Rosa Carmen Ángeles


Marzo 7 de 2002

_______________________________Emiliano Pérez Cruz.

Retales de los días que pasan

Mujeres, mujeres y más mujeres pueblan un libro de reciente publicación titulado Retales de los días que pasan, al igual que la página que su autora sostiene en internet. Los Retales aparecen impresos en la colección “Signos del Oficio” del Taller de Letras de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

“Retales son retazos”, me aclaró la duda en alguna conversación telefónica Rosa Carmen Ángeles, y me evitó la pena de ser confundido con el presidente Fox y a la vez confundirme pensando que la palabra escondía la personalidad de algún escritor español o argentino. “Rosa Carmen Ángeles es originaria del barrio de Tlatelolco, uno de los más antiguos y nobles de la vasta ciudad de México”, leemos en la página de Internet de Rosa Carmen, a quien no teníamos ni tenemos el gusto de conocer, hasta que por obra y gracia de la escritora y amiga Beatriz Espejo ella se encargó de localizarme.

Yo pensé: “Mi primer ligue a través de la red, gracias diosito por volverme internauta a estas alturas de la pelea”. Sin embargo, la cosa era más seria. Rosa Carmen es escritora. Escritora prolífica, de las que no cejan en su empeño y cotidianamente anda a la caza o recolección de los retazos que la vida en la urbe dispersa entre calles y avenidas, en las pecerdas y microbios, entre el atiborramiento del metro o en su plazas y jardines chamagosos y enroñados, sin que al Pejelagarto se le desdibuje la sonrisa.

Rosa Carmen de apellido Ángeles no es una improvisada, pese a su Licenciatura en letras hispánicas, las cual cursó en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha ejercido el magisterio, según indica la página ya citada, y le encanta la vagancia, pues ha viajado por toda Europa, los Estados Unidos y el Canadá. Además sabemos que ha vivido en España, en Los Angeles, California, y en Edmonton, Canadá, y no haced cara de Juát porque además de su idioma habla el inglés y también gallego...

No conforme con eso, escribe y lo hace con gracia; varios de los cuentos que aparecen en Retales de los días que pasan los leí por primera vez en pantalla; presentados de manera atractiva, incitan a la lectura y uno que es curioso echó taco de ojo y salió complacido con esas historias que evidenciaban a una mujer también curiosa, atraída por lo que en su entorno ocurre, que no le saca la vuelta a temas escabrosos ni le huye a plasmar la violencia urbana nuestra, de cada día.

Ahora, con esos retazos de vidas ajenas arma un libro para decirnos: aquí estoy/aquí estamos: sus personajes, su hermana, la que “En la etapa infantil”... “a la hora de los pleitos, siempre era la víctima y yo la villana; si mi mamá se salía de sus cabales y decidía que lo que necesitábamos para enderezar nuestra conducta era una buena tunda, a la hora en que a Ana Lilia le tocaba el turno de los cinturonazos comenzaba a gritar: ‘Me está dando un síncope. Ya déjame, ¿qué no ves que me está dando un síncope?’. Y mi mamá, ya toda asustada, soltaba el cuero y la comenzaba a frotar con alcohol”.

Hasta el multiafamado Oscar Chávez aparece en uno de los relatos de Rosa Carmen, en el marcop de una fiesta. Dice la escritora: Oscar Chávez se comportaba amable y muy gentil, muy lejos de la arrogancia o de la actitud impostada que suelen adoptar algunos cantantes. Y en el momento en que estaba interpretando una canción, el impertinente de Edel, a quien de tan borracho las palabras se le atoraban, espetó: ‘Quiero que sepas que para mí tus canciones no significan nada”. A lo que Chávez se alzó de hombros y respondió: “Pues, qué se le va a hacer, mi amigo”. Y cuando Oscar Chávez estaba interpretando la mitad de otra canción, Edel, quien verdaderamente ya estaba inspirado por alguna entidad demoniaca, otra vez se soltó interrumpiendo: “¡Uy, sí! Con tu mugrosa película te crees la gloria del cine nacional’”.

Humor, desparpajo, ironía, sencillez en sus narraciones, hacen de los textos de Rosa Carmen un buen pretexto para iniciarse en la lectura o, de plano, seguirse de filo y entrarle a su página en internet. Aquellos que se refieren a las mujeres contienen un acierto más: nos presenta las medias naranja sin tonos plañideros, sin feminismos a ultranza, sin revanchismo de género.

Felicidades y enhorabuena

Clickea en la rosa 
para leer a
Luciano Pérez
Clickea en la rosa
para leer a
Luciano Pérez

Separator Bar