V. "Con las palabras, los hechos"
JUAN RUIZ DE ALARCON
—¿Cómo, siendo tan cobarde,
has tenido atrevimiento
para ponerte a mis ojos?
—¿Engañeté yo? ¿Qué es eso?
¿Díjete que era valiente?
¿Derramé juncia y poleo?
¿Dos mil veces no te he dicho que al lado ciño el acero
sólo por bien parecer, y que soy el mismo miedo?
¡Aquí de Dios! ¿En qué engaña
quien desengaña con tiempo?
Culpa a un bravo bigotudo
rostriamargo y hombriterto,
que en sacando la de Juanes
toma las de Villadiego;
culpa a un viejo avellanado
tan verde, que al mismo tiempo
que está aforrado de martas
anda haciendo Magdalenos;
culpa al que de sus vecinos
se querella, no advirtiendo
que nunca los tiene malos
el que los merece buenos;
culpa a un ruin con oficio,
que —con el poder, soberbio—
es un gigantón del Corpus
que lleva un pícaro dentro;
culpa al que siempre se queja
de que es envidiado, siendo
envidioso universal
de los aplausos ajenos;
culpa a un avariento rico,
pobre con mucho dinero,
pues es tenerlo y usarlo
lo mismo que el no tenerlo;
culpa a aquel que, de su alma
olvidando los defectos,
graceja con apodar
los que otro tiene en el cuerpo;
culpa, al fin, cuantos engañan,
y no a mí, que ni te miento
ni te engaño, pues conformo
con las palabras los hechos.
(Los pechos privilegiados, acto III.)
Poetas Románticos y Modernistas