SOMOS UNA SOLA ALMA
(Lynn Andrews)

No existe ningún sanador o sanadora que pueda sanarte. Tú debes sanarte a ti misma. Todo lo que ellas o ellos pueden hacer es facilitarte las herramientas para ayudarte a traer conciencia a tu vida.

Si es cierto que hay cada vez más personas trabajando para el reino del espíritu y también más personas focalizando sus energías para la destrucción, cómo podemos entender que todas las personas estamos conectados y que formamos parte de una UNIDAD?  ¿Cómo puede ser que seamos parte de un mismo SER?

Nos guste o no, esta es la verdad. Y si vivimos en un mundo signado por la guerra y el hambre, nos convendría preguntarnos –especialmente a quienes nos dedicamos al trabajo del espíritu-, “de qué modo hemos creado guerra en nuestra vida”, “de qué manera provoco mi propio hambre”.

Las primeras lecciones que debemos aprender en nuestro trabajo espiritual es: “Siempre estaremos solas” y “Todas las personas somos UNA”. De hecho, “TODAS NUESTRAS ALMAS SON UNA SOLA LUZ”.

Recuerda que solo sanándote a ti misma, puedes sanar al mundo.

¿De qué manera comenzamos a sanarnos? Por empezar, mirándote a ti misma con compasión (sabiendo que compasión es sinónimo de amor y no de “lástima”) más que como un juez severo e implacable. Recuerda también que tus imperfecciones son tus dones. Mira dentro de tu alma y siéntete dispuesta a perdonar. Mira lo frágiles que somos y cómo penetrar esa fragilidad y convertirla en tu aliada. Mira los dolores que originaron tus traumas y bendícelos porque ellos te permitieron aprender todo lo que sabes y ser quien eres hoy. Sé agradecida con ellos y despídete de ellos con amor.

Recuerda que vivimos en un mundo hecho de energía y que la energía responde al pensamiento. ¿Qué clase de pensamientos quieres cultivar para construir una vida que merezca ser vivida?

En Espíritu.
Lynn Andrews


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