MODELO DE ESTABILIDAD DE PARTIDOS

APROXIMACIÓN

Dentro de los estudios sobre el análisis de los partidos políticos y los sistemas de partidos, se han desarrollado maneras de analizarlos desde diferentes perspectivas. Se estudian para entender por qué existen, se estudian por dentro para conocer su estructura y conformación, se tipologizan por su criterio numérico, se comparan entre diferentes sistemas de partidos de diferentes países, se analizan según el tipo de competencia electoral, se conocen las comunidades políticas que los rodean y se estudia su actuar parlamentario y su ejercicio de poder.

Por mi parte, intentaré hacer una humilde aportación para participar de nuevos elementos de estudio en el diagnóstico más preciso de la eficiencia y desempeño de un partido como institución política. Mi aportación parte de la necesidad de conocer el estado en que se encuentran los partidos políticos en México, este estado lo voy a traducir como eficiencia y desempeño desde el punto de la armonía interna de los partidos, creando un modelo de cuatro niveles de estabilidad que precise el punto en el que los tres partidos principales de México, PAN, PRI Y PRD se encuentran actualmente y más concretamente de 1999 a la fecha.
Con el fin de establecer el grado de avance en que se encuentran los partidos y las posibilidades que puedan presentar tanto en la coyuntura política, como en su vida propia y en respuesta real para la sociedad, estableceré cuatro niveles de estabilidad para el estudio de los partidos, entendiendo que, de acuerdo con su ubicación en dichos niveles, corresponderá el grado de sofisticación, desarrollo armónico, capacidad de respuesta, posibilidades de triunfo, potencial de creatividad, nivel de discurso y debate y problemática interna de cada partido. Cada uno de ellos podrá ubicarse en un nivel de estabilidad, de acuerdo con el lugar que se diagnostique en el análisis dentro de los cuatro parámetros.

Estos son los cuatro niveles de estabilidad para el estudio de los partidos políticos en México:
A) Primer Nivel: Partido con sofisticación y alta estabilidad
B) Segundo Nivel: Partido con estabilidad y problemática regulares
C) Tercer Nivel: Partido con estabilidad endeble y crisis incipiente
D) Cuarto Nivel: Partido sin estabilidad y crisis generalizada

1. SUSTENTO TEÓRICO-METODOLÓGICO
A) PRIMER NIVEL DE ESTABILIDAD. PARTIDO CON SOFISTICACIÓN Y ALTA ESTABILIDAD

El partido es en términos generales constante, organizado en correspondencia con las partes que lo forman; es propositivo y resolutivo aun cuando tenga diferencias internas; sólo existen desacuerdos programáticos que se resuelven pronto y por consenso, y ligeras variantes de puntos de vista acerca de la realidad, aunque, si se observan casos de disparidades radicalmente opuestas, ellas sirven para demostrar un alto nivel teórico y creativo acompañado por una conciliación, una complementación, unificación y una solución inteligente de estas disparidades.
El partido después del cambio de un orden imperfecto (es decir, si el sistema político acaba de dejar una crisis), buscará el perfeccionamiento responsable del sistema y la estimulación de criterio en la sociedad. Por otra parte, también se encuentra en franco ascenso o consolidación democrática al interior, con programas fuertes y renovadores y en proceso de llevarse a la práctica; sus planes de desarrollo son integrales, de amplio espectro y alcance. Una vez alcanzada la base social natural y más allá de ella, se busca el incremento de espacios mayores pero sin alcanzar la monopolización social ante el avance y competencia de otros partidos que se encuentren en el mismo nivel. El partido de vanguardia deberá estimular el alto nivel de debate, discurso y acción de los demás partidos, de la sociedad y del gobierno.
A nivel cupular hay unidad, y las variantes de los diversos grupos militantes contribuyen plenamente al enriquecimiento de ideas en el partido y no a rupturas ideológicas o de intereses entre ellos. El partido responde también cabalmente a la ciudadanía, en el caso de que éste ocupe un puesto público y/o de gobierno, y tiende a optimizar su eficacia, así como contribuir ampliamente al desarrollo del país en donde actúa. En el caso más avanzado es un partido con fuerte sustento teórico y promotor de un alto nivel de desarrollo social e integral, así como promotor del desarrollo del sistema político incluso a innovar en él con propuestas de reforma estructurales y secundarias cuando sea necesario. También hay educación personal –los integrantes poseen buena educación, buen nivel educativo y buen nivel teórico y académico-, conciencia crítica, amplio criterio y formación generalizada al interior, así como fomento de la misma al exterior. El partido que se encuentra en este nivel busca incrementar y reproducir la perfección, armonía y organización interna por costumbre, mientras que en el exterior es altamente eficiente y co-responsable hacia la sociedad.
En general el partido es altamente autoconciente de su situación de estabilidad y busca ya incluso por generaciones mantenerse en el nivel, lo que corresponde a las democracias clásicas establecidas. Por dentro presenta o tiende a presentar finanzas sanas, programas de trabajo, estímulo a la militancia y propuestas bien desarrolladas y contundentes en ideas, planes, programas y proyectos para con todos los rubros humanos  -económica, cultural, social, educativa, tecnológica, agraria-. Si el país se encuentra en proceso de desarrollo –por ejemplo España de 1978 a la fecha-, el partido tiende a proponer y promover la eliminación de problemas y a eficientar al máximo las posibilidades que ofrece el medio, así como coadyuvar en sentar las bases para la organización real de la sociedad; cuando el país se encuentra desarrollado, continúa promoviendo la optimización máxima, la estabilización y la potencialización de sectores que pudieran rezagarse.

