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EDICIONES DE FILOSOFIA APLICADA
REVISTA LATINOAMERICANA DE FILOSOFIA APLICADA
 

“El Maestro Ignorante”

Ensayo crítico Sobre la Obra de J. Rancére
 

César Tello

Profesor en Ciencias de la Educación Universidad Nacional de La Plata

Licenciatura en Humanidades y Ciencias Sociales Con mención en Historia. Universidad Nacional de Quilmes
Posgrado en Educación y Nuevas Tecnologías en FLACSO-Argentina
cgtello@infovia.com.ar



 

RESUMEN

El presente ensayo intenta delinear algunos aspectos centrales sobre la obra de J. Rancière, atravesando por los ejes singulares de sus postulados e ingresando finalmente en una realidad donde las salidas no se ven con claridad; particularidad de aquellos que elegimos el camino de la filosofía de la educación. Pero así mismo intentamos ingresar al callejón sin salida para realizar un análisis simultáneo y multidimensional de los factores que intervienen en el proceso de enseñanza y aprendizaje, más específicamente en el proceso de interrelación docente y alumno.
Se intenta remarcar en el presente ensayo el carácter antropológico de la obra de Ranciére, pero a la vez se busca provocar en los lectores un “sacudón” respecto a la realidad educativa actual y se pone en tela de juicio el concepto de enseñanza y de explicación.


 

Palabras Claves: sistema educativo – cultura - emancipación
 



 

Abstract

The present essay tries to delineate some central aspects on the work of J. Ranciére crossing by the singular axes of its postulates and entering finally in a reality where the exits are not seen with clarity; particularity of which we chose the way of philosophy of the education. But in the same way we try to enter the impasse to make an analysis synchronized and multidimensional of the factors that take part in the process of teaching and learning, but specifically in the process of educational interrelation and student. It is tried to give an emphasis in the present essay the anthropological character of the work of Ranciére but simultaneously one looks for making a shock in readers with respect to the present educative reality and the concept of teaching and explanation are questioned.
Key words: educative system. culture - emancipation

 



 

“a Claudia Bracchi y Laura Agratti

que nunca quisieron explicarme”


 

Presentación.

Este artículo intentapresentar algunas notas centrales acercade la obra de J. Rancière 

El lectordespués de introducirse en El Maestro Ignorante, no logrará permanecer igualporqueRancière provoca, sensibiliza, conmueve, desestabiliza, interpela, compadrea. 

Si pudiesemos sintetizar la obra en una frase elegiríamos la de “un callejón sin salida”.
 
 
 


 

Eje Experiencial de la Obra dede J. Rancière

El autor renueva las ideas de Joseph Jacotot, un pensador del siglo XlX que viene a proponernos un planteo tan radical como desabrido, para sus contemporáneos como para los que lo abordamos en la actualidad.
Ranciere narra la experiencia de Jacotot en lo que el denomina “una voz única” “una experiencia intelectual”. Jacotot -afirma el autor- se puso a enseñar lo que el ignoraba y a proclamar la emancipación intelectual; se puede aprender sin maestro explicador: la instrucción es como la libertad, no se da, se toma. Y de este modo Jacotot lleva a cabo una experiencia con una grupo de alumnos que tenían otro idioma y querían aprender de él, pero el no explica ni enseña, les ofrece un diccionario bilingüe. Y así sus seguidores aprenden.

Conceptos claves de la obrael “Maestro Ignorante”

1) Igualdad: concepto que debe ser explicado en un determinado contexto. Es indudable que las definiciones ideológicas establecidas en general por las clases hegemónicas, se manifiestan sobre las esferas de las clases sociales convirtiéndolas en explicaciones naturalalizadas a todos los estamentos de la estructura social en el sentido de Gramsci.
En Francia, después de la Revolución, se consideraban a sí mismos los propulsores de haber acuñado toda una serie de ideales que sustentaron en el plano de las ideas, las políticas desarrolladas para la construcción del Estado y de la sociedad, y una de las preocupaciones centrales giraba en torno a la realidad del nuevo ciudadano en un orden social que pretendía serdemocrático.
La igualdad entonces significaba en ese contexto post-revolucionario, que cada ciudadano tenía que adaptarse pacíficamente a un orden social que estaba en plena transformación, teniendo que cumplir con determinados derechos y obligaciones propios del estado de derecho.

2) Desigualdad: entendiéndolo como una situación injusta, ... pero¿a quiénes se considera como desiguales? ¿Quién queda afuera y dentro de esa categoría? ¿Quién lo determina? 

No consideramos ingenuas las preguntas planteadas y afirmamos que podemos hablar de igualar la desigualdad pero ¿para quiénes?. ¿O acaso no se han cometido crímenes de lesa humanidad en nombre de la desigualdad? 

Los burócratas responsables de la educación en Francia en 1830, suponían que la escuela era la forma que suprimiría la diferencia que existía entre los sujetos en sus capacidades, conocimientos y habilidades, siempre teniendo en cuenta el objetivo principal de integrar ordenadamente a estos individuos a las sociedades. Así, la desigualdad se convertía en el punto de partida de toda propuesta que implicara la instrucción, dejando a muchos afuera de este proceso, y la igualdad se convertía en el objetivo preciado a ser conseguido: como ciudadanos responsables en el mundo.

Los dichos de Jacotot cobran sentido en este contexto: él considera que nunca se debe partir de una situación de desigualdad, al contrario, cree que dicha acción tendrá un efecto opuesto al esperado, porque la igualdad debe ser el punto de partida. Es así que Rancière plantea que la escuela gestada para achicar la brecha entre el afuera y adentro, no hace más que reafirmar y consolidar esa distancia, es decir contribuye a la desigualdad. 

3) Embrutecimiento: el acto de explicar a otro es un acto de desigualdad, o mejor dicho, un acto de embrutecimiento, Jacotot considera que la educación así concebida no hace otra cosa que confirmar la incapacidad en la misma medida en que intenta superarla “(...) hay embrutecimiento cuando una inteligencia está subordinada a otra inteligencia”.[1]

La función de la instrucción es confirmar una incapacidad por el propio acto que pretende reducirla. El embrutecimiento que la escuela genera en nombre de la igualdad, no hace más que perpetuar la desigualdad.
 
“Yo no sé si estoy equivocado. Es difícil en una discusión no adoptar un tono afirmativo a veces. Pero recuerden que todas mis afirmaciones sólo son razones para la duda. Busquen la verdad por ustedes mismos”
Jacques Rosseau

4) Emancipación: opone la educación entre el embrutecimiento y la emancipación. Entre un esquema generador de libertad o un sistema reproductor de las capacidades y habilidades reconocidas por la sociedad y la cultura. En ese marco de reconocimiento social y cultural se justifica al maestro que embrutece, porque es necesario que el niño atraviese determinados circuitos para ser un “hombre adaptado socialmente” y la escuela garantiza esos circuitos en su afán moderno por el progreso social dentro de los esquemas culturalesestablecidos.

Vemos con claridad en este último punto como Rancière ataca la nervadura: el “hombre adaptado socialmente” se garantizaba a través de ciertas instituciones principalmente la escuela. 

Jacotot plantea que educador-educando deberían partir del conocimiento y de la ignorancia, y demuestra que el educador –a partir de la experiencia de Jacotot- también puede aprender de ellos. Y es en ese contexto que Jacotot descubre que la explicación no tiene sentido, pero esta lógica tenía / tiene como postulado la igualdad, descubriendo amargamente que la explicación no logra otra cosa que su opuesto “explicarle una cosa a alguien es, antes que nada, demostrarle que no puede comprenderla por sí solo”[2], demostrarle que es un ignorante.

Dijimos que esto era “un callejón sin salida”, pues entonces hacia ese lugar nos dirigimos. Ya que nos situamos en un proceso dentro del marco de la filosofía de la educación que plantea Kohan[3] como un campo minado de polémicas.

¿Qué es la filosofía de la educación sino hacernos la pregunta? 
Rancière al reflexionar sobre la experiencia de Jacotot tuvo la capacidad de hacer filosofía de la educación: sintetizar todas las situaciones críticas de la educación resumió la nervadura como es la institución escolar. Problematiza y hacer filosofía-traer el problema es hacer filosofía de la educación, porque es tomar conciencia de algo. Y no hacer oscurantismo escolar con tecnicismos indescifrables.
Para esto es necesario asumir una nueva postura de modo urgente frente a la educación y al sistema educativo en particular, caso contrario seguiremos construyendo escuelas y reproduciendo maestros atontadores.
Para los que decidan ingresar al callejón podríamos pensar en la alternativa. 
No será tarea fácil por eso asumimos como propias las palabras de Nietzsche, para enfrentar este desafío:
Hemos abandonado tierra firme, nos hemos embarcado.
Hemos dejado el puente atrás, rompimos vínculo con tierra firme.
!!Ehh, Barquita...!! !Tené cuidado! A tu lado está el océano, no
siempre brama, y a veces parece de seda y oro, y es amable. Pero
llegará el momento en que veas que es infinito."
Nietzsche, F



Durante un encuentro académico, a partir del planteo del texto del Maestro Ignorante observaba como todos nos exasperábamos para encontrar respuestas a esta situación que se planteaba en sus postulados y la imposibilidad de llevarlos a cabo.
Permitámonos tiempo, dejemos que duela, que carcoma. Si no, vamos a llegar precisamente al opuesto de la propuesta de Rancière, porque a un Maestro Explicador bien le correspondería un Filósofo Contestador: apresurado por la respuesta. Por la respuesta a la pregunta que quizás no la tiene, y si no la tiene, también es hacer filosofía de la educación: en la medida en que nos provocamos la reflexión acerca de nuestras prácticas como dice Kohan hacer filosofía de la educación es practicarla.
“(…) penetrar cognitivamente en el contexto de ofuscamiento y descifrarlo les exige ese esfuerzo doloroso del conocimiento que la organización de la vida y, no en última instancia, la industria cultural totalitariamente hipertrofiada, les veda[4] La cultura es... pero debemos tener la capacidad de asomarnos un poco más allá... de develarla, como propone Adorno, para interpretar la realidad, para dejar que los problemas nos interpelen, nos provoquen los sentidos.
El maestro debe ser ignorante afirma Ranciere
El maestro debe ser ignorante es una afirmación que en este momento de la historia es contradictoria.
En este caso debemos afirmar que el maestro debe ser ignorante y conocedor, como todos los que comparten su condición humana, como se lo planteaba Rousseau: “Busquen la verdad por ustedes mismos”.
Rancière afirma que “Jacotot quería responder a los deseos de ellos” que hay allí sino un deseo por llevar a cabo sus ideas que consistían en satisfacer esas necesidades que estaban presentesen los otros, satisfacer la necesidad del conocimiento. 
Por tanto podemos decir que para cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje tiene que haber voluntad, ganas de conocer y deseo de hacerlo -como fue el caso de los discípulos de Jacotot-. De otra manera se torna imposible iniciar cualquier planteo educativo. También existía un lazo: entre el deseo de aprender y el querer satisfacer ese deseo: el Telémaco. ¿No hemos re construido así la clásica tríada educativa? No queremos llevar la propuestapara esos oscuros caminos de los clásicos y de las definiciones acartonadas, pero sí queremos afirmar que hay acto pedagógico, acto educativo. Entendiéndolo desde otras variables que no dependen de las instituciones, ni de dispositivos controladores y menos aún de maestros explicadores. Pero nos encontramos con una realidad irrefutable: hay educación. Podríamos pasar “largo rato” discutiendo qué entendemos por esta categoría socio-histórica-cultural. Pero lo que podemos afirmares que no es la educación de la escuela moderna ... es lo que denomino la educación jacotista o método del lazo[5].
En la experiencia que Jacotot tiene con los discípulos que querían aprender, descubrió que podía prescindir de un elemento esencial considerado por la pedagogía como es el acto de explicar.
Entonces de esta forma hay que empezar a responder algunas preguntas de la propuesta. Es así que podemos decir que Jacotot no está en contra de la educación y que sin duda se opone a las instituciones educativas por legitimar la explicación.
Veamos si podemos seguir este camino de quitar obstáculos un poco más: en un momento de su obra plantea un ejemplo con respecto a un libro que “cae en manos de un niño” y se pregunta ¿por qué ese niño necesita de un maestro explicador? ¿Por qué el niño no puede comprender por sí sólo ese texto? Y aquí le damos intervención al planteo que hicimos sobre la cultura, Jacotot sabía lo que les estaba planteando a sus alumnos, sabía que estaba “dentro de su alcance” ¿era muy difícil la propuesta? Sí,pero lo hizo en un determinado contexto cultural y estableciendo un lazo: el Telémaco (diccionario bilingüe al que hacíamos referencia anteriormente)
Lo mismo sucedería con el niño al que le cae el libro en sus manos hoy, está dentro de un contexto cultural, y eso lo hace partícipe de una determinada estructura cognoscitivay una forma de aprender, impuesta por la cultura en cuanto a ideología. Es aventurado Jacotot, pero no prescindió totalmente del contexto, sino en forma parcial. Si hubiera prescindido totalmente del contexto no hubiera habido lazo: no hubiera habido Telémaco.
Tomando las palabras de Bruner[6] (1995) “(…) no se puede entender la actividad mental a no ser que se tenga en cuenta el contexto cultural y sus recursos, que le dan a la mente su “forma” y amplitud. Aprender, recordar, hablar, imaginar: todo ello se hace posible participando en una cultura”, lo que no plantea Bruner es la dominación que ejerce la clase hegemónica sobre la misma.
Ahora vamos viendo como Jacotot es por demás interesante y su propuesta no es tan imposible de alcanzar en nuestras escuelas argentinas.
A partir de su experiencia Jacotot infiere quela explicación no es necesaria y sigue: el maestro explicador necesita de la incapacidad del ignorante para ejercer su función. El explicador es el que constituye al ignorante como tal[7]. Explicar alguna cosa a alguien, es primero demostrarle que no puede comprenderlo por sí mismo.
No es necesario explicar para aprender. La necesidad de explicar se convierte, en palabras de Rancière, en una necesidad de ejercer el poder sobre el otro; en tanto y en cuanto el surgimiento de la escuela moderna se dio como desarrollo de una realidad, donde había una sustitución de la clase dominante, feudalismo-burguesía-proletariado; no debe asombrarnos que en ese contexto el ejercicio del poder se extienda a través de la explicación: los que saben a los que no saben. 
La Revolución francesa y el inicio de la escuela moderna, no fueron otra cosa que el cambio en los modos de producción del sistema feudal-súbdito del modelo burgués-proletariado moderno, situación que en definitiva seguía asegurando las ideologías hegemónicas.
Por todo esto pensamos en el maestro liberadoro emancipador. Pero... ¿pensamos en el mismo Maestro? O como dice Jacotot “(…) el maestro atontador es tanto más eficaz (para el sistema y los cánones culturales), cuanto es más sabio, más educado y más de buena fe”. 
Para Rancière el camino de la emancipación no tenía camino.
Aquellos, los hombres y mujeres de aquel tiempo,se encontraban en los albores de la escuela moderna. En aquella sociedad nuestro protagonista no ha de haber tenido demasiado éxito, ya que si descubrimos que sus planteos los lleva a cabo en medio del apogeo de la escuela, como consecuencia emergente de la nueva “libertad, igualdad y fraternidad”, debe haber sido considerado paradójicamente como un conservador y anti-emancipador. Todo lo contrario de lo que él quería expresar con sus postulados.
La escuela tenía esa función en el contexto en que él desarrolla su hipótesis, la nueva forma de encontrarse con la emancipación y la posibilidad de ser libres, estaba dada por la inclusión dentro de la educación. Pero la emancipación estaba sellada en un contexto cultural determinado y es allí dondeJacotot podía ser tomado como un demente o un ortodoxo. Esta última concepción la tomamos en el sentido que argumentábamos en líneas anteriores: si la escuela (institución moderna de la Revolución francesa) significaba una posibilidad de democratización y de emancipación, con fundamentos que se basaban en la igualdad social ¿Jacotot no sería uno de esos que enmascarado detrás de justificativos sinuosos intentaba volver al orden anterior, como lo hacían muchos de su tiempo? No sería una pregunta que se harían sus contemporáneos, que no llegaban a avizorar la honestidad de sus planteos.
En cambio hoy cargamos con doscientos años de escuela moderna sobre nuestras espaldas y en el hoy y con la crisis de esta institución, nos encontramos ante una encrucijada: a Jacotot lo entendemos pero no lo podemos seguir. Estamos institucionalizados y hoy lo consideraríamos un anarquista, antipedagógico yantisistema. 
¡Jacotot, de ortodoxo a anarquista...!
Por otro lado en la realidad actual a Jacotot –debido a la crisis institucional- nadie puede negarle algo de razón; pero como tenemos el carácter impreso de la cultura,las instituciones nos han moldeado de tal forma que, inherentes a ellas está la capacidad intrínseca de sus bondades e inculcación de las mismas en todos nosotros, y es allí donde se torna imposible seguir sus proposiciones. 
Pero de manera paradójica se oye en los pasillos “la escuela así no va más” “la escuela no sirve”. Sin darnos cuenta de que es la propia institución a través de sus dispositivos por los cuales optamos. Pero para estas situaciones problemáticas sólo hay lavaditas de cara: ponemos las sillas en círculo y creemos que estamos siendo parte de una transformación pedagógica, ponemos las sillas en círculo pero para risa de Rancièreno hacemos otra cosa más que explicar: no hacemos filosofía de la educación para buscar la raíz de las dificultades de la escuela argentina.
¿Ustedes creen que si los educadores siguieran el método que mencionábamosllegarían a estar tan lejos de Rancière, yacusarlo como el “señor antisistema”? Probablemente muchos sí; pero también muchos otros tomarían conciencia de una realidad distinta. De algo que están pensando (“la escuela así no va más”)pero no le encuentran palabras o categorías de análisis. Porque muchos no quieren lavaditas de cara sino cambios radicales y serios.
¿Dónde está La actitud de interpelarse ante la realidad ?
¿Las instituciones que moldearon a los docentes, a través de su formación se habrán encargado de quitar de sus propias conciencias toda posibilidad de hacer filosofía en la escuela?
Ahora bien, hay que desenmascarar la realidad actual y tomar las palabras de Marx “las ideas dominantes de una época siempre fueron las ideas de la clase dominante”, esto es, que los contextos culturales sean gestados por la propia sociedad implica que las concepciones de las categorías utilizadas en diferentes momentos históricos responden a la hegemonía de una clase dominante. Por tanto que “(…) las ideas son emanaciones o productos de la realidad social. Pues bien, el modo de pensar ideológico lleva a convertir conceptos que sólo responden a relaciones sociales determinadas históricamente, en conceptos válidos universales”[8], creyendo y naturalizando de tal manera esas categorías que se convierten en parte de la cultura. Este punto es central para nuestra conclusión.
En el sentido de que las transformaciones conceptuales de las categorías se van haciendo cultura y de ellas nos desprendemos, debemos tener en cuenta que en los contextos culturales está la manifestación de la clase hegemónica en el sentido gramsciano del término, y allí se crean las categorías, que responden a una época determinada y a los intereses de la clase dominante.

“Max Sheler dijo en una ocasión que él había tenido influencia pedagógica por la sencilla razón de no haber tratado pedagógicamente a sus alumnos. Algo que desde mi propia experiencia personal corroboraría si se me permite una referencia personal. Es evidente que el éxito como profesor universitario se obtiene gracias a la ausencia de todo cálculo respecto de la adquisición de influencia, gracias a la renuncia a persuadir”[9]

Jacotot creía que partir de una situación de igualdad, es concebir las inteligencias de los maestros y de los alumnos análogamente, porque no hay en esta concepción diferencias en la capacidad del hombre para comprender.
La paradoja que aparece en Rancière que pareciera que Jacotot enseña cosas que él mismo ignora y de esta manera el enseñar y el aprender no son lineales. No se puede interpretar su propuesta dentro de este tipo de circuitos, donde los límites son claros y bien establecidos. 
Sin embargo, hay cosas que se enseñan y hay cosas que se aprenden, siempre y cuando antes puedan emanciparse tanto el docente de sus prejuicios hacia los alumnos, como los alumnos que están convencidos de que necesitan las explicaciones del maestro para aprender. Es necesario desprenderse de estos rótulos que responden a los circuitos lineales “Hoy los estudiantes prefieren los grandes cursos donde aparezca la lección magistral dogmática más que algún tipo de seminario donde se obtiene poca correspondencia”[10]
A todos los pedagogos Rancière les dice que un hombre puede comprender la palabra de otro hombre, por lo tanto su inteligencia está en acción en todas las relaciones humanas.
 
¿es posible seguir a Jacotot?
Siguiendo la línea de la presentación seguimos ingresando en el callejón para no ser un ladrillo más en la pared; preferimos subirnos a la barquita de Nietzsche, y dejar que Rancière y Adorno nos muestren algún nuevo paisaje.
Por un lado... los oscuros…1-Una realidad socio cultural, con categorías que se desprenden de la ideología hegemónica, de conocimiento, igualdad, emancipación, lo cual nos lleva ano poder seguir de forma “textual” los postulados de la propuesta.
2-Desde una perspectiva filosófica sabemos, vemos y entendemos que tiene una clave: la del maestro emancipador pero el rol legitimador en las institucioneses el del atontador.

3-La historia institucional (de las instituciones) no nos permitiría avanzar hacia un cambio radical. Ya queLa revolución de manera fáctica no acabaría con las instituciones.

Por otro lado... los grises… Descubrir que hay educadores que están en búsqueda de algo más que poner las sillas en círculo.

Y en este sentido la construcción de una nueva perspectiva puede comenzar a tomar materialidad. Esta propuesta que plantean la dupla Rancière, contextualizada en el marco de T. Adorno nos puede venir como anillo al dedo, porque sí hay algo que es indiscutible: sea neoliberalismo, post modernidad o