Monsieur Clotaire Coulon, "Mesié"
17 Junio 1915 - 24 Septiembre 2005
El emotivo adiós de Marina Vera

¿Alguien sabe que pasaba en Francia en junio de 1915?

Te estarás preguntando para qué quiero saber ésto si ni vos ni yo habíamos nacido, hasta ni siquiera estábamos en los planes de nuestros padres ni abuelos. Sin embargo, por esos días nacía alguien quien, sin saberlo, haría muchas cosas por vos y por mi, y por muchísimas personas que ni siquiera se enteraron de su paso por esta tierra.

Hoy, a 90 años de su nacimiento, nos entristece su partida . Es que Clotaire Coulon, messieu para quienes tuvimos el gusto de compartir parte de su vida , levantó vuelo. Ya es parte del aire, un trino.

Gracias a Dios su vida fue un dar constante. Por eso nos quedan muchísimas cosas palpables para recordarlo con alegría y gratitud. Desde los recortes que archivó para la biblioteca de Aves Argentinas hasta los desmontes
minuciosos en el matorral de Ribera Norte, dándole guerra a la ligustrina.

En lo personal me quedan muchas imágenes: los bichos acercándosele como si fuera San Francisco de Asís, su insistencia para que me tome un vasito de San Felipe, el picadillo que hacía con la ligustrina, los pancitos que se
robaba del almuerzo (se imaginan a donde iban a parar...), su enojo cuando los ravioles venían con pollo o carne, su desesperación por leer el diario y el recibimiento que le dieron los gatos la última vez que lo llevé al Hogar. Cada uno tendrá sus recuerdos, sus vivencias. ¡Cuanto que nos dió!

Solo nos queda guardarlo en nuestro recuerdo y tratar de imitarlo un poquito, aunque más no sea.

La próxima vez que recorras el sendero, tal vez sientas una presencia. Si lo buscas con los binoculares dudo que lo veas. Pero seguro que estará allí, esperándote en la matera (y no precisamente con un mate en la mano).

¡Gracias messieu!, nos vemos en el sendero....

Marina Vera
Coordinadora la Subcomisión de Educación Ambiental y Prosecretario de la C. D. de la Asociación Ribera Norte



Mesié junto al guardaparques Ricardo Camiñas - Invierno del 2001

Para ver más fotos de Clotaire podés visitar la página de Eventos sociales


Despedida
Un poema de Juan Carlos Chébez
recordando la última vez que estuvo con Mesié, en una salida por la reserva

Podría contarles,cuanto lo quería,
porque me agradaba tanto su sonrisa.
Podría decirles como lo extrañaba,
cuando en una charla no lo distinguía.

Amaba las aves,quería la vida,
y fue para todos grata compañía.
Eramos su casa ,también su familia,
por eso el afecto que todos sentían.

Podría decirles como lo admiraba,
cuando la emprendía con la ligustrina,
y cada domingo en Ribera Norte,
peleaba el espacio de mi selva india.

Lo vi en conferencias, lo vi en campamentos,
pegando recortes,salvando recuerdos,
con la mano en alto yo siempre lo veo,
son esos recuerdos que siempre conservo.

Mesié ,sin saberlo reemplazó a mi abuelo,
que hace mucho tiempo se marchó al silencio,
entre mate y mate casi se lo cuento,
mas quedé callado con mi pensamiento.

Mas quiero contarles de mi último encuentro,
allá por diciembre cerca de año nuevo,
en Ribera Norte había un festejo,
y alli nos reunimos después de algún tiempo.

Yo llegué temprano con el sol bien alto,
lo encontré sentado,me alegré de verlo.
Mesié caminamos?pregunté con miedo
y de pronto andando me hallé en el sendero.

Repetí los nombres de la enredadera,
en pleno verano la vida bullía,
cantó el chiricote,rezó la bumbuna,
y nos saludaban.Mesié sonreía.

Casi en la laguna vimos las tortugas,
la pollona negra mansa se lucía,
volaron apenas unas garzas brujas,
se alejó nadando una nutria esquiva.

llegamos al puente,quiso ver el rio,
pero lo impedian unas ligustrinas,
amagué a volverme previendo cansancio,
y el dijo :"sigamos ¡que lindo está el dia!."

Debajo los sauces con el paso firme,
caminamos juntos hasta la salida,
la que da a la playa repleta de juncos,
la que besa el rio que el tanto quería.

Yo estaba en voz alta arrojando nombres,
mesié no escuchaba,solo sonreia,
poniendo la mano para darse sombra,
miraba ese rio y su eterna olita.

Me quedé en silencio .Presencié la escena
y supe en el acto lo que sucedía,
Mesié se marchaba y decía hasta siempre,
al rio que en brisas su aroma traía.

Calló el chiricote su voz vocinglera.
calló la bumbuna su gris letanía,
y por un instante supe que Ribera,
le hacía a su amigo verde despedida.

Volvimos del brazo,muchos lo extrañaban,
" fuimos hasta el rio yo les repetía,"
y luego el festejo se adueñó del tiempo,
pero yo en el alma me grabé ese dia.

Dicen que se ha muerto.Que se fue de viaje.
nos prohibieron verlo.Todos lo querían.
Y nadie se muere de veras y es cierto,
mientras lo recuerden con una sonrisa.

Si mas de la cuenta llegara a extrañarlo,
su cabello blanco y su voz viejita,
ya saben amigos adonde encontrarme,
mirando hacia el rio en esa playita.


Juan


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