AUTORIDAD: LO QUE LOS CRISTIANOS
DEBEN SABER
Por: Rev. Dale A. Robbins
TRADUCCIÓN DE INTERNET PARA CRISTIANOS UNIDOS por Adda Velez
Para empezar, Dios le da un lugar alto a la autoridad,
porque El es quién creó la autoridad. La Biblia dice que toda autoridad viene y
es originaria de Dios. Dios es la fuente absoluta de autoridad del universo, y
ha delegado Su principio de autoridad al ser humano para que mantenga el orden
en el mundo. “Sométase toda persona a
las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino por parte de Dios, y
las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quién se opone a la
autoridad, a lo establecido por Dios resiste, y los que resisten, acarrean
condenación para sí mismos.”(Rom 13:1-2).
La palabra de Dios, dice
que los seguidores de Cristo debemos ser obedientes a las leyes seculares y al
gobierno, porque de acuerdo a la escritura, la autoridad secular es “un
servicio de Dios para nuestro bien” (Rom13:4), y sirve a Sus propósitos de
guardar la ley y el orden en la Tierra (1 Pedro 2:14-1). El apóstol Pablo
escribió: “Por causa del Señor sométanse a toda institución humana, ya sea al
rey, como a superior, y a los gobernadores, como por El enviados para castigo
de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien.”
CONCERNIENTE A LA AUTORIDAD:
Autoridad debe entenderse por
todos los Cristianos, ya que es la base de nuestra relación con Jesús.
Autoridad significa “el derecho a mandar y forzar a la obediencia”. Cuando
aceptamos a Jesús como nuestro suficiente Salvador, esto significa que El pasa
a ser nuestro “Jefe” o autoridad, sobre toda nuestra vida (Lucas 6:46). En
suma, la Biblia se convierte en la fuente de autoridad e instrucción para nuestra
nueva vida Cristiana (2 Tim 3:16).
Desde que la sumisión a la
autoridad es básica para la vida Cristiana, es importante que entendamos que
toda autoridad es dada por Dios como institución, y todos los tipos de
autoridad están relacionados. La autoridad de Jesús como nuestro Señor y
Pastor, es la más alta fuente de autoridad a la cual tenemos que obedecer (Mat
28:18), pero Dios nos ha ordenado, además, al menos otras tres categorías a las
que tenemos que someternos en el mundo, que son:
1) LA FAMILIA: Hijos, obedezcan a sus padres (Efes. 6:10). Las esposas
estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor(Efes 5:22) y el esposo
sométase a Cristo y ame a su esposa (Efesios 5:23 y 25).
2) EL ESTADO: Estamos para cooperar con aquellas
personas que estan en Autoridad, y obedecer las leyes locales, y federales de
nuestro País, así como las leyes de Dios (1 Pedro 2:13-14).
3) LA IGLESIA: Cristianos sométanse a la cabeza que
es Cristo cuya autoridad es ejercitada por el Espíritu Santo (Rom 8:14), Su
palabra (2 Tim 3:16) y al liderazgo de la Iglesia (Pastores) (Mateo 18:17-20,
Heb13:17).
Dios ha establecido estas autoridades como extensiones “delegadas” de Su
autoridad. Si nos resistimos a cooperar, efectivamente estamos resistiendo la
autoridad y el liderazgo del Señor.
Así como Jesús está
relacionado a toda autoridad, toda rebelión está relacionada entre sí. Esto no
exenta ninguna clase de autoridad. La rebelión es “la incapacidad de someterse
a otra forma de ley que la propia”. Nuestra actitud respecto a la autoridad de
Jesús debe ser igual a nuestra actitud hacia los otros tipos de autoridad.
Jesucristo no puede ser el Señor de la vida de una persona que se rebela contra
las otras figuras de autoridad. (Rom 13:2).
Así como Dios es la fuente de toda autoridad, Satán es el autor de toda
rebelión.
