Moarves de Ojeda
Desde San Andrés, saliendo a la C-627, llegaremos a MOARVES DE OJEDA, donde
podremos admirar una de las creaciones más felices del románico hispano: la
portada de su iglesia parroquial. Único vestigio de la grandeza del primitivo
templo, se nos presenta dividida en dos cuerpos claramente diferenciados, debido
a la actividad de dos maestros distintos:
El inferior, con puerta enmarcada por cinco arquivoltas y el arco de ingreso, de medio punto algo rebajado, que descansan sobre una rica colección de capiteles historiados. En ellos podemos observar representaciones de: músicos, danzarinas, Sansón desquijarando al león y una pareja de jóvenes abrazados, capiteles de acantos intercalados entre otros tres con parejas de figuras humanas en distintas actitudes: personajes afrontados con escudos y espadas, dos hombres luchando con un león y dos más leyendo un libro. La iconografía de estos capiteles parece íntimamente relacionada con lo pecaminoso y la lucha contra las fuerzas del mal. Las arquivoltas se describen como:
La exterior de tacos, la segunda un baquetón sencillo; la tercera también de tacos, la cuarta un baquetón ornamentado de bolas, y la quinta de hojas de acanto. Se apoyan en excelentes capiteles vegetales y figurados.
El
superior, datado sobre 1.185, ocupado por un ancho
friso con una magnífica representación de Cristo en Majestad
( Pantocrátor) rodeado del Tetramorfos y de los doce apóstoles protegidos por arcos lobulados. Un alero de
amplio vuelo protege de la erosión este impresionante conjunto escultórico.
Son imágenes que parecen iniciar un pequeño movimiento. La rojiza tonalidad de
la piedra añade una calidad estética inigualable.
Dos ventanales, uno a cada lado, completan, junto con la espadaña, la parte antigua conservada. En el interior, cabe destacar una interesante y espectacular pila bautismal, con figuras humanas del mismo estilo que las del friso.