"Razones para construir juntos"
Revista electrónica semanal, Puebla, México, año 1, núm. 3, 5 de septiembre de 2004
Política - Sociedad - Cultura
Política
Nunca populismo y desunión han beneficiado a México

Manuel Díaz Cid

Antes como ahora, "...los grupos en el poder no pensaban en el bienestar de los mexicanos, el poder de las pasiones...había desviado la lucha a un combate de elites", refiere Carlos Ramírez, comentando a Mariano Otero..

L a manifestación organizada por López Obrador el 29 de agosto es uno de los acontecimientos de mayor significado y sin duda, requiere comentarse para ubicar exactamente qué significó este hecho y en qué puede repercutir para el futuro próximo y dentro de dos años.
El 1 de septiembre Carlos Ramírez publicó un comentario en su columna 'Indicador Político', titulado "Crisis del 2004, una lectura de Otero". Escribe: "Como la historia da muchas vueltas y los políticos buscan asumirla como la gran maestra de la demagogia, muchos están volteando hacia el siglo XIX. La crisis de la alternancia-transición del 2004 tiene parecidos al México de 1842 a 1847, que dibujó con amargura Mariano Otero, joven liberal y federalista, en dos textos magistrales que deben releerse porque demostraron que la desunión interna y el populismo llevaron a la pérdida de la mitad del territorio en 1848."
"Otero, joven legislador que murió a los 33 años, pero que a los 25 publicó su ensayo 'Sobre el verdadero estado de la cuestión social y política que se agita en la República Mexicana'; y a los 30 sus 'Consideraciones sobre la situación política y social de la República Mexicana'; dibujó el periodo 42-47 del siglo XIX, que comenzó con el caos en el gobierno y la profundización de la Guerra Civil.
Terminó con la intervención norteamericana y la pérdida de la mitad del territorio nacional."
"Dice este escritor que en esa época, 'había una tal anarquía, un poder incoherente en sus partes, dividido en su acción, aislado de sus recursos, que de ninguna manera podía venir la Constitución de un pueblo."
"No, jamás elementos tan débiles han podido determinar la forma de vida política de las naciones."
"Pero los grupos en el poder no pensaban en el bienestar de los mexicanos, el poder de las pasiones, escribe Otero, había desviado la lucha a un combate de élites. México cayó preso de los excesos de la demagogia. La tarea de los dirigentes políticos, reclama Otero, era otra.
"Debieron ocuparse de educar y moralizar a la multitud, y de llamarla a la participación de los beneficios sociales; en esta obra lenta, que suponía una preparación diestra, que requería grandes e importantes trabajos en el orden moral tanto como el material, y que necesitaba del tiempo para fructificar, fue abandonada; creyendo que todo se había hecho, con llamar a la multitud al funesto aprendizaje de la Revolución y de los desórdenes, que corrompían el corazón sin ilustrar la inteligencia sin mejorar las condiciones de estos hombres".
Me parece que la descripción de Otero es para que nosotros nos pongamos a pensar.
La Crónica publica el 1 de septiembre un artículo firmado por Pepe Grillo, titulado "Clima enrarecido", en el que dice: "Nada fácil la tendrá hoy el presidente Vicente Fox cuando rinda su Cuarto Informe de Gobierno en la Cámara de Diputados."
"Fox encontrará en San Lázaro el clima político de enfrentamiento que él mismo ha provocado."
"Y aunque no estará presente para escucharlos, la oposición le echará en cara el incumplimiento de sus promesas de campaña y los pocos logros de su gobierno en materia económica, en combate a la pobreza, en generación de empleos."
"No cabe duda, el clima político en México está como agua para chocolate."

[El autor es director del Instituto de Investigaciones Motolinía, Puebla]
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