Este nivel de estabilidad es común en los países avanzados, es escaso en los países en desarrollo y prácticamente nulo en los países atrasados y en los no democráticos. Está difundido en Europa, en norteamérica salvo México en que es muy escaso y en oriente en Japón, en menor medida Corea del Sur y muy escaso en Malasia e Indonesia.

De acuerdo con el diagnóstico a demostrar, de 1997 a 2000 sólo PAN y  PRD dentro de sus respectivos avances y sus propios rumbos, podrían haberse acercado a este nivel. Pero de 2000 a 2004 es todavía más difícil encontrarlos cun dirección hacia éste, como veremos más adelante. En un futuro de cercano o mediano plazo ninguno de los dos se perfila para ubicarse plenamente en él.
 
Otras características de este nivel son:
Ideología cohesionada. Aún cuando haya riqueza ideológica por su amplio espectro al interior, es un partido cohesionado que toma como virtud esa amplitud ideológica.
Liderazgo incluyente, élite dirigente responsable. Existe una comunicación de la dirigencia y los comités directivos con la base militante, y las corrientes políticas se encuentra bien representadas en la dirigencia. Si no hay elección de tipo democrático al interior –que es rara-, existe una enorme capacidad de consenso y acuerdos para establecer consensos dentro de puntos de vista en común.
Hay corrimiento hacia el centro ideológico. El partido no es propenso a polarizarse ni al interior ni al exterior, y si la polarización se da al exterior en el ambiente político -entre los partidos o en los diferentes niveles de gobierno-, al interior el partido no muestra polarización ideológica, impidiendo que haya contaminación sustancial del ambiente externo, pero al mismo tiempo coadyuva a que la polarización disminuya.

En los monopartidismos el partido se convierte en potencia, lo que en este nivel se traduce en hegemonía,  sólo se dio el caso en la URSS y en menor medida en China. En los sistemas de partido hegemónico el partido responde eficientemente, fue el caso del PRI de México de 1952 a 1970. En los bipartidismos el partido tiene capacidad de competencia real para la alternancia, de hecho lo consigue por costumbre, es el caso de Gran Bretaña y E.U. En los pluripartidismos la estabilidad del sistema se entiende por el mayor número de partidos que se encuentren en este nivel. Este nivel no se presenta en los pluralismos polarizados, según la tipología de Sartori.
En los períodos interelectorales los partidos continúan muy activos, incluso algunos tienen por costumbre mantener el nivel de actividad que hay en los momentos electorales, esta actividad se traduce en conexión permanente con la ciudadanía desde las modalidades del sistema de gobierno.

