ROMPIENDO CADENAS ESPIRITUALES
REV. DALE A. ROBBINS*
Traducción por: Adda Velez
Todos los creyentes estamos en guerra, y nuestro
adversario es el Diablo (I Pedro 5:8) y sus fuerzas espirituales de maldad, con
las cuales está intentando dominar al mundo. La escritura dice que nuestra
lucha es contra “...principados, contra poderes, contra potestades de maldad en
los lugares celestes” (Efesios 6:12).
Todos
sabemos las características de Satanás, y que vino a “robar, matar y destruir” (Juan 10:10). Detrás de estos ataques
de rutina, las tentaciones y ataques de “pisa y corre”, las fuerzas del diablo
están buscando territorios para establecer fortalezas “de largo alcance” con
las cuales poder dominar y mantener cautivos a muchos. Las fuerzas Satánicas
están buscando personas, ciudades y naciones que no se le resistan y en las
cuales sus principados puedan florecer.
Fortalezas,
como la “posesión satánica”, en lo particular, o como fuertes influencias,
opresiones persistentes, obsesiones, temores, lazos con los cuales Satanás ata
a las personas. Los Creyentes no pueden
estar poseídos por algún demonio, pero muchos Cristianos son víctimas de los
lazos de Satanás.
La primera estrategia del Diablo, es
encubrir sus actividades, para que parezca que alguien o algo más, son los
culpables de lo que nos pasa. Nos quiere mantener nuestra atención clavada en
las cosas que están alrededor del problema para que nuestra batalla sea contra
los síntomas, en lugar de que sea contra la FUENTE REAL.
Todos sabemos que un
descongestionante aliviará los síntomas, pero no nos cura de la gripa. De la misma forma, puedes pelear contra los
síntomas del Diablo, pero no terminarán tus problemas hasta que vayas a la
fuente y ATES AL HOMBRE FUERTE.
Recuerda
cuando Pedro resistió la decisión de Jesús de regresar a Jerusalén sabiendo que
El sería crucificado ahí. Jesús no reprendió a Pedro, en vez de esto, reprendió
a Satanás. “Apártate de mí, Satanás” (Mateo 16:23). Pedro No estaba poseído por
un demonio, probablemente no intentaba
siquiera ser ofensivo contra Jesús. De cualquier manera, sus palabras fueron
inspiradas por Satanás, y Jesús fue a la fuente real.
Pablo dijo que nuestra batalla no es contra “carne y
sangre”, pero con adversarios
espirituales (Efesios 6:12). Es muy importante comprender que la verdadera raíz
del problema es “quien” nuestro enemigo real es. Satanás, no carne ni sangre,
no nuestro amigo, nuestra familia, no
nuestros hijos, esposas o esposos, no los empleados, no el gobierno. ¡El
enemigo es el Diablo!
ATANDO AL HOMBRE FUERTE.
Una vez, después de
que Jesús echó fuera el demonio sordo y mudo y sanó al muchacho, Jesús explicó
que en orden de deshacer las obras del diablo, tenemos que atarlo primero.
“¿como puede uno entrar a la casa del hombre fuerte, y robarle sus bienes, si
no le ata primero?”(Mateo 12:29). Para neutralizar las obras del diablo,
tenemos que ir y tratar directamente con la fuente y atar al demonio para que
sus manos sean inutilizadas. Sólo entonces, podemos ser capaces de recuperar
las cosas que nos robó, y ponerle un alto a sus acciones.
He predicado en muchas ciudades que han sido
fuertemente atadas por el Diablo. Los síntomas de esto son muchos. Algunos como
que las iglesias locales sufren conflictos sin sentido, o problemas
inexplicables. Las congregaciones experimentan poco crecimiento, y la prédica
de la palabra no es fácilmente proclamada, o bien recibida por la comunidad.
Estos son los síntomas, pero detrás de esta escena, Satanás es el verdadero y
único culpable. En algunos casos estas cadenas espirituales tienen que ver con
algún pecado oculto que tiene que ser encontrado por el ministro para ser
efectivo en su predica.
TODOS LOS CREYENTES TENEMOS AUTORIDAD SOBRE EL DIABLO.
