EL CIMIENTO DE LA FELICIDAD

Por: MLLM

 

“ ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre la tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa. “ Lucas 6:46-49

 

Como joven que soy, muchas veces he cimentado mi felicidad en mis propias decisiones. Por supuesto que eso es lo más fácil, hacer lo que uno quiere hacer. Y en este momento, quiero hablar acerca del noviazgo, de las decisiones que se toman durante esa etapa. Yo digo ser cristiana, y a cada momento llamo a Cristo Señor, y clamo a Dios. Pero, ¿es realmente Cristo mi Señor?

 

Quiero analizar el lugar que Cristo ocupa en mi vida, con respecto a mi relación de noviazgo. Y para eso, aquí están unas cuantas preguntas que, aunque no son todas las que pudieran existir, son suficientes para tener una idea clara de quién es el Señor de mi vida. De hecho, puedes tachar aquellas cuya respuesta sea afirmativa.

 

q    Cuando tengo oportunidad de leer la Biblia y hablar por teléfono con mi novio, prefiero hablar con mi novio.

q    Cuando llega el momento de reunirme en el templo, yo quisiera en realidad estar saliendo con mi novio.

q    Cuando estoy orando, pienso en las cosas que podré hacer después con mi novio.

q    Muchas veces he cambiado mi lectura bíblica, oración y asistencia a los cultos por estar con mi pareja.

q    Frecuentemente descuido a mi familia y me pierdo de acontecimientos importantes dentro de ella, por estar con mi pareja.

q    Todos mis planes están basados en lo que voy a hacer con mi pareja.

q    Cuando decido a dónde ir, qué vestirme, dónde estudiar, dónde trabajar, dónde hacer la tarea, es porque allí va a estar mi pareja.

q    He tenido problemas con mis padres por situaciones relacionadas con el excesivo tiempo que paso con mi pareja.

 

Si alguna de las respuestas a estas preguntas es afirmativa, debo decir algo: Cristo no es el Señor de tu  vida, sino tu pareja. Y aunque intentes negarlo, Dios y tú saben que es cierto. Y hay dos cosas muy importantes que debes tener en cuenta al momento de desplazar a Dios por tu pareja:

 

1.   Estás pecando en contra de Dios, al tener dioses ajenos. Sí, la pareja se ha convertido en un Dios, al cual hay que servirle, obedecerle y dedicarle todo el tiempo. Y todo aquello que separa de Dios no es bueno. Si eres hijo de Dios, entonces como Padre amoroso, en algún momento de tu vida te disciplinará, ya sea alejándote de tu pareja, o no permitiendo que los planes que tienes con ella sigan adelante.

 

2.   Has fundamentado tu relación en la tierra, no en la Roca. Y cuando vengan los ríos con ímpetu contra tu relación, se va a desmoronar, y sólo provocará grandes daños y pérdidas en sus vidas, y no habrá felicidad completa. Aunque parezca que por el momento todo les está yendo bien, dentro de un tiempo, cuando el río crezca y los golpee, se van a derrumbar, y probablemente, jamás puedan edificarse otra vez, a menos que se arrepientan y enderecen el camino.

 

No hay más que un camino, y Cristo lo dijo: Es necesario edificar la relación de noviazgo sobre la Roca, que es Dios mismo. Es necesario que Dios sea en primer lugar en la vida de una pareja para que las cosas puedan marchar bien. Como pareja, se pueden realizar diversas actividades juntos, tomando en cuenta a Dios, poniéndolo en primer lugar. Pero JAMAS la pareja debe tomar el lugar de Dios. Pueden hacer juntos muchas cosas:

 

q    Asistir juntos a los cultos dominicales.

q    Asistir juntos a la reuniones juveniles o grupos de oración.

q    Leer la Biblia y orar juntos.

 

Pero hay otras cosas que deben hacer separados:

 

q    Pasar tiempo con la familia.

q    Asistir a los cultos aún cuando la pareja no pueda hacerlo.

q    Dedicar tiempo diario a la lectura bíblica y oración individual.

q    Hacer planes de trabajo en la obra de Dios, antes que en planes de pareja.

q    Renovar día a día la relación personal con Dios.

 

Y esto por mencionar unas pocas cosas. Seamos parejas sabias, que edifican su relación sobre la Roca. Cuando vengan los ríos y den contra la relación, no podrá ser movida, pues ha sido edificada de una forma que nada ni nadie la podrá quebrantar. Y ante todo, con el tiempo será prosperada la relación, y Dios les permitirá realizar todos sus planes juntos, ya que la pareja realizó primero los planes de Dios.

 

Finalmente, la Biblia dice que debemos acordarnos de nuestro creador en los días de la juventud, no dice que sólo debemos acordarnos de procurar una pareja. Así que, no demos a nadie el lugar que corresponde a Dios, y así Dios nos concederá todas las peticiones de nuestro corazón, con respecto a esa relación que tanto anhelamos. Si dentro de tus planes está trabajar, ahorrar, comprar una casa, un auto, casarte, formar una familia, tener hijos, etc., ten por seguro que sólo hay dos caminos que seguir:

 

1.   Tener a Dios como tu Señor, y tu Roca, y El te concederá todo eso que deseas.

2.   Tener a tu pareja como tu dios y tu fundamento (aunque es de tierra), y fracasar en todas las decisiones que tomen, provocando una relación infeliz, y en un futuro, un matrimonio problemático.

 

Decide hoy renovar tu relación con Dios, y entregarte TODO A EL. Y comparte esto con tu pareja, para que juntos empiecen a tomar las decisiones correctas en su relación.

MLLM

 

 

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