Tenemos que remarcar que el Diablo (Lucifer), fue echado del cielo
porque se rebeló contra Dios (Isa 14:12-15). La rebelión es el verdadero espíritu
y actitud de Satanás(Efes:2:2). Si permitimos que éste nos domine, entonces se
vera afectada nuestra relación de autoridad en todos los ámbitos, incluyendo a
nuestra relación de autoridad para con Dios y Su palabra.
El profeta Samuel dijo: “Porque como pecado de adivinación es la
rebelión, y como ídolos e idolatría, la obstinación.”(1 Samuel 15:23)y “El
hombre malvado busca la rebelión”.(Prov.17:11).
ACERCA DE LA AUTORIDAD CORRUPTA:
Obviamente, la
ausencia de Dios y de valores morales, provoca algunas veces abusos en la
autoridad y perversiones en los gobiernos. (Hechos 4:19). La única
circunstancia en la que la desobediencia a la autoridad es justificable por la
escritura, es si ésta autoridad entra en conflicto con la autoridad y las leyes
de Dios. Tenemos que cooperar con la autoridad, excepto cuando dicha autoridad
se aparta de la moral básica y la justicia de los principios de la palabra de
Dios.
Pablo nos dijo que tenemos
que orar por todos aquellos que estén en eminencia o autoridad. (1 Tim 2:1-2).
Dios puede usar nuestras oraciones para aquellos que están en autoridad, aún
para cambiar sus corazones o de plano, removerlos del poder, si ésa es Su
voluntad. Dios se reserva el derecho de administrar la disciplina y probar a
aquellos que representan Su autoridad. (Romanos 14:4, y 1 Crón 16:21-22).
AUTORIDAD EN LA IGLESIA:
Considerando
nuestra actitud hacia toda autoridad relacionada con nuestra sumisión a nuestro
guía y pastor Jesucristo, tenemos que ser especialmente sensibles a la
autoridad de la iglesia y sus líderes espirituales, quienes han sido
específicamente asignados a pastorear a las ovejas. La Biblia dice “Obedecer a
sus Pastores, y sujétense a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como
quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría y no quejándose,
porque esto no es provechoso a ustedes” (Hebreos 13:17).
Aún más importante que las
autoridades seculares, Los cristianos deben ser cooperativos con sus
autoridades espirituales (pastores), quienes han cargado con la responsabilidad
de nuestras almas. Un punto importante revelado en este pasaje de Hebreos, es
cuando muestra que se supone que todos los Cristianos debemos estar bajo la
autoridad de nuestros líderes en la
iglesia. Esto significa que todos los creyentes tenemos que ser parte o
miembros de una iglesia Cristiana local, quienes proporcionarán supervisión
espiritual a través de los pastores, y ancianos de la iglesia.
Todos los creyentes
deberían de pertenecer a una iglesia llena del Espíritu Santo de Dios, creyente
y hacedora de la Palabra, y Centrada en Cristo. Esto tiene que estar presente en los pastores y líderes
espirituales, en la condición de que liderazgo requiere calificaciones básicas
de moral y estilo de Vida (Mateo 7:15-16 y 1 Tim 3:1-7), y que proclamen la
palabra de Dios (2 Tim 3:16).
No ser rebeldes al hombre
de Dios cuya vida exhibe estas cualidades Bíblicas. La Biblia nos alerta que
contender contra un siervo obediente de Dios, es como contender contra Dios. (Exodo
16:2,8).
No hagas nada que pueda
ofender o perjudicar a los líderes espirituales sujetos a Dios, ni siquiera
hables mal de ellos, porque hablar y murmurar es un acto de rebelión, del cual
tendrás que dar cuentas a Dios, todopoderoso y omnipresente. Tenemos que
comprender que aún si la autoridad que está sobre nosotros comete errores, el
Señor sigue demandando de nosotros el respeto y oración por su ungido. Los
pastores son Siervos de Dios y Dios se encargará de reprenderlos. “No toques a
mis ungidos, y no dañes a mis profetas” (Salmo 105:15)
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