B) ESTABILIDAD EN NIVEL DOS. PARTIDO CON ESTABILIDAD Y PROBLEMÁTICA REGULARES

Se trata de un nivel de partido en que la estabilidad es relativamente constante, pero por su estabilidad podría caer en dos puntos de inclinación. a) En  este nivel en ciertos momentos puede presentarse pasividad o inactividad dentro del partido, pero estos momentos de relativa pasividad no se ubican en la línea de crear una crisis en el partido. b) Si el partido, por el contrario es estable pero muy dinámico, es decir, cuando existe exceso de actividad entre los diferentes conformadores del partido –comités, militancia, dirigencia-, este dinamismo puede sólo en ciertos momentos innestabilizar al partido, pero esta costumbre es común y constante al punto que las fluctuaciones pueden a penas llegar a la polarización interna temporal, y no permanentemente.
Al interior, el partido presenta tendencia hacia el alcance de objetivos de perfeccionamiento, aún cuando carezca todavía de un mejoramiento total en su vida interior. Si es un partido que viene de un nivel de estabilidad inferior (nivel 3) estará pensando en no recaer o no volver a cometer los mismos errores, y si es un partido cuya estabilidad se ha visto mermada, o que en otro momento paso por un mejor desempeño (nivel 1), buscará o aspirará a recobrar el nivel en que se encontraba, pero nunca lograrlo del todo (si lo logra, es obvio que estaría en el umbral del nivel 1).
Aquí, el partido no se encuentra en crisis, pero no es necesario que sea conciente de su situación, de hecho una de las características principales es que es el partido menos conciente de su situación, a pesar de que se encuentra en un buen nivel; los partidos en crisis saben que lo están y quieren dejar de estarlo, los partidos avanzados entienden que su situación se debe a su interés y trabajo por llegar y mantener ese nivel, nivel que ya se da por costumbre para mantenerlo. Pero en los partidos que se encuentran en este nivel no son concientes de su costumbre, por eso sería relativamente fácil decaer a un nivel inferior. Sin embargo, eso no quiere decir que la estabilidad no se entienda por el incremento de propuestas internas, el aseguramiento de los avances en forma que sean permanentes, que no retrocedan o recaigan, eso es lo que caracteriza a los partidos de este nivel; la inconciencia se puede presentar cuando hay una pasividad de partido, y si hay una dinamicidad, se busca mantener el nivel pero sin  conciencia de mayores aspiraciones.
Por otra parte, aquí también se busca asegurar toda la base social natural que representa  el partido. En lo electoral, la competencia con otros partidos ya es franca.
Los movimientos sociales de vindicación (manifestaciones, campañas, audiencias), aunque pueden no ser siempre comunes, son organizados, apoyados, con propuestas concretas, no contradictorias, no desestabilizadoras pero también buscadoras de un cambio real con vistas al mejoramiento social. Aunque la eficacia para la solución de problemas no es total, los avances tienden a ser mayores y más completos.
Si el partido se encuentra en el poder, buscará que las necesidades de los grupos sociales se atiendan y resuelvan en un alto porcentaje y eficientemente aún cuando no obtengan resultados completos.
En el interior pueden existir vicios y pugnas, amén de grupos con diferentes programas siempre con cierto riesgo de no corresponder con los principios del partido, por su grado de diferenciación con estos. De no tomarse ventaja de las
posibilidades que tendría cada propuesta o acción, cabría la posibilidad de una ruptura interna, aunque por lo regular, en este nivel tales diferencias son superadas con relativa facilidad y casi no existen.
El partido tiende a buscar la perfección; los desacuerdos internos son absolutamente naturales al interior, sólo si estos se encuentran retirados de un proceso de ruptura interna. En el partido ya hay respeto a los principios y se ha abandonado o están por abandonarse las contradicciones; la creación de programas, estrategias y consolidación de liderazgos puede tener muy diferente grado de eficacia. En la más baja ubicación de este nivel, el partido puede ser estable al interior, pero no por ello su estabilidad refleja un grado avanzado de desarrollo y fomento al progreso del país, si éste no es emprendedor de acciones que beneficien plenamente a la ciudadanía.