Todos los Cristianos
debemos estar muy conscientes de que Dios nos ha equipado con las armas
espirituales para acabar con los poderes del diablo. El apóstol Pablo dijo: “Nuestras armas no son carnales, pero
poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Cor 10:4). Recordarás
cuando los discípulos regresaron al Señor regocijados acerca de los resultados
de su ministerio. Dijeron: “Señor, aún los demonios se nos sujetan en Tu
nombre”(Lucas10:17) . Jesús les hizo saber que la maravilla de esto era que los
demonios se sujetaban a ellos porque “sus nombres están escritos en el cielo”.
En otras palabras, porque ellos eran salvos. Porque su relación con Jesucristo,
ellos tenían la autoridad sobre el Diablo en el nombre de Jesús.
Jesús nos ha dado a todos Sus seguidores –todos los que conocemos
personalmente a Jesús como nuestro Señor y Salvador—la autoridad para usar Su
nombre y reprender las fuerzas del diablo. A todos los creyentes, Jesús les
dijo: “En mi nombre echarás fuera demonios...”(Marcos 16:17)
COMO ROMPER
FORTALEZAS Y MANTENERLAS ROTAS.
1. 1.
AUTORIDAD. Cada creyente
tiene el derecho de usar la autoridad de Jesús y Su precioso Nombre para atar y
tomar autoridad sobre las actividades de Satanás. De hecho, si nosotros le recordamos al demonio que ya fue
condenado el demonio tiene que huir en el nombre de Jesús. Ejerciendo la
autoridad en el nombre de Jesús, resistiremos la influencia del Diablo. “ Y
estos señales seguirán a los que creen: en mi nombre echarán fuera demonios, hablarán
en nuevas lenguas...”(Marcos 16:17).
2. 2.
INTERCESIÓN: Júntate con
otros Creyentes a orar e intercede contra las fortalezas hasta que veas
resultados. Hay un poder intensificado en compartir con los otros creyentes. La
oración con ayuno intensifica la fe, y la fe romperá las fortalezas. “Entonces
los discípulos vinieron a Jesús y le dijeron: “Porqué nosotros no pudimos
echarlos fuera? Este género no sale sino con ayuno y oración” (Mateo 17:19-21).
3. 3.
DESPLAZARLO: Establecer la
presencia de Dios. Cuando se le ha
ordenado a Satanás partir, llena ese espacio con la presencia de Dios. Donde esta la presencia de Dios, el diablo
no está!. Porque donde hay luz las
tinieblas no prevalecen. (2 Corintios 6:14)
4. 4.
RESISTENCIA: Sométete a Dios y mantente cerca de El. La Biblia dice que así es como resistimos al
Diablo y así es como el Diablo huirá.
El diablo huye de los Cristianos sujetos a Dios. Huirá de tu vida, y correrá
de donde tu vayas. (Santiago 4:7)
5. 5.
OCUPADOS: No le des lugar al Diablo. Cuando Satanás
sale de tu vida, llena ese espacio con Dios. Deja que la justicia sea la regla
que prevalezca. No des lugar a la rebelión, corrupción o inmoralidad en la que
Satanás puede refugiarse para reconstruir su influencia y fuerza sobre ti. La
escritura dice: “No des lugar al Diablo” (Efesios 4:27).
6. 6.
FORTIFICACIÓN: Vístete con la
armadura de Dios. Póntela diario, el equipo espiritual que te mantiene “listo
para la batalla”. Con la fe, la espada
de la palabra, la verdad, la salvación y la justicia, podemos resistir todo
ataque satánico, y estar listos para romper fortalezas que opriman a otros.
“Ponte toda la armadura de Dios para que puedas estar firme contra las
acechanzas del Diablo”. (Efesios 6:11).
7. 7.
UNGIR
CON ACETE: El aceite es un símbolo de la sangre derramada de Jesús, el cordero de
Dios. Al ungir nuestra casa, puertas y ventanas, nuestras herramientas de
trabajo y ungirnos unos a otros, El diablo no PUEDE pasar. (I Juan 1:7 y Éxodo 12:13)
Definitivamente, es necesario estar segurísimos de que la victoria es
nuestra, y que todo pensamiento, sentimiento o situación que se presente y que
nos quiera hacer sentir lo contrario, es una mentira mas de Satanás. ¡Ya basta
de creerle las mentiras al Diablo! Somos más que vencedores por medio de la
Sangre derramada de Jesús, y esto es algo que “los demonios creen, y tiemblan”.
*Nota de la traductora: el punto numero siete fue agregado por mi, por
considerarlo de cabal importancia y como un arma poderosísima dentro de la
batalla espiritual. Tomado de Internet
y traducido por Adda Velez.
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