* Uno de seminarios A una amiga mía, que llevaba apenas unos días en su empleo, le pidieron que asistiera a un seminario con el jefe. Naturalmente, ella deseaba causar una buena impresión. Como la sala de conferencias estaba a oscuras, comenzó a cabecear y temió que su jefe se diera cuenta de ello. Al fin dejó de preocuparse cuando él, inclinándose hacia delante, le preguntó en un susurro: --¿He roncado? A una amiga mía, que llevaba apenas unos días en su empleo, le pidieron que asistiera a un seminario con el jefe. Naturalmente, ella deseaba causar una buena impresión. Como la sala de conferencias estaba a oscuras, comenzó a cabecear y temió que su jefe se diera cuenta de ello. Al fin dejó de preocuparse cuando él, inclinándose hacia delante, le preguntó en un susurro: --¿He roncado? * Otro de Suegros (mejor que el otro) Mientras conversaba con mi hija por teléfono, le pregunté cómo se sentían ella y su marido luego de que por fin sus suegros se habían marchado después de pasar cuatro meses viviendo con ellos. -Perfectamente -dijo-. Ya podemos pelearnos en santa paz. * Uno de Arte Un pintor de arte moderno explicaba su obra durante una exposición en un museo. -Ésta es una vaca pastando -dijo, y señaló un lienzo completamente negro. -¿Dónde está el pasto? -preguntó un visitante. -Se lo comió la vaca -respondió el artista. -Entonces, ¿dónde está la vaca? -insistió el visitante. -No puede usted esperar que se quede allí después de comerse el pasto... -repuso el artista. * Uno dos tres por mi y por todos mis amigos Tres hermanos sonorenses acudían con frecuencia a cierta cantina. Poco después, uno de ellos se mudó a Durango, y otro, a Hidalgo. El hermano que se quedó siguió acudiendo a la misma cantina, pero ahora pedía tres cervezas y tomaba un sorbo de cada una. Los cantineros lo vieron cumplir con este ritual durante algún tiempo, hasta que un día le preguntaron por qué lo hacía. -Un sorbo es por mi hermano que está en Durango; otro es por el que se fue a Hidalgo, y el último es por mí -contestó. Después del día en que dio esta explicación, ya no volvió a presentarse en la cantina durante un mes, al cabo del cual volvió y pidió únicamente dos cervezas. Bebió de una y luego de la otra. El dueño se acercó a él y le presentó sus condolencias. -¿Por qué me da el pésame? -preguntó el parroquiano. -Por la pérdida de uno de sus hermanos -explicó. -Mis hermanos están vivos. -corrigió el primero, y alzó un vaso-. Éste es por mi hermano que se encuentra en Durango. -Luego alzó el segundo vaso-: Y éste, por el que está viviendo en Hidalgo. Yo ya dejé de beber. * Copiadoras En la compañía donde trabajo, varios departamentos comparten la misma copiadora. Un día coincidimos en la máquina cuatro personas de distintas áreas y cada cual dio su razón para utilizarla primero. El empleado de cuentas por pagar declaró: --Debemos pagar nuestras cuentas, así que yo debo usar la copiadora antes que ustedes. --Pero si no realizamos nuestros cobros --lo contradijo un empleado de cobranzas--, no habría dinero para pagar las cuentas. En mi calidad de gerente de producción, anuncié: --A menos que vendamos algo, no habrá dinero que cobrar, así que debo ser el primero. La última persona dijo entonces que era del departamento de nóminas, y todos le abrimos paso de inmediato hasta la copiadora * Uno de Suegros Una joven invitó a su novio a su casa para que conociera a sus padres. Después de la cena, el padre hizo pasar al muchacho a su estudio para conversar. -¿Y qué proyectos tiene usted? -comenzó el hombre. -Soy un estudioso de la teología -respondió el joven. -Admirable, pero, ¿qué hará para dar a mi hija una buena casa? -Estudiaré, y Dios proveerá. -Y, ¿cómo va a mantener a sus hijos cuando lleguen? -Dios proveerá. Los hombres salieron del estudio, y la madre de la chica le preguntó a su esposo: -¿Qué te pareció? -No tiene dinero ni planes de conseguir empleo -dijo el padre-. Pero, por otro lado, cree que soy Dios. * Servicio de Limpieza Soy administradora de un negocio de limpieza doméstica, y en una ocasión recibí un telefonema de una mujer que solicitó el servicio; sin embargo, me advirtió que era tan quisquillosa en lo tocante al aseo, que muy rara vez contrataba dos veces a la misma persona. Colocada ante este reto, me esmeré para dejar impecable su casa, y mientras lo hacía anduve recogiendo algunas monedas que dejé en un tazón en la cocina. Esa noche la mujer volvió a llamar y me pidió que fuera nuevamente a su casa la semana siguiente. Complacida, le pregunté qué había hecho mejor que los demás. --Bueno --contestó--, usted ha sido la única que ha encontrado completos los 1.61 dólares. |