Actualmente en este nivel podrían considerarse los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática. Pero, mientras que el primero aunque es muy estable y cohesionado al interior, muestra problemas por su inactividad y eficacia, lo que está haciendo que el partido tenga cierta crisis de preferencia de parte de la ciudadanía. En el caso del PRD sucede lo contrario, tiene preferencia creciente gracias al actual líder moral Andrés Manuel López Obrador, pero presenta fuerte dinamización al interior, lo que impide que la cohesión interna se vea mermada. En el caso del PRI hay problemas para definir si su ubicación sería de este nivel o del tercero, porque si bien mantiene una constante fuerza electoral, también presenta serias fracturas al interior, incluso mayores que el PRD, el PRI es un partido que tiene mayores éxitos que el PRD, pero también es más inestable que este mismo, por lo que yo lo ubicaría más en el tercer nivel que en el segundo.
Otras características de este nivel son:
Ideología muy o escasamente diversificada. La riqueza ideológica por su amplio espectro  puede ser causante de facciones y de fricciones, pero sigue siendo un partido cohesionado; al revés, también puede ser pobre ideológicamente y de escasa amplitud ideológica.
Liderazgo no siempre incluyente, élite dirigente no siempre responsable. Existe una relativa comunicación de la dirigencia con los demás conformadores del partido, las corrientes políticas pueden distanciarse pero continúan manteniendo en el fondo la misma ideología, se encuentra relativamente bien representada en la dirigencia. No siempre hay elección de tipo democrático al interior –esto es más común-, pero sí existe una obligada capacidad de consenso y acuerdos para establecer acuerdo conjunto dentro de puntos de vista en común.
No hay permanente corrimiento hacia el centro ideológico. El partido podría ser propenso a polarizarse al exterior, si la corriente interna polarizadora es más fuerte que la centralizadora. Si el partido se encuentra en un ambiente de polarización externa, es fácil que caiga en este juego, aunque al interior el partido aún se mantiene cohesionado, impidiendo que haya contaminación del ambiente externo, pero  no coadyuva suficientemente a que la polarización disminuya.
Restándole todo lo que no caracteriza a los monopartidismos, teóricamente en este nivel se encontraría el PCC en Cuba, lo que en este nivel no se traduce como hegemonía internacional, si en cohesión social interna. En los sistemas de partido dominante el partido ya no responde con suficiente eficiencia, es el caso del PRI de México de 1970 a 1999 (otros afirmarían que sería de 1968 a 1999 y otros más que de 1968 a 1997, yo me inclino por esta última). En los bipartidismos sólo puede entenderse cuando el partido de oposición no puede retornar al poder por más de tres ciclos electorales seguidos, aun cuando el partido tenga capacidad de competencia real para la alternancia, esta es la forma más o menos patente de encontrar a un partido de sistema bipartidista en este nivel y ha sido muy poco común. En los pluripartidismos la estabilidad del sistema se entiende por un menor número de partidos en que cada uno se encuentre en este nivel, aunque por supuesto que los hay, no son tantos como en el nivel primero.  Si el número de partidos que se encuentran en este nivel es mayor que los que se encuentran en otros niveles, entonces el sistema se ubica en este nivel, pero si sólo hay algunos partidos que se encuentran en el nivel dos, dentro de un nivel tres o cuatro, entonces el sistema de partidos debe incluirse en esos niveles, aún cuando haya partidos que no pertenezcan a los niveles tres y cuatro. Este nivel si se presenta en los pluralismos polarizados, pero son minoría dentro del sistema, será mayor en los niveles tres y cuatro.

