Ribera Norte... Recorrida virtual
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Sitio creado y mantenido por: Alec Earnshaw
Última Actualización: 19 de Mayo de 2003
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Ante todo una sugerencia:
Marcando AQUI se abrirá una ventana con el plano de la reserva
Así podrás seguir la recorrida virtual más fácilmente
TODAS LAS FOTOS SON (c) DE A. EARNSHAW

¿Nos acompañás en una recorrida virtual por el sendero?

Referir al plano de la reserva. El sendero esta marcado en rojo. Para seguir nuestros pasos, en el plano hay una docena de puntos numerados, marcados en blanco.

Preparados... Listos... (Pero antes una breve introducción pre-recorrido)

El recorrido pasa por los siguientes ambientes:
Pajonal - con sus pastos altos, totoras y cortaderas
Bañado - con caraguatá, margarita de bañado, catay, saeta, etc.
Laguna - con la vegetación flotante (camalotes, abundantes repollito de agua, lentejitas de agua, etc.)
Ceibal - con seibos (ceibos),
Matorral ribereño - con duraznillo de agua, sarandí, etc.
Bosque de Sauces - con sus sauces criollos (híbridizados con especies de sauces introducidas)
Costa del Río de la Plata - con sus amplios juncales
Bosque de Alisos de río - se cruza en el tramo de vuelta.

Los distintos ambientes no siempre tienen fronteras claras. E incluso pocos de ellos existen como "formaciones puras".
El juncal se compone de casi 100% juncos, pero en cambio el matorral y el ceibal están constituidos por diversas combinaciones de especies, donde hay muchas variedades de plantas: entonces la predominancia relativa de alguna especie indicadora, como por ejemplo el ceibo, da su nombre a ese espacio. No siempre es fácil reconocer estas formaciones ni darles nombres únicos.
La mayoría de las fotos fueron tomadas en primavera/verano, cuando la reserva es más exuberante, pero recordemos que cada temporada tiene lo suyo. Algunas aves migratorias que provienen del sur se ven únicamente en invierno, y si estamos atentos también veremos algunas flores propias de esta estación.

1 - Llegada / Partida
Llegamos al predio. Entramos por el portón y saludamos al Guardaparque. Cerca de la "casucha" es probable que encontremos un voluntario deseoso de entregarnos folletería. Si está próxima la hora de partida de la visita guiada gratuita, seguramente convendrá participar, ya que es un recorrido muy instructivo durante el cual nuestro guía contará muchas cosas interesantes. Sino, hacemos el sendero por nuestra cuenta. El recorrido es circular y nos puede llevar 30 a 40 minutos, o bastante más si nos detenemos a menudo. Tomamos la senda y entramos en el mundo de plantas y animales silvestres. Notamos sorprendidos que aquí no se ven gorriones (una especie introducida de Europa): no cruzan el alambrado, no les gustan estos lugares . No saben lo que se pierden...

La casucha. De aquí parte el sendero.

2 - Tramo entre pajonales y bañados
Comenzamos por el sendero angosto. Salimos de la sombra y entramos en un espacio repleto de todo tipo de plantas. A la izquierda vemos el pajonal, con altas totoras y serruchetas. Más allá un centro de pequeños arbolitos. Son los sarandíes colorados, y es aquí donde anidan las garzas. Si es primavera o verano veremos estas aves blancas angelicales - pero valientes defensoras de sus pichones - entrando y saliendo de la colonia, y escucharemos sus curiosas voces, parecidas a gárgaras humanas. Pasamos un gran ceibo. Y a la derecha, entre las ramas de los árboles divisamos un bañado . Un nido de hornero por aquí, un picaflor por allá. Cantos de aves por doquier...

