Por: Carolina Castro Ruiz
Hoy quiero compartirles acerca de una enseñanza muy reveladora acerca de
cómo creer y así obtener nuestras peticiones:
Idea Central : " Caminemos hacia una fe práctica"
Versículos base:
·
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y
por los siglos (Hebreos 13:8)
·
Dios no es hombre para que mienta, ni
hijo de hombre para que se arrepienta (Números 23:19)
·
Así que la fe es por el oír, y el oír
por la Palabra de Dios (Romanos 10:17)
·
Así también, la fe, por sí sola está
muerta si no va acompañada de obras ( Santiago 2:17)
Reflexión:
Tendemos a pensar en la fe como algo muy místico. No sabemos aterrizar
nuestras creencias en el plano de lo cotidiano ni experimentar una vida de
resultados, sino vivir en una sucesión de suspiros, anhelos y esperanzas
perdidas, tras una recompensa en la "otra vida". Pero
Dios es tan práctico que quiere que comencemos a obtener resultados concretos ahora
mismo. He aquí tres ideas clave:
·
La fe depende de su objeto:
Lo que determina su clase de fe no es el "creer" simplemente,
sino en qué y cómo cree. Todos
caminamos por fe cada día : cuando abrimos la llave de la ducha estamos
creyendo que habrá agua para bañarnos, cuando caminamos suponemos que habrá
piso sobre el cual andar y que la tierra seguirá girando para que mañana salga
el sol. Pero si de forma sistemática hay recortes de agua en su edificio, ya no
sería tan seguro que habría agua para bañarse en la mañana..... ¿Qué pasa
cuando a alguien le falla el objeto de su fe? Se queda "sin piso".
Personas, dinero, posición, posesiones, conocimientos, etc., son tan
susceptibles de ser alterados que un cambio en éstos, trastornará nuestro "sistema
de creencias". Incluso
muchas veces ponemos nuestra fe en la fe en sí misma, sin intentar tener
conocimiento de Dios y de Sus caminos, que son el origen de las leyes
universales que precisamente han servido de base para el concepto de "fe".
Si es riesgoso confiar en cosas relativamente estables o probadas,
imagínense lo crítico que será fundar nuestra fe en cosas impredecibles y con
un origen desconocido : la lotería, el horóscopo, el esoterismo y hasta nuestro
anhelo de poner en acción el "superhombre" que hay en nuestro
interior pero que tantísimas veces nos ha decepcionado.
·
La profundidad de la fe depende
de la profundidad del conocimiento que tengamos acerca del objeto de la fe
(Dios):
Erramos en la obtención de nuestros sueños, porque tenemos una concepción
errada acerca de lo que Dios quiere concedernos. No podemos fijar nuestra fe a
punta de tratar de convencernos a nosotros mismos diciendo : ¡Cuánto deseo
creer !... ¡Cuánto deseo creer! Lo más indicado, entonces, es conocer MUY BIEN
mi Dios y SABER CON CERTEZA qué esperar
y qué no esperar de El. Por esta razón,
la profundidad y el nivel de fe que tengamos dependen ÚNICA Y
EXCLUSIVAMENTE de nosotros. Así es.
Depende del conocimiento y seguridad que tengamos en lo que Dios ha prometido :
Su Palabra. Si no conocemos en contenido del testamento que nos dejó un
pariente archimillonario, nunca podremos acceder a nuestros derechos. Dios es
tan poderoso y excepcionalmente sobrenatural como nosotros le veamos : puede ser del tamaño de una caja de
fósforos o tan inmenso que nunca podremos llegar a conocer
totalmente Su poder y perfección.
·
"Fe" es una palabra de
acción:
Papi....me
voy a tirar a la piscina pero tu me recibes, bueno ?.....No creo que este niño
de 5 años espere a que su papá le confirme diez veces, para lanzarse al agua.
Cuando Papá dice Si hijo, El se lanza "a ojos cerrados". Por eso el libro de Santiago dice ; la fe
sin obras es muerta. Debe existir una evidencia concreta en mi actuación que
permita concluir que yo SI creo en las promesas de Dios.
Analiza íntimamente tu situación en este momento :
¿Tienes una verdadera relación personal con El ?
¿Conoces concretamente cómo desea bendecir tu vida ?
¿Estás esperando de El cosas realistas y acorde con Su voluntad?
¿Simplemente crees en un "dios" o LE CREES A ÉL como TU
PADRE AMOROSO Y ÚNICO DIOS VERDADERO DEL UNIVERSO ?
Oración:
Querido Padre Celestial, gracias porque creo que me amas lo suficiente
para desear todo lo mejor para mi vida. Sin embargo, no me quiero quedar con
esa suposición. Quiero tener la certeza de tu buena voluntad para conmigo y con
todas mis necesidades. Te pido, en el nombre de Tu hijo Jesús, que me animes a
conocerte y buscarte cada día, al igual que lo hago con mis seres queridos,
amigos y todas las personas que has puesto a mi alrededor. En mi corazón, yo sé
que escribiste toda Tu voluntad en la Biblia, te ruego que con Tu Espíritu
Santo me ayudes a estudiarla, entenderla y vivirla de forma victoriosa
aplicándola a mis situaciones personales. Amén
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