LOS HEROES SON RECORDADOS PERO...
PARTE 1:
MIZU Y ABÁN
Ojalá siempre tengas un ángel a tu lado
Que te guarde en todo lo que haces
Que te de confianza en el amanecer que
viene
Que te guíe hacia los bellos pasajes de
tus sueños
Que te de esperanza brillante como el sol
Y la fuerza de ánimo sereno.
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAGGGGGGGGGGHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!.-
El espeluznante
grito se escucho por todo el castillo y buena parte de los alrededores,
espantando a los pájaros que anunciaban con sus cantos, la primera primavera cefiriana.
- ¡Ya viene!,
¡Ya viene!- Cori, la hija mayor de la ilusionista,
corría por los pasillos del castillo, despertando a todos los que en aquella
apacible mañana, aun dormían. Pronto tuvo corriendo tras de ella, un gracioso
grupo de adultos en pijamas y camisones, incluyendo a sus propios padres. Dio
la vuelta al corredor y se detuvo frente a la puerta, donde había comenzado su
carrera. Todos se acercaron a escuchar, intrigados por el silencio, después del
alboroto.
-
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAYYYYYYYYYY!!!!!!!!!!.- Se
escucho esta vez mucho más agudo el lamento detrás de la puerta, acompañado de
un golpe seco y un quejido mucho más grave, esta vez masculino.
La puerta se
abrió de golpe, derribando a los espías apostados en la puerta, y dejando salir
a un joven mago, aun en pijama, que trataba de escapar de un florero volador
que lo seguía.
-¡REGRESA EN
ESTE INSTANTE MISERABLE GUSANO!, ¡TU ME HICISTE ESTO!, ¡AAAAAAAAAGGHHHHH!!!!!.- Una nueva contracción, seguida de un cajón de la
pequeña mesa de noche.
- ¡Tu también
cooperaste!- Le grito Ascot, escudándose en el muro
de la habitación.
- ¡¡¡COMO TE
ATREVES TU AAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYY!!!!!!!.- La guerrera
no pudo seguir gritándole improperios a su compañero, por que una nueva
contracción, más intensa que la anterior, la hizo gritar de dolor.
- Aquí estoy
amor.- El joven mago, no había tardado ni dos segundos en regresar al lado de
la guerrera del agua y esta se aferro fuertemente a su mano.
- Gracias…
¡¡¡¡¡Maldito!!!!.- Una nueva contracción, termino con
la conmovedora escena.
- Creo que esta
vez, no es falsa alarma. Traigan agua caliente y lienzos limpios.- Ordeno la
ilusionista.
- ¡¡¡¡¡¡QUE!!!!, ¡¡¡NO!!!, ¡¡¡¡MI HIJO VA A NACER EN UN HOSPITAL CON
UNA FUERTE DOSIS DE ANESTECIA PARA LA MADRE!!!!.- Grito Marina.
- Me temo que ya
no hay tiempo para eso, el bebe, ya esta por salir, a juzgar por la velocidad
de las contracciones.- Hablo Caldina, seriamente como
rara vez lo hacia.
- Pero el doctor
dijo que aun faltaba un mes.- Dijo Ascot, quien había
acompañado a Marina a todas las sesiones con el ginecólogo en una clínica autozamita, casi recién fundada. No tenía gran afluencia de
cefirianos, la mayoría confiaban más en la magia, pero
Marina prefirió mil veces el doctor que una partera.
- Pues se ha
equivocado, o el parto se ha adelantado.- Le dijo la pelirosa
tajantemente, a ella tampoco le simpatizaban mucho los hombres de blanco.
- Iré por él.-
Hablo el joven mago, al ver la cara de preocupación de su mujer.
- Tu quédate con
ella, iré yo.- Le dijo, Ráfaga amablemente y salió rápidamente en su caballo
para traer al medico.
-
AAAAAAAAAAAAAAGGGGGGGGGGHHHHHHHHHHHYYYYYYYYYY.- Volvió a gritar la guerrera.
- ¡No podemos
esperarlo!- Grito Caldina y saco a todos de la
habitación, solo permitió quedarse a Medea y ha Ascot
para que la asistieran.
El mago tomo de
la mano a su esposa y la miro con adoración, él estaría ahí, con ella todo el
tiempo, para siempre, la guerrera le agradeció con la mirada y se decidió,
estaba lista para traer a su hijo al mundo. Caldina
le indico que comenzara a pujar, y a pesar del dolor que sentía, Marina lo
hizo, tomando fuertemente la mano de Ascot. El
pelirrojo estaba orgulloso de ella, la amaba, amaba su risa, la manera en la
que caminaba, la forma en que su hermosa cintura cambio en un vientre abultado
para convertirlo en el hombre más feliz de la tierra, amaba todo de ella. La
felicidad de la que disfrutaba ahora, había borrado por completo el dolor que
había sido perderla y el dolor que tuvo que pasar para recuperarla.
