Perazancas de Ojeda

Ermita de San Pelayo

Esta ermita, de pequeñas proporciones, se hala a unos dos kilómetros del centro del pueblo de Perazancas, y muy próxima a la carretera que va de Alar del Rey a Cervera de Pisuerga.

Su emplazamiento está en el cruce de dos antiguos caminos: el que hoy ocupa la carretera y el que unía las productivas tierras del pago de Perazancas con el pueblo de Vallespinoso de Aguilar.

Este simplísimo monumento del románico palentino, a pesar de sus escasas proporciones es, indudablemente, una de las más antiguas construcciones románicas de la provincia. Podemos asegurar que hacia el año 1.076 y durante el reinado de Alfonso VI, debió de construirse esta iglesia , basándonos en la lápida que en el muro norte se encuentra empotrada, y que las características constructivas no parecen contradecir. Es muy probable que en el mismo lugar que hoy ocupa, existiese en época anterior a la actual edificación, otra ermita o templo mozárabe del siglo X cuya muestra indudable son los dos capiteles que soportan el arco de entrada de la ermita. 

En el año 1.186 doña María Fernández fundó el Monasterio de San Pelayo de Perazancas y se sujetó, con su madre Urraca Ximénez al Monasterio de Sahagún al que cedió esta fundación. El 31 de agosto de 1.199 según documento dado y fechado por Alfonso VIII en el cerco de Vitoria, se dona al Monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo.

La Iglesia mide aproximadamente 14,5 metros de eje mayor y 7 de anchura. Existe bastante diferencia de altura entre el ábside y los muros de la nave, una nota también muy frecuente en las iglesias catalanas de tipo lombardo. Exteriormente llama la atención su ábside, reforzado por cuatro columnas (una de ellas desaparecida), que le dividen en cinco lienzos, todos ellos coronados por una ancha cornisa formada por arquillos de tipo lombardo, tres en cada intercolumnio, resaltados en la línea general del muro Estos arquillos se forman, no de una sola pieza, sino con dovelas. Sobre ellos corren a lo largo del ábside dos molduras de antigua tradición románica: una de ajedrezado de tres bandas y otra de estrías verticales de engranaje. Sobre estas dos molduras se apoya la verdadera cornisa, formada por dos sencillos baquetones escalonados y careciendo en absoluto de ménsulas y canecillos. 

La ventana, pequeña y primitiva, sin columnas y con arquivolta de ajedrezado, y su doble derrame tienen también todas las notas características del primer románico

Si por algo es conocida esta ermita, son sin duda, sus frescos, que probablemente son de finales del siglo XII. Están muy deteriorados. Apenas puede suponerse la existencia en el cascarón del ábside de un Pantocrátor, del que se distingue un poco del contorno de la mandorla y un ángel. Bajo la imposta de tacos se aprecian  mejor las figuras de las apóstoles, algunos con sus nombres a la derecha de los nimbos. En las jambas del arco toral, la figura solemne de un santo obispo, con su báculo. En las ventanas hay representaciones de pequeños cápridos paciendo y de hojas.

El resto de la Iglesia carece de carácter si exceptuamos la puerta de entrada: sencilla, sin arquivoltas y abierta en dintel de una sola pieza, apoyada en arcadura sobre capiteles mozárabes. La inscripción, con la dedicación de la Iglesia, dice así: 

Iglesia de la Asunción

La Iglesia de la Asunción pertenece a finales del siglo XII. La estructura románica ha sufrido terriblemente con las restauraciones posteriores, que destruyeron, desplazaron y enmascararon su planta, hasta el punto de que es difícil asegurar cómo era primitivamente. Parece ser que originariamente fue una construcción de tres naves y tres ábsides, de los que sólo permanece el central. Le rodea en su interior una arcadura de cinco tramos, volteados por arcos trilobulados y apoyados éstos en dobles columnas con sus correspondientes capiteles dobles muy esbeltos y finamente tallados con hojas y coronados por un cimacio único, adornado también con follaje vertical simétrico La cubierta del ábside es de bóveda de cascarón.

Ha desaparecido el arco toral. En el interior la iglesia sólo conserva de románico las dos pilastras compuestas y un responsión en el muro sur. Los arcos que voltean sobre las columnas de estas pilastras son apuntados. La situación de la espadaña, en el hastial, limita las dimensiones en longitud de la iglesia, muy escasas para un edificio ideado desde el principio con tres naves.

La portada es, juntamente con el interior del ábside, lo más bello e interesante de la Iglesia de la Asunción de Perazancas. Está formada por arquivoltas, la más exterior decorada con tallos entrelazados y acabados en hojas difícilmente identificables. La segunda arquivolta es un sencillo molduraje que enmarca a la más interesante de toda la portada: la formada por 16 figuras de personajes, sentados, tañendo diversos instrumentos, entre los que alternan algunos con cabeza de animal: perro, zorro, escenas de lucha, tal vez representación de gremios, danzarinas, etc...

Todas las arquivoltas se apoyan sobre cuatro columnas, dos a cada lado, las más exteriores de fuste único y las otras dos con fuste compuesto en haz de tres columnillas (esta disposición es única en todo el románico palentino y pocas veces repetida en el español  y extranjero). Los capiteles de estas columnas, describen:

- el primero de la izquierda: es vegetal y parece que son hojas de acanto

- el segundo son dos grifos (animal fabuloso medio águila y medio león) enfrentados y enlazados por una cinta.

- el tercero representa a San Jorge, a caballo, lanceando al  Dragón.

- el cuarto y último representa la Huida a Egipto (San José delante, sujetando el asno en el que va la Virgen con el niño en brazos)

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