy se podían escuchar a lo lejos, pues Kyra y Fania habían reiniciado su ataque, mientras que Luz solo miraba, inmóvil.
Anaís / Marina: ¡¡Lucy!!
Zero: Si quieren volver a ver a Lucy, primero deben salir de aquí.
Marina: Pero ya hemos buscado por todas partes, no hay ninguna salida.
Ascot: Entonces deben crear una.
Anaís: ¿A que te refieres?
Zero: Deben destruir el sello que las mantiene en esta dimensión.
Marina: El sello…
Ascot: La fuerza de su corazón es la única que puede liberarlas, pero también es la única que puede encerrarlas aquí.
Seres: Así es…
Windam: Usen la fuerza de su corazón.
A parte de Lucy, Ascot y Zero, también se escuchaban las voces de Seres y Windam.
Marina: Pero si son…
Anaís: Los genios…
Seres: Jovencitas del mundo místico, usen la fuerza de su corazón…
Windam: En Céfiro la voluntad lo determina todo, si en verdad desean reunirse con su amiga deberán buscar en el fondo de su corazón y romper el sello.
Seres: El sello que creó esta dimensión y que mantiene su espíritu aquí.
Dicho esto, los genios, Ascot y Zero desaparecieron, pues Anaís y Marina debían encontrar la salida por si solas.
Mientras tanto, Lucy luchaba por mantenerse en pie ante los ataques de sus enemigas y, usando su espada, detuvo cada uno de los golpes, pero no se atrevía a atacar.
Marina: Vamos Lucy, estoy segura de que si usas todo tu poder puedes derrotarnos.
Lucy: Ya les dije que no luchare contra ustedes.
Anaís: ¿Y que piensas hacer? ¿Vas a defenderte hasta morir?
Lucy: Si es necesario lo haré.
Anaís: Que conmovedor.- dijo antes de empujar a Lucy haciendo que cayera al suelo y que soltara su espada- Pero creo que ha llegado tu fin.- dijo al apuntar su espada contra el pecho de Lucy.
En la otra dimensión, Marina y Anaís se concentraban cerrando sus ojos, buscando aquel sello que les impedía ver a su amiga.
Marina: Puedo sentir algo extraño en mi cuerpo.
Anaís: Yo también lo siento.
De pronto, varios recuerdos de sus viajes pasados entraron a sus mentes, recuerdo iguales que podían apreciar claramente.
Marina: Recuerdo aquel día.- dijo al verse así misma en la torre de Tokio acompañada de sus amigas de la escuela.
Anaís: El día en que nos conocimos.- ella se veía así misma entregándole unas monedas a Lucy.
Marina: Cuando llegamos a Céfiro, en lo único en lo que pensaba era en regresar a Tokio, en el torneo de esgrima y… en mi misma. No me había dado cuenta de lo mucho que significaba para ustedes el que yo las acompañara.
Anaís: Yo tampoco estaba segura de si debía emprender aquel viaje con ustedes, pero creo que fue el miedo a quedarme sola lo que me impulso a acompañarlas.
Marina: Pero siempre hubo alguien…
Anaís: Que nos mantuvo unidas hasta el final.
Vieron varios recuerdos en donde aparecía Lucy, siempre sonriendo o luchando contra algún enemigo para protegerlas.
Anaís: Lucy siempre arriesgó su vida desinteresadamente y nos levantaba el ánimo cuando lo necesitábamos.
Marina: Ella fue la primera en forjar nuestra amistad, y a pesar de nuestras diferencias siempre nos mantuvo unidas.
La siguiente imagen era la de la batalla contra Zagato y la princesa Esmeralda.
Marina: Lucy siempre trato de hacer las cosas bien y luchaba por hacer feliz a cada persona que conocía.
Anaís: Incluso cuando nos enfrentamos a Zagato, ella luchó con todas sus fuerzas para liberar a la princesa Esmeralda, sin saber cuales eran sus verdaderas intenciones.
Marina: Y después, GuruClef nos reveló la verdad sobre nuestra presencia en Céfiro, y la princesa Esmeralda nos pidió que la reuniéramos con Zagato.
Anaís: Tuvimos que usar toda nuestra voluntad para cumplir el deseo de la princesa, y después de eso, cuando volvimos por segunda vez a Céfiro, Lucy nos motivo para luchar otra vez.
Poco a poco, varios recuerdos de su segunda aventura pasaron por su cabeza, pero en todos siempre estaba Lucy.
Marina: Fue nuestra amistad lo que siempre nos ayudó a ganar cada una de las batallas.
Anaís: Sin importar cuanto daño recibiera, Lucy siempre nos contagiaba su espíritu para que no nos rindiéramos.
Por último, los recuerdos de Marina y Anaís eran diferentes, Marina pensaba en el sacrificio Ascot, y Anaís pensaba en la enfermedad de Paris.
Marina: Ascot se sacrificó para salvarme, y lo hizo por que me amaba. Yo no podía quererlo como el deseaba, pero aún así él decidió protegerme.
Anaís: Cuando Paris me dijo de su enfermedad, me sentí muy triste y preocupada. Su vida estaba en peligro y la cura era casi imposible de conseguir.
Marina: Este sentimiento de desprecio así mi misma…
Anaís: … Por no poder hacer algo…
Marina: … Me alejo de mis amigas…
Anaís: … Y sello mi corazón…
Justo antes de que la espada de Anaís penetrara el pecho de Lucy, su cuerpo de inmovilizó al igual que el de Marina.
Marina: ¿Por qué no puedo moverme?
Anaís: El sello se esta…
Marina: Rompiendo.
Lucy observó como Marina y Anaís se tiraban al suelo aturdidas por un fuerte dolo en su pecho. Trató de acercarse, pero se detuvo al ver que una estela oscura salía de los cuerpos de sus amigas. Las estelas tomaron la forma de Kyra y Fania, que abandonaban los cuerpos de Marina y Anaís ya que el sello se había roto.
Kyra: Malditas guerreras mágicas. ¡Esto no se quedará así!- después de abandonar sus cuerpos, estaban muy débiles.
Fania: No permitiremos que nos humillen de este modo.
Ambas apuntaron sus manos hacia Marina y Anaís, pero otro hechizo mágico las detuvo. Se trataba de una flecha de fuego, pero no era la magia de Lucy, era la magia de Luz. Este hechizo era tan fuerte que eliminó a Kyra y a Fania sin dejar rastro de ellas.
Mientras Lucy corría para estar junto a sus amigas, Luz seguía sin decir nada, su rostro ensombrecido se volteó hacia la puerta del castillo justo cuando alguien salía de ahí. Se podían escuchar aplausos mientras el individuo salía del castillo
???- ¡Bravo, bravo, guerreras mágicas! Debo admitir que son dignas de llevar ese título.
Lucy: Esa voz…
Cuando alcanzó la luz de la Luna, la sombra se disipó y la identidad del individuo quedó al descubierto.
Lucy: Latiz…
Latiz: Me sorprende que hayan podido romper el sello y eliminar a mis hijas. Pero debo decirles que ya es muy tarde, el poder del pilar pronto me pertenecerá, y ni siquiera las legendarias guerreras mágicas podrán detenerme. Este mundo se sumergirá en la oscuridad y después el universo entero conocerá mi nombre.
Después comenzó a reírse siniestramente mientras la Luna se ocultaba tras varias nubes de color negro que amenazaban con desatar una tormenta.
(Fin del Capítulo)