Recordó lo duro
que fue para ambos, comenzar de nuevo. Después de la terrible batalla que
termino con el renacimiento de Céfiro como planeta, ellos se habían dejado
llevar por la emoción y se dijeron uno al otro que se amaban y que lamentaban
el pasado, que dejarían todo atrás, pero una cosa era decirlo y otra hacerlo.
Aquél día habían vuelto a pelear, por culpa de sus celos y es que no podía
dejar de preguntarse, como era aquél que había acompañado a su mujer cuando
estaba lejos. No dejaba de pensar en si era más alto, más guapo, si le regalaba
flores como él, si la besaba mejor, si era mejor en la cama que él.
Marina no
soportaba ese tipo de preguntas y a menudo terminaban peleando, hasta que un
día ella termino por decirle que quizás no había sido tan buena idea que ella
se quedara en Céfiro. Eso lo había lastimado mucho y se había marchado de
Céfiro, sin avisarle a Marina, aprovechando que tenía que llevar la nueva
invitación para la boda del soberano a Ziceta.
Tata y Tatra, las reinas de Ziceta, se
alegraron mucho al recibir noticias de Céfiro, después de la manera tan brusca
en la que tuvieron que dejar el planeta y se alegraron más al saber que sus
relaciones con el planeta estaban intactas y eran requeridas nuevamente en
Céfiro. Después de la cena, el pelirrojo dio un paseo por los exuberantes
jardines del castillo, acompañado de la reina más joven de Ziceta.
- Estas algo
tenso hechicero.-
- Tengo razones
para estarlo.-
- ¿No ha
terminado ya la guerra en Céfiro?-
- Si, es algo
personal.-
- ¿Puedo
preguntar que es lo que pasa?-
- Marina se ha
quedado en Céfiro.-
- ¿Y eso es…?.-
- Lo que yo
quería, pero no hacemos más que pelear.-
- Bueno, esa
parece ser la forma en que ella se relaciona con las personas.- Se burlo Tatra.
- Estoy hablando
en serio, yo no dejo de preguntarme, como era ese hombre.-
- ¿Cuál hombre?-
- Ella se había
unido a un hombre en su mundo, según me explico, en la tierra firman una
especie de contrato y ella lo anulo, pero yo no dejo de pensar, si el era mejor
que yo.-
- Eso es una
estupidez mi querido amigo, ¿Qué importa?-
- ¿Por qué ella
tenía que hacer algo así?, ¿Por qué tenía que estar con alguien más?-
- Ja,ja,ja,ja,ja.-
- ¿De que te
ríes?-
- No puedo creer
que pienses así, precisamente tú. ¿Quieres que mande llamar a todas las
doncellas con las que te acostaste aquí en palacio?, ¿O comienzo ha hacerte una
lista de las bailarinas con las que tuviste algo que ver?, o incluso puedo
citarte a las cortesanas que enamoraste.-
- Eso es
diferente, yo pensé que ella estaba muerta-
- Ella no sabía
que tu existías en su vida.-
- Pero…-
- Pero nada,
pueden empezar una nueva vida juntos, decidir pasar el resto de sus vidas, uno
con el otro, o seguir atormentándose con el pasado.-
- ¿Quieres decir
que olvide todo lo anterior ahora?-
- Que lo dejes
atrás, no puedes cambiar el pasado Ascot, pero puedes
decidir que hacer con tu vida de ahora en adelante, yo se que la amas, ninguna
mujer pudo hacer que la olvidaras.-
- Tú casi lo
logras.-
- Lo se, si yo
pude dejarlo atrás, tu también puedes. Tienes que decirle a Marina que tampoco
fuiste un viudo célibe.-
- ¿Tengo que
hablarle de lo que hubo entre tu y yo, también?-
- Si, la honestidad
es la base de un buen matrimonio.-
- ¿Tu le hablaste al rey de Ziceta
acerca de nosotros?-
- No, tu cabeza
y la mía estarían expuestas en las murallas del castillo, hay secretos que
deben guardarse para no herir a los que amamos.- Le dijo ella cerrándole el
ojo.
Justo apareció
uno de los reyes de Ziceta, para reclamar la
presencia de su esposa, y el embajador de Céfiro pudo quedarse en el jardín,
despidiéndose de sus recuerdos, de sus entupidos celos y diciendo, hola, a su
nueva vida al lado de su ninfa del agua.
Cuando regreso a
Céfiro, le hizo el amor a su mujer toda la noche, la había extrañado horrores,
y al otro día hablo con ella acerca de las vidas que ambos habían llevado antes
de volverse a encontrar. No le hizo gracia a la orgullosa ex guerrera escuchar
de boca de su propio esposo, como había sido un rompecorazones y de cómo
incluso estuvo apunto de convertirse en rey de Ziceta.
