LOS HEROES SON RECORDADOS PERO...
PARTE 2:
DECICIÓN
Ojalá amor, bienestar y valentía
embellezcan tu vida
Y ojalá siempre tengas un ángel a tu lado.
Alguien que te levante si tropiezas,
Que te de la valentía de aferrarte a tus
sueños,
Y la sabiduría de gozar de todo.
Guiándote con su mano segura en el camino.
Lucy siempre se
había caracterizado por ser una mujer valiente. En su adolescencia, no se había
acobardado ante los moustros que atacaban Céfiro,
venció a su propio lado oscuro para darle un futuro al planeta y en el hospital
no se dejaba intimidar por las eminencias médicas que la rodeaban.
Pero ahora la
aterrorizaba una niña de ocho años.
Alina, se
comportaba mejor con ella ahora, la toleraba, he incluso podían llegar a
conversar, pero eso no quería decir que la niña la aceptara. Ella no estaba
dispuesta a compartir a su padre con nadie. A pesar de que Lilandra,
tratara de explicarle que ella y su padre nunca estarían juntos de nuevo, ella
no se iba a rendir tan fácilmente, había sacado lo testarudo de la madre. Lucy
no podía permanecer mucho tiempo en Céfiro por sus estudios y su trabajo y
cuando estaba en Céfiro, Alina se las arreglaba para estar presente y Latis no tenía el corazón para decirle que no, ya que
también la tenía por poco tiempo.
La pelirroja se
preguntaba cuanto podría durar esa situación, sabía que tenía que tomar una
decisión pronto, por su bienestar emocional, por su carrera como medico y sobre
todo porque cada vez era más difícil ir a Céfiro y viceversa. Gracias a las
voluntades conjuntas de los habitantes de Céfiro, el planeta poco a poco, tenía
procesos más naturales y también menos magia.
Lo cual quería
decir, que llegaría un día, en que sería imposible, ir o venir de Céfiro.
Se levanto del doyo, donde intentaba meditar, le era imposible
concentrarse y se cambió de ropa para salir a la ciudad. Casi era hora de
comenzar la guardia de la noche y tal vez el bullicio de las calles de Tokio,
la harían olvidarse de sus problemas sentimentales por un rato.
Paso el
fin de semana en el hospital, el trabajo la hizo olvidarse un rato de sus
preocupaciones, durante su descanso, paso a saludar a sus queridos pacientes de
pediatría, había específicamente un pabellón con niños desahuciados, a los
cuales ella les dedicaba mucho tiempo. A veces, ella era la única que los
visitaba en todo el día. Si tenía que irse, ¿Quién se ocuparía de ellos?
Paso la semana
dando vueltas al mismo pensamiento, hasta que después de otra agotadora semana,
pudo obtener unos días de permiso que aprovecho para ir a Céfiro. Subió a la
torre de Tokio y deseo con todo su corazón volver, pensó en sus amigos, en
Marina y sus hermosos bebes y sobre todo en Latis.
Tuvo que hacer varios intentos, antes de poder al fin, aparecer frente a la
puerta principal del castillo.
Saludo al
guardia y decidió buscar a Marina, para poder ver como crecían los gemelos y
como se las arreglaba su amiga como madre primeriza. Los encontró en las
habitaciones de Marina, compitiendo a todo pulmón para ver quien gritaba más
fuerte, mientras la ex guerrera del agua, intentaba amamantar a los dos
pequeños. Lucy tranquilizo a los tres, y arrullo al niño, mientras Marina,
alimentaba a la niña. Cuando al fin se durmieron, las dos mujeres pudieron charlar
un rato.
- ¿Dónde esta Ascot?- Pregunto la pelirroja.
- En Faharen, esta preparando todo, para nuestra llegada.- Contesto
la peliazul alegremente.
- ¿Vivirán en Faharen?- Pregunto Lucy sorprendida.
- Si, el rey nos
ha nombrado embajadores.- Contesto ella como si nada, pero la mención del
soberano, creo un silencio incomodo, entre las dos amigas, que fue roto por la
pelirroja.
- ¿Cómo esta
él?- Pregunto preocupada
- Destrozado por
la pérdida.- Contesto ella, tristemente.
- ¿Y la reina?- Pregunto
Lucy, con tacto.
- Desecha, le
han informado, que no podrá volver a concebir.- Marina observo a sus pequeños,
agradeciendo, ahora ella no podría concebir la vida sin ellos y lamentaba mucho
la perdida de los soberanos.
- Es horrible,
tal vez si fuera a la tierra…- Necesitaba ayudar de alguna manera, aunque bien
sabia que si la tecnología de Autosam no había podido
hacer nada, ir a la tierra no haría ninguna diferencia.
- Esta muy débil
para intentarlo siquiera, y la magia de Céfiro esta apunto de desaparecer por
completo, es lo que Guru Clef
me ha dicho.- Le respondió amablemente Marina.
