PERICOPÍN

 

 

Pericopín era largo y verde con rayitas amarillas. Tenía muchas patas y vivía en un hueco de la tierra (lo cual no tiene nada en particular porque Pericopín era un gusano) Como gusano le iba bastante bien.

En su casa almacenaba las hojitas de romerillo y albahaca. Todas las tardes después de la siesta iba a visitar a su amigo el Roble. Los dos amigos estaban juntos hasta el atardecer, habla que te habla todo el día.  Se regreso, para la cena, Pericopín se iba por el bordecito mismo de alguna hoja y le comía el verde jugoso.

A pesar de ser la suya una vida arrastrada, como es natural por ser gusano, Pericopín hubiera seguido así siempre. Tenía casa y comida.  El jardín estaba abandonado, no había temor a las suelas de los zapatos que de una sola pisada acaban con las hormigas, tortolitas y los gusanos que viven en la tierra.