C) Tercer Nivel de Estabilidad. Partido con estabilidad endeble y crisis incipiente.
En este nivel un partido puede encontrarse constante en su estabilidad, pero ésta puede no ser muy duradera y ya puede ser fácilmente vulnerable ante un evento externo y en especial interno como para que aparezca la volatilidad. Las fluctuaciones de los partidos pueden aparecer de dos formas diferentes: a) que un partido sea crónicamente inestable, siendo ya duradera la costumbre por encontrarse en este nivel, es decir que su crisis de partido sea ya permanente y con una duración mayor a tres años de permanencia en este nivel sin mejorar o empeorar; y b) que un partido provenga de alguno de los niveles de estabilidad, donde, o bien haya pasado por un momento de estabilidad importante por un determinado tiempo que lo ubicada en alguno de los niveles superiores, y que por factores internos o externos haya entrado en una crisis que de pronto lo coloca en este nivel, o bien, que habiendo pasado por una crisis de desintegración de nivel cuatro, el partido haya conseguido salir de su proceso de disolución y haber conseguido llegar a cierta estabilidad pero sin que esta sea total y permanente.

Este nivel representa e típico de un partido aún inestable, típicamente recesivo, relativamente estancado, fluctuante entre la regularización y la desorganización interna, tanto en etapas como en diferentes lugares dentro del campo de acción (localidades, municipios, parlamento). En el mejor de los casos se encuentra en etapa de estabilización, hacia la búsqueda de reuniones internas de control y acuerdos, concientización de los problemas y discusión interna pero aún sin grandes avances.
Aquí el partido sabe que está mal pero no quiere admitirlo, y cuando lo admite le es difícil salir de esa situación, aún cuando sea latente y muestre aparente estabilidad por un tiempo determinado. Si ha pasado un tiempo, y después de algún congreso interno o reunión importante no se observan rencillas fuertes y se observa disposición para el dialogo, entonces podrá entenderse que el partido se encuentra en el umbral del nivel dos, pero si por el contrario regresan las agresiones entonces este partido se seguirá encontrando típicamente en este nivel.
La organización interior no es la óptima, se tiende a centralizar el poder en un sólo líder o grupo de élite, cuyas decisiones pueden ser unilaterales o autoritarias, mientras que los militantes tienden a ocupar lugares aislados y poco articulados entre sí a lo largo de un territorio, sin un interés concreto por la búsqueda de objetivos comunes y de ampliación de espacios; la apatía comienza a hacerse presente.
En caso de que se trate de un partido dinámico social, éste tiende a ser poco articulado en ideas, en donde las discusiones no se resuelven con resultados concretos.
El partido se encuentra en proceso de recesión o incluso podría ir hacia una franca crisis por dentro; hay grupos cuyos diferendos ideológicos, de intereses, de estrategia y entre ellos pueden ser radicalmente distintos. El nivel educativo tanto de sus militantes como de sus líderes existe, pero no es el óptimo; se puede incrementar el nivel de violencia interna; el partido tiene pugnas por el poder y hay grupos donde se pueden crear enemigos entre facciones, mientras que las pugnas de escisión pueden hacerse frecuentes.
Si el partido tiene escaños en el gobierno las votaciones son diferenciadas por revanchismo interno, los programas y acciones son deficientes, motivando al exterior la posibilidad de un cambio o disminución de la preferencia electoral y social de sus partidarios. La organización del partido no busca crear estrategias convincentes de atracción de militantes y partidarios, y cuando estos existen hay una tendencia al empobrecimiento de ideas y a la proliferación de un pensamiento pasivo, en detrimento de una activación por la pugna de intereses. El conservadurismo y dogmatismo se hacen presentes.
El partido de problemática crónica corre el riesgo de perder casi totalmente su base militante y sociedad representada, de no corregir, aunque sea en último momento, sus problemas internos.


En este nivel se ha ubicado el Partido Revolucionario Institucional, y actualmente se encuentra en el umbral del nivel dos.

D) Cuarto Nivel de Estabilidad. Partido sin estabilidad y crisis generalizada.

Este nivel nos permite conocer el más alto grado de atraso de una organización partidaria. Representa la expresión final o permanente, por cuanto el partido se encuentra en una crisis tal que su desaparición es inminente, o que no siéndolo, su decadencia se hace crónica y su eficacia es mínima tanto política como socialmente.
  El partido es volátil e inestable, las rupturas internas son masivas, permanentes y contantes; el grado de disciplina y educación es mínimo tanto en líderes como en militantes; los problemas internos se hacen crónicos y sumamente difíciles de resolver por la cúpula dirigente. Las renuncias a los partidos se hacen frecuentes, y mientras mayor sea el número de militantes que abandonan la organización o más alto el status de los dirigentes que renuncian, será mucho más peligroso, difícil y tardado resolver la crisis interna. El nivel de violencia tanto verbal como física puede ser general y permanente. El partido y los gobernantes o legisladores emanados de él no responden en absoluto a la ciudadanía, convirtiéndose incluso en un lastre para la misma. El dogmatismo, conservadurismo, autoritarismo, fundamentalismo y/o corrupción se pueden encontrar en grado de medio a alto.
En su mayor nivel crítico, el partido carece de toda posibilidad de recuperación, cuando uno o varios de los puntos más importantes de este nivel, ya han rebasado toda posibilidad de control. El partido podría desaparecer de dos formas, de manera pasiva o de forma violenta, la primera por una permición de la decadencia crónica sin la toma de medidas adecuadas, sin oponerse a la desconcientización o la pérdida de ideales; mientras que la segunda aún cuando pudiera mantener una actitud crítica y activa, carecerá de convocatoria y fuerza social suficiente.

Los partidos de creación reciente (por ejemplo Convergencia por la Democracia), presentarían características especiales de varios de los niveles. Mientras que puedan surgir con una fuerte y estable organización como en el nivel uno, también pueden carecer de base social suficiente que los haga parecerse al cuarto nivel, pero ni en el primer caso, ni en este último los partidos recientes presentan la misma dinámica y el mismo tipo de estabilización, por lo que podrían considerarse caso aparte. El análisis de su desarrollo de acuerdo con este modelo, depende de un tiempo determinado en su incursión a la dinámica coyuntural, su intensidad, su capacidad de convocatoria y su presencia a nivel poder público.
La propuesta de análisis que se hace aquí responde a la necesidad de conocer más a fondo la estabilidad en que se encuentra cada uno de los tres partidos, así como hacer más interesante su estudio y comprensión.
ENSAYO: MODELO DE ESTABILIDAD DE LOS PARTIDOS
POLÍTICOS
RESUMEN

Con base en el diseño de un modelo que estudia a los partidos desde una perspectiva de alta consolidación,  hasta una estabilidad mínima al interior, en este trabajo se realiza una propuesta teórica para aplicar el modelo al estudio de un partido en su organización, que sirva para diagnosticar  su grado de estabillidad y consolidación para la toma de decisiones.
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