La colonia de nidificación de garzas, escondida en el Sarandí Colorado
(Rubiaceae: Cephalanthus glabratus)

Evidentemente en este sendero no estamos solos...
Aquí viene caminando un bonito Chiricote (Aramides cajanea) Es importante no espantarlo. Si nos quedamos quietos tendremos la oportunidad de verlo por unos segundos. Si lo corremos, desaparece instantáneamente en la vegetación. Recorrer la reserva no implica certezas: veremos fauna si están, si les damos tiempo, si no hacemos alboroto y tenemos paciencia. En un zoológico tenemos certeza de ver todos los animales. ¡Pero cuanto mejor es descubrirlos en su estado silvestre!

3 - La Laguna
Llegamos a la apacible laguna. El verde no es césped, sino vegetación flotante, principalmente repollitos de agua. Al fondo quizás veremos garzas, jacanas y pollonas. Si la vegetación ha dejado partes de agua sin cubrir, podemos ver patos (normalmente el barcino). Desde aquí se advierte el paso de muchas otras especies de aves.

También podemos ver grandes tortugas y caracoles de río. Podemos sentarnos en una plataforma, o esperar que asome un rálido: el Burrito Común o una Gallineta, dos especies de ave que son "Marca Registrada" de Ribera Norte.

Este lugar es para estar un buen rato...

En el ceibo al fondo: una Garza Mora. Más adelante: un Hocó Colorado

4 - Curvas y contracurvas
Hacemos un par de giros y entramos en zona más húmeda, donde hay buena sombra. Estamos atravesando el ceibal, aunque no todo aquí es ceibo. En esta zona podés ver Chiricotes y más gallinetas. Fijate en las zonas pantanosas.

5 - El Puente
El puente de metal cruza una zona de suelo barroso. También le sirve a la fauna, que puede cruzar por debajo, escondida entre la vegetación, para llegar a los juncales costeros.
Es otro sitio con bonita vista para disfrutar... Se aprecian los extensos juncales. En invierno podemos ver gaviotas. Una mañana de otoño, cargada de una densa niebla, presencié desde aquí la migración al Norte de una bandada infinita de Tijeretas que seguían la costa. Aparecían brevemente y volvían a desaparecer en la neblina. ¡Un espectáculo surrealista!

La costa del Río de la Plata vista desde el puente metálico

6 - Matorral Ribereño
Ahora vamos bordeando la costa, entre ceibos, sauces y saranís. Aquí te podés imaginar en una selva. Una planta característica y muy abundante que se desarrolla en verano es el Duraznillo de Agua (Ludwigia elegans). También hay mucha ligustrina, una planta asiática que todo lo invade. En este tramo se ve bastante fauna, incluyendo mariposas extrañas y un bonito pajarito llamado Sietevestidos (Poospiza nigrorufa).

Las hermosas flores del Duraznillo de Agua

7 - Bosque de Sauces
Siempre siguiendo por el sendero vamos entrando a la catedral construida por los altos sauces (izquierda). Aquí habitan los carpinteros (derecha) y chincheros, y en la copa de los árboles se escuchan otras especies de aves, a veces difíciles de ver. La agradable sombra invita a quedarse quieto mucho tiempo, esperando las sorpresas que la naturaleza quizás tenga hoy para nosotros. En verano tal vez veamos un Lagarto Overo, y en otoño podremos divisar entre las ramas peladas el paso de bandadas de gaviotas que vuelan al Norte. En verano hay mariposas selváticas, que veremos si nos detenemos y estamos atentos.

