Ya
en la antigüedad, una fuerte diferencia se oponía a los puntos
de vista de los filósofos platónicos y los seguidores de
Aristóteles. Para Platón el Universo (esto es, el "mundo",
como se expresaba en ese tiempo) tenía un principio y ningún
fin; había sido creado por el "demiurgo", esto es, Dios. Para Aristóteles
al contrario, esa misma declaración era una absurdidad. Aunque Aristóteles
admitió que hay algo divino en el mundo, negó cualquier creación.
Para él, el mundo era no creado, no generado. Era infinito en su
duración; ha sido siempre y siempre será.
Es
bastante claro que la situación presente de la cosmología
tiene mucha similitud con los puntos de vista antiguos. De un lado, se
encuentran los "big-bangistas", quienes creen que el Universo tuvo un principio,
de una temperatura y densidad sumamente altas, y está extendiéndose
ahora en un Universo muy diluido y frío (en promedio). Del otro
lado, se hallan los "anti-bigbangistas", quienes precisamente no creen
en este cuadro simple; o se niegan a aceptar alguna prueba de la expansión
real del Universo; o afirman que el Universo está extendiéndose
ahora, pero que ha existido, no obstante, todo el tiempo.
Es
raro leer una presentación clara y balanceada de las cosmologías
modernas. O, los autores, consagrados a la cosmología del Big Bang,
lo admiten casi como un evangelio, y esconden prácticamente todo
los argumentos en contra de él. O sólo atacan el Big Bang,
a menudo violentamente, sin entrar en los detalles de los argumentos y
a menudo sin una cosmología convincente como alternativa a él.
Así, en esta gran literatura, el libro de Finngeir Hiorth es una
excepción notable, que leemos con placer, ¡como se escucha
a los cuentos contados por un hombre sabio!...
La
cuestión filosófica está verdaderamente permanente
en el debate. y la intrusión de la metafísica es permanente,
en ambos lados del debate. Como Hiorth dice en su conclusión:"La
cosmología del Big Bang no es sólo metafísica" (como
afirmaron los antagonistas)", pero tampoco es sólo ciencia" (como
afirmaron los big-bangistas).
En
verdad, el libro excelente escrito por Finngeir Hiorth, quien es ciertamente
un filósofo de una cultura más vasta que un científico,
está explorando todas las caras del debate. Contiene una mirada
muy rica y casi exhaustiva de todos los libros significativos o artículos
escritos durante los últimos treinta años en el campo de
cosmología, sean por los proponentes de las cosmologías(¡plural!)
del Big Bang, o por los que se le oponen. No entraré aquí
en este estudio de opiniones, donde las preocupaciones religiosas de muchos
autores son bastante obvias.
Se
podría decir realmente que en el tiempo presente, los arrendatarios
de ambas, la cosmología del Big Bang, y las otras cosmologías,
no implicando una condición inicial hiper-densa, están generalmente
considerando que actúan como científicos; y por lo general
niegan estar influenciados por cualquier punto de vista metafísico.
En otros términos, muchos de ellos, la mayoría de ellos,
adopta el punto de vista clásico defendido por Santo Tomás
Aquino, según el cual el reino de la metafísica de la religión
y el reino de ciencia no tienen nada en común; el problema de los
orígenes (en el contexto científico) es diferente que el
problema de la creación (en el contexto teológico). En verdad,
ésta es una actitud prejuiciada. Se sabe que la filosofía
de la"nueva era" (a que negamos
algún valor, y que aparece como un grupo muy peligroso de sectas),
trata frenéticamente de reconciliar la ciencia y la religión,
¡y muchos de los cosmologistas de hoy se someten a las tentaciones
de ese estilo!...
Implícitamente,
Finngeir Hiorth que considera también la declaración de Santo
Tomás, sostieneciertamente
que los cosmologistas de hoy no siguen el consejo de Tomás. Para
él como se muestra en la cita anterior, la cosmología del
Big Bang no es independiente del pensamiento religioso. Es verdadero también
que a menudo las cosmologías sin Big Bang, o las contrarias al Big
Bang implican también unas metafísica: Einstein como a Aristóteles,
quiso que el Universo siempre hubiera existido allí y que permaneciera
como tal por la eternidad: ésta es claramente una "opinión"
de una naturaleza metafísica.
Hiorth
nos da todos los argumentos que podrían habilitarnos a tener una
opinión clara de la situación presente. Muy correctamente,
se niega a concluir en cualquier manera distinta a un signo de interrogación:"El
Universo ha existido por lo menos 15-20 mil millones de años. .la
especulación" (sobre lo que pasó antes) "parece ser inevitable.
La alternativa es guardar silencio".
Permítasenos
decir que esta conclusión muestra que Finngeir Hiorth es, verdaderamente,
¡un hombre muy sabio!...Este libro tiene que ser muy recomendado
tanto a científicos como no científicos. Está escrito
en una manera fácil, agradable de leer. Da una visión exhaustiva
y objetiva de la literatura significativa moderna sobre el tema, y proporciona,
sin poder concluir (como debe actuar la mente escéptica que Finngeir
Hiorth es), todo los argumentos disponibles a favor y en contra de las
cosmologías del Big Bang.
Jean-Claude
Pecker, Profesor Honorario del Colegio de Francia, 3, rue d´Ulm,
75005 París, Francia.
Correo-e:
j.c.pecker@wanadoo.fr
Al
resumen y/o el contenido del libro ¿Hubo
o no un Big Bang? Un problema de la ciencia, la religión y la filosofía.