Estuvo enfurruñada casi mes y medio con él, aunque le dejo bien claro que no lo
dejaría, usando como excusa que los matrimonios en Céfiro eran irrompibles. Por
fin lo perdono, cuando se dio cuenta de que estaba embarazada, era el primer
tabique de su nueva vida y con la alegría que sentían por la llegada de su
bebe, se les borraron de golpe los ex maridos y las ex amantes.
Así estaban
ahora, por recibir a su primogénito.
Marina sudaba a
más no poder, cuando Caldina anunció que ya alcanzaba
a ver la cabeza del pequeñin. La hechicera le pidió
que pujara con más fuerza, lo cual hizo aferrándose con fuerza a la mano de su
marido.
- ¡NO PUEDE
SER!- Grito Caldina, preocupando grandemente a los
padres. La ilusionista le ordeno a Marina que pujara con todas sus fuerzas. A
partir de ahí, todo fue confusión, Medea, se acerco y la ilusionista le entrego
un bulto que lloraba, evidentemente, el bebe, pero volvió a desaparecer debajo
de la sabana blanca que cubría el vientre de Marina.
Minutos después,
le entregaba otro bulto a la mujer de Guru Clef, para terminar de atender a Marina, y que esta al fin , pudiera descansar.
- ¡Que pasa!,
¿Dónde esta mi hijo?- Demando saber Ascot.
- Aquí están.-
Le hizo saber, Medea a Ascot, caminado hacia él, con
un bulto envuelto en cada brazo.
- ¿Son…, son
dos…?.- Titubeo el padre impresionado.
Medea, le
entrego a los dos pequeños bebes, uno en cada brazo. Ascot
los contemplaba embelezado.
- Son,
hermosos.- Los veía embelesado, mientras Marina, agotada, lo observaba, para
ella también era una sorpresa, estaba feliz, pero demasiado cansada.
- Caldina, ¿puedes cargarlos un momento por favor?- Dijo el
hechicero con una seriedad desconocida en él, la ilusionista se extraño, pero
se acerco y le quito a los bebes de los brazos. Segundos después, se desmayo,
había sido una impresión muy grande, tener a sus dos bebes en brazos, cuando
solo esperaban uno.
- ¿Ya puedo
entrar?- Demando saber, Cori, que preguntaba lo mismo
casi cada quince minutos, desde que la labor de parto había comenzado, quería
ser la primera en ver al bebe. A diferencia de las otras siete veces, esta vez
recibió una respuesta afirmativa, y entro seguida de los demás curiosos y del
doctor que al fin había podido llegar.
- ¿Son dos?-
Pregunto la niña asombrada, al ver a los bebes en los brazos de Caldina. El doctor mientras tanto, se hacia cargo primero
del papa, para después asegurar el estado de la madre y de los bebes.
- Si.- Contesto
la ilusionista.
- ¿Niños o
niñas?- Volvió a preguntar Cori.
- Un niño y una
niña.- Contesto Medea, mientras le quitaba a los bebes y se los estregaba la
medico, quien pronto los hecho a todos afuera, incluyendo al recién recuperado
padre, para poder revisar a la madre y los bebes. La revisión terminó, al
parecer Caldina había hecho un excelente trabajo como
partera y tanto la mamá como los gemelos estaban bien.
Pudo al fin
entrar, Ascot, para ver a Marina junto con los dos
pequeños, que llevaban la sangre de ambos, ese momento le cambió la vida para
siempre, contemplar a sus hijos, junto a la mujer que amaba, le hizo entender
de una vez por todas, que su vida, de ahí en adelante, sería completamente
otra.
- Te amo.- Le
dijo a su mujer, besándole suavemente en la frente.
- Lo sé, yo
también te amo, y los amo a ellos.- Dijo la ex-guerrera mágica del agua.
- ¿Aun quieres
ponerles nombre de tu mundo?-
- Ya que son
dos, ¿por que no escogemos uno y uno?- Le guiño el ojo a su compañero.
- Entonces el se
llamara Aban, ¿te gusta?- Le dijo mientras cargaba,
al varoncito en sus brazos.
- Suena bien,
entonces ella se llamara, Mizu.- Dijo ella sonriendo
y dándole un suave beso a la bebe sobre la frente. Ascot
nunca vio a su mujer más bella que en ese momento.
Y así, Mizu y Aban, fruto de un amor
verdadero y puro, comenzaron a figurar en la historia de Céfiro.
Continuara…
Notas de Autora: |
Notas de Autora:
Se que tienen
muchas preguntas y pensaba resolverlas todas, resumiendo en un solo capitulo,
pero me ha parecido mejor esto, un epilogo, un poco largo, (no se alteren, solo
son tres partes), donde tratare de resolver las preguntas que quedaron en el
aire.
La idea de los
mellizos la tome de Mujercitas, que fue el libro que me acompaño durante toda
mi adolescencia :D.
Su amiga
Anais