8 - Desvío a la Costa

Aquí tomamos el ramal que lleva a la costa. Si la marea esta baja podremos encontrar una enorme playa, que no se erosiona gracias a los densos juncales. Aquí también hay mucha fauna: en las arenas abundan caracoles, aunque la mayoría son asiáticos, de muy reciente llegada, que estan logrando sustituir a las especies nativas. Podemos ver biguás y garzas. Es aquí donde un otoño observé una pequeña mariposa comenzando su migración al Norte, volando efímeramente entre las ráfagas, un metro sobre el agua. Su destino: ¡la costa del Uruguay! En la foto: un Carau (Aramus guarauna)

9 - Retomando la vuelta

Volvemos al sendero principal y continuamos circulando. Todavía nos queda bastante por explorar. Salimos del bosque y bordeamos el pajonal. En Septiembre estaremos rodeados de hermosas flores, los Lirios Amarillo. Desafortunadamente se trata de una especie exótica y su presencia aquí es un muy mal augurio, puesto que se expande en forma descontrolada, desplazando y eliminando a las plantas nativas, que son la que deberían conformar nuestros pajonales. Al menos eso es lo que me han dicho los animales que viven aquí, desde hace más de 500 años... ¡Epa, mucho más que eso!!!

10 - El Bosque de Alisos

Seguimos por este tramo recto del sendero, bordeando el pajonal a nuestra izquierda, y una acequia a la derecha (que mi imaginación convierte en vertiente o arroyito). Al lado se encuentra el vecino club de veleros. Si estamos atentos, en este arroyito podemos encontrar tortugas y más caracoles de río. Muchas veces se encuentra un caracol en el sendero, sin el animal adentro. Pero... ¿Cómo vino hasta aquí? Son las aves, como el Carau, que los encuentran en el pajonal y los llevan a su rama preferida, donde los comen. Este caparazón seguramente ha caído de una alta rama del sauce.
Entramos luego en un lindo bosquecito encantado compuesto por árboles de troncos más finos y lisos que los del sauce: son los Alisos de Río.
En la foto el árbol más grueso es un sauce. En el fondo está la multitud de alisos.

Caracol de Río
Nombre científico:
Pomacea caniculata


Es el alimento preferido del Carau y de una rapaz parecida a una gavilán, llamada justamente "Caracolero"

11 - Bordeando el pajonal

Cruzamos un pequeño puente y salimos del bosque, y de nuevo bordeamos el pajonal. Aquí podremos distinguir las especies nativas entre la densa invasión de Lirios Amarillos que bordean el sendero. Llegamos casi hasta la calle, y doblamos. Es otro lugar hermoso, con muchas plantas y grandes arboles. Subimos al nivel del albardón. Allí, a la sombra, crecen en verano las hermosas flores violetas de la Salvia guaranitica, que los picaflores frecuentan para obtener su néctar, y de paso polinizar las flores que están especialmente adaptadas para aprovechar el servicio de estas aves minúsculas. En la foto un Picaflor Común (Chlorostilbon aureoventris) hace lo suyo para el deleite del fotógrafo...

12 - Tramo de sendero elevado

Caminamos ahora paralelos a la calle por un tramo elevado del sendero (foto de la izquierda). Es nuestra oportunidad para buscar fauna entre las plantas que crecen en este terreno habitualmente inundado: la Gallineta Común o la Pajonalera Pico Curvo. El premio máximo sería ver quizás el pájaro más hermoso de la Argentina: el Federal (foto de la derecha). Y lo doblemente importante es que lo estaríamos viendo en estado silvestre, no en una jaula, donde tarde o temprano se muere. Aquí en cambio estará cuidando sus pichones, criando. Aguantando en el poco espacio que le dejan los hombres para hacer su vida.
El Federal se ve habitualmente desde este lugar. Generalmente esta lejos, pero la luz encendida de su plumaje lo delata.

13 - Y llegamos de vuelta al punto de partida...
¿Te gustó el paseo virtual?
Ahora vení a verlo con tus ojos. Total, es gratis. Tu visita "real" será distinta: tal vez esté nublado, o haga bastante calor. Pero estarás oyendo las aves. Puede que veas un Chiricote, o no. P
uede que te encuentres con otra gente como vos. O no. Pero seguramente te llevarás muchas vivencias que no te puede dar este recorrido virtual.
Una cosita más: al salir despedite del guadraparque y dale aliento en su trabajo contándole lo que has visto.


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