"Id y ved un nopal salvaje; y allí tranquila veréis
un águila que está enhiesta. Allí come, allí se peina las plumas,
y con eso quedará contento vuestro corazón:
¡Allí está el corazón de Cópil que tú fuiste a arrojar
allá donde el agua hace giros y más giros!
Pero allá donde vino a caer, y habéis visto entre los peñascos, en aquella cueva entre cañas y juncias,
¡del corazón de Cópil ha brotado ese nopal salvaje!
¡Y allí estaremos y allí reinaremos:
allí esperaremos y daremos el encuentro a toda clase de gentes!
¡Nuestros pechos, nuestra cabeza, nuestras flechas, nuestros escudos
allí les haremos ver: a todos los que nos rodean allí los conquistaremos! ¡Aquí estará perdurable nuestra ciudad de Tenochtitlan!
¡El sitio donde el águila grazna, en donde abre las alas;
el sitio donde ella come y en donde vuelan los peces,
donde las serpientes van haciendo ruedos y silvan!
¡Ese será México-Tenochtitlan y muchas cosas han de suceder!
Dijo entonces Cuauhcóhuatl:- Muy bien está mi señor sacerdote!
¡Lo concedió tu corazón:vamos a hacer que lo oigan mis padres, los ancianos todos juntos!
Y luego hizo reunir a los ancianos todos Cuauhcohuatl y les dió aconocer las palabras de Huitzilopochtli.
Las oyeron los mexicanos.
Y de nuevo van allá entre cañas y entre juncias, a la orilla de la cueva.
Llegaron al sitio donde se levanta el nopal salvaje
allí al borde de la cueva, y vieron tranquila
parada el águila en el nopal salvaje:
allí come, allí devora y hecha a la cueva los restos de lo que come.
Y cuando el águila vió a los mexicanos, se inclinó profundamente.
Y el águila veía desde lejos.
Su nido y su asiento era todo de cuantas finas plumas hay: plumas de azulejos, plumas de aves rojas y plumas de quetzal.
Y vieron también allí cabezas de aves preciosas
y patas de aves y huesoa de aves finas tendidos por tierra.
Les habló el diosy así les dijo:
-¡Ah, mexicanos, aquí sí será: ¡México es aquí‚
Y aunque no veían quien les hablaba, se pusieron a llorar
y decían: -¡Felices nosotros, dichosos al fin:
hemos visto ya dónde ha de ser nuestra ciudad!
¡Vamos y vengamos a reposar aqui!
Anónimo