“La magia de Céfiro esta desapareciendo” resonó
en los oídos de la pelirroja y una sombra se adueño de su mirada. ¿Y si esta
era su ultima visita a Céfiro?, ¿Cuánto tiempo podría seguir abriendo el portal
ella sola?
- ¿Aun no has
tomado una decisión?- Cuestiono Marina dulcemente, la ultima vez, en su visita
anterior, su amiga le había confiado sus temores.
- No… pero creo
que no puedo aplazarlo más.-
- En lo que
decidas amiga estoy contigo, y si no vuelvo a verte, estarás aquí siempre.- Le
dijo Marina dulcemente señalando su corazón. La maternidad, la había provisto
de una dulzura y una sabiduría, impensable en ella, cuando era adolescente.
- Gracias…- Dijo
el ex – pilar de Cefiro. Estuvo un rato más con la
ahora embajadora, hasta que al anochecer, hasta que Latis,
a la hora del crepúsculo, venia de entrenar a un nuevo batallón de espadachines
que deseaban poder combinar su habilidad con magia. El guardia de la entrada,
le aviso de la llegada de Lucy y el supuso que estaba con Marina.
- Lucy.- La
abrazó con alegría.
- Yo también te
he extrañado.-
Fue gracioso
para la pelirroja, ver el saludo formal de Latis para
con la nueva embajadora, así que no pudo disimulas una risita, causando una
especie de reacción en cadena de risas, puesto que para las dos personas frente
a ella también era algo embarazoso acostumbrarse al protocolo. Los bebes
volvieron a llorar por el alboroto y Marina huyo de ahí, con el pretexto de
buscar a las niñeras, dejando sola a la pareja, a cargo de los niños. Lucy
acuno al niño, que por lo que había podido darse cuenta, tenía un carácter
mucho más inquiero que la niña, y Latis arrullo a la
niña. El espadachín lo hacia muy bien, la niña había vuelto a dormir. “Tiene practica”,
se dijo Lucy y unas lagrimillas
acudieron en sus ojos pensando en Alina, la niña que quizás, hubiera podido ser
su hija.
- ¿Pasa algo?- Le
pregunto el preocupado.
- Tenemos que
hablar.- Le dijo la guerrera pelirroja, con una seriedad rara en ella, mientras
dejaba al bebe en su cunita. Latis hizo lo mismo con
la niña y oportunamente, Marina regreso con la niñera. El espadachín y la
pelirroja salieron de la habitación y salieron a los jardines del castillo, era
una noche fresca, con un cielo estrellado y perfumada por la naturaleza.
Caminaron por las orillas de la laguna interior y después se adentraron por un
sendero en el bosque.
- Te escucho.- Le
dijo, el espadachín, mientras se recargaba en un árbol, sin quitarle la vista
de encima.
- No podemos
seguir así, pronto la magia de Céfiro no podrá traerme de vuelta.- Le dijo ella
preocupada.
- Lo se, quería
preparar mejor esto, pero… Lucy, quiero pedirte que te quedes conmigo, no
vuelvas a la tierra.- Estaba sonriente y se había acercado, para tomar la mano
de la pelirroja, entre las suyas.
A la guerrera
mágica del fuego, se le cubrieron los ojos de lágrimas y se abrazo a él.
- Latis, te amo.-
- ¿Entonces
aceptas?- Pregunto él, por mera formalidad.
- No, no puedo.-
Contesto ella, escondiendo su rostro en el pecho del espadachín.
- ¿Por qué?- Era
muy extraño, esa no era la respuesta que el esperaba.
- Alina se
morirá de tristeza y yo no puedo abandonar a mis pacientes, tenemos que
esperar.- Dijo firmemente la pelirroja mientras lo miraba a los ojos.
- Si esperamos
más, la magia de Céfiro se extinguirá y el portal entre Céfiro y Mundo Místico
se cerrara.- Contesto el preocupado.
- Lo se, pero
nuestro amor, no se extinguirá.- Sus ojos brillaban con optimismo, con
esperanza.
- ¿Qué quieres
decir?- Pregunto él.
- Vendré a
Céfiro hasta que la magia desaparezca, y cuando eso pase, confiare en que mi
amor por ti, me traiga de vuelta, cuando Alina tenga edad suficiente para
comprender lo nuestro.- Explico ella alegremente.
- Te lo
agradezco.- Dijo el espadachín, dándole un apasionado beso, amaba a esa mujer y
amaba su noble corazón.-Esperaremos.- Le dijo al romper el beso.
El permiso de
Lucy termino un par de días después y él, la dejo ir, confiando en que su amor,
seria más fuerte que la magia.
Continuara…
Notas de Autora: |
Le he hecho unos
cuantos arreglos a este capitulo, espero que les guste más ahora, en especial,
espero que le guste a los seguidores de esta pareja. ^^
Su amiga
Anais