Cibernético
Por Dr. Antonio G. Payne
De "Vida Cristiana"
Miles de cristianos están siendo seducidos por la pornografía en Internet. ¿Qué se puede hacer para evitar caer en esta trampa oscura?
Como doctor en naturopatía, consejero con licencia y líder comunitario de la "America On Line" paso al menos una hora diaria en el Internet con el propósito de escudriñar los tópicos que tienen que ver con mi campo profesional. El mundo de la red cibernética es una manera maravillosa de conectar personas con intereses e inquietudes en común. Es también el equivalente a un genio electrónico. En tan sólo un instante puede poner al alcance de sus manos cualquier tipo de pornografía y perversión sexual.
No es un secreto que por un bajo costo (o gratis) se puede conectar con estos espacios cibernéticos. Generalmente una vez que se tiene acceso, al poco tiempo comienzan a invadir las invitaciones de estas páginas "triple x". He notado que tanto hombres como mujeres encuentran estos anuncios tan irritantes que los borran o llaman a sus compañías representantes para protestar. Para otros estas invitaciones atraen su curiosidad, las visitan una o dos veces y terminan atrapados por la pornografía cibernética. Muchas de estas personas son cristianas. ¿Cómo lo se? Desde el año pasado he estado visitando páginas de charlas cristianas donde se debaten estos temas. Lo que he aprendido, aunque verdaderamente no constituye un estudio científico, se basa en una recopilación de testimonios.
La pornografía cibernética se consigue teniendo acceso al Internet a través de una computadora. No se limita a fotografías o literatura. Puede incluir relaciones íntimas cibernéticas entre parejas que no se ven, a través del correo electrónico o del Web. También pueden ser conversaciones de temas privados a través de la red. Típicamente los cristianos aficionados a la pornografía cibernética son hombres entre las edades de 30-55 años. Generalmente están casados con hijos, tienen una educación, estabilidad económica y suelen trabajar en las ciencias de la información, medicina, comercio, leyes, ministerio y otras áreas (nuevamente estos datos no son científicos).
Además, la revista People en Español publicó en su edición de abril de 1999 un reportaje especial sobre el sexo y los adolescentes. Una de las secciones del artículo recalcó el aumento de la popularidad de la pornografía en Internet entre adolescentes y niños.
Según el artículo muchos jóvenes son bombardeados diariamente por correspondencia electrónica de parte de compañías que publican materiales pornográficos.
FALLA EN LA CONEXIÓN
¿Qué predispone a las personas a experimentar y envolverse con la pornografía? ¿Existe algo que les falta en el aspecto romántico de sus vidas? Nuestra cultura demanda claramente: "Quiero lo mío ahora". Debido a este énfasis en la autosatisfacción rápida no es tan sorprendente ver como la pornografía cibernética ha encontrado tantos seguidores.
En mis estudios personales he revisado las respuestas de cientos de cristianos que han sido atrapados por la pornografía electrónica. He encontrado tres creencias generales que han predominado en sus pensamientos:
1. Ver o tener fantasías con materiales eróticos no es una forma de "engaño". Descartan, o convenientemente repudian, la advertencia de Jesucristo de que el tener apetito carnal por una persona que no es su cónyuge implica fornicar o adulterar.
2. Tener fantasías o masturbarse es un remedio inofensivo si su cónyuge no lo satisface o está renuente a "experimentar" íntimamente.
3. La autocomplacencia está bien si no lleva a los actos de adulterio, abuso y violación.
Sin embargo, las esposas con las que he hablado ven las indulgencias de sus esposos de una manera muy distinta. Gran parte de estas opinan una de tres cosas:
1. Es una forma de engaño.
2. Es un escape, conveniente y cobarde, para afrontar sus problemas íntimos u de otra índole.
3. Es el egoísmo personalizado.
¿Cuál punto de vista captura la realidad? Según las Escrituras, el punto de vista de estas esposas va en consonancia con el de Dios.
Para aquellos que se dan cuenta (o no) de que están faltando a las leyes morales de Dios, el conflicto es inevitable. Este conflicto parece atacar la relación tanto a nivel interno como personal entre la pareja. En efecto el pecado y el espíritu están en guerra; un panorama familiar.
¿Qué sucede cuando se les confronta? Esto fue lo que hallé:
1. Muchos se sienten culpables. No sienten profunda aflicción sino hasta que son atrapados por sus cónyuges u otros familiares.
2. Una vez atrapados, la mayoría de estos cristianos admiten que sus preocupaciones sexuales pueden estar afectando su matrimonio de alguna manera. La curiosidad se mantiene como la causa principal.
3. Muchos de ellos han internalizado una "ética de hombre de mundo", la cual dice que una vida íntima deslustrada es licencia para buscar opciones sexuales más originales. Algunos alegan que se sienten engañados cuando son rechazados por sus cónyuges al querer realizar ciertos actos privados. Sienten que el desaire es luz verde para buscar satisfacción en otro lugar.
Todos estos puntos de vista tienen un denominador común: la inhabilidad de negarse a sí mismo.
Lo demostraré tomando un ejemplo de mis charlas en el Internet:
Un hombre observa una foto muy explícita de una pareja teniendo determinadas relaciones íntimas. Dentro de la identidad del matrimonio el acto no es pecaminoso. Pero, a la esposa no le agrada y así se lo hace saber a su esposo. Él intenta hacerla cambiar de parecer. Ella se rehusa. Discuten y dejan el asunto ahí. Luego el esposo vuelve a traer el tema a colación y es rechazado nuevamente. Comienzan a crecer en él sentimientos de frustración y coraje. Está convencido que ella le está negando una experiencia gloriosa. La cree egoísta y hasta sin escrúpulos. Se siente "engañado". Para él los sentimientos y deseos de su esposa han pasado a un segundo plano. La ineptitud de este esposo de negarse a si mismo por respeto a las preferencias de su esposa, provocan en ella desinterés en la intimidad sexual. Un verdadero círculo vicioso.
El autorechazo es una palabra detestable en nuestra era moderna y hedonística. Cristo nos advierte que debemos aceptarlo. Los adictos a la pornografía condenan eso como parroquial y anacrónico. Abstenerse de la gula, embriaguez y la obsesión al trabajo, sí lo aceptan, pero no pueden aceptar la abstinencia a la indulgencia sexual.
Las personas atrapadas por la pornografía cibernética -- o cualquiera otra -- deben afrontar la idea de que la fórmula de Dios para la expresión sexual es la mejor. Deben someter su conducta a esta fórmula, de lo contrario caen en riesgo temporal o posiblemente eterno.
CONEXIÓN CON LA LIBERTAD
¿Qué pueden hacer estas personas para evitar caer en el pecado? A través de mis estudios bíblicos y clínicos encontré algunas medidas muy efectivas:
1. Instale un programa (también conocido como un filtro) en su computadora que obstruya el acceso a las páginas pornográficas. Permita que su cónyuge sea la única persona que conozca la seña secreta para entrar al Internet.
2. Decida que no va a morar en pensamientos o fantasías sexualmente explícitas. ¿Le parece imposible? Considere este mandato (Filipenses 4:8):
"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto todo lo justo todo lo puro todo lo amable todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad."
Créalo o no, en la sicología existe una disciplina que señala prácticamente esto mismo. Se llama Terapia Cognocitiva (TC). Defiende la idea de afrontar ideas negativas con pensamientos que se nutren de balance, control y prudencia. Por ejemplo un hombre piensa: Mi esposa no estará dispuesta a realizar cierto acto. Me imagino que no me desea. Tengo que encontrar algo mejor en otra parte.
TC dice: No, mi esposa me ha dado dos hijos. Hace todo lo posible por complacerme. Respeto sus razones y deseos. Puedo ser feliz y encontrar placer en la vida íntima que llevamos.
3. Evite comprar suplementos hormonales sin receta.
4. No permita que los tiempos libres engendren pecado.
5. Admita sus debilidades y entrégueselas a Dios.
6. Cédale su voluntad al Señor.
CONÉCTESE CORRECTAMENTE
Si somos honestos, muchos de nosotros desearíamos que la advertencia de Pablo en Filipenses 4:8 fuera una simple rutina.
Pero el camino hacia la autodenegación, rendición y obediencia no es fácil ni promete serlo. Al contrario es más sencillo conectarse en el Internet con una página "triple x" y dejar que la lujuria reine en su vida en vez de batallar contra el pecado.
Conciliarse con la lascivia, pone al hombre al servicio de dos ejércitos que están en guerra; Dios y Satanás. Esto es totalmente inaceptable para el Señor. El hombre o la mujer que intenta ser un soldado de Dios tiene que renunciar a sus ataduras con el enemigo. De lo contrario el camino que le aguarda es uno desastroso.
Jesús anunció a todo aquel que ha de seguirle: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame" (Mt 16:24). El apóstol Pablo a esta enseñanza añadió: "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios" (1 Co 6:9-10).
Rendirse, obedecer y abnegarse son elementos cruciales de una vida dedicada a Dios, esto aplica aun para las legiones que batallan contra el enemigo cibernético. *
El Dr. Antonio G. Payne tiene un doctorado en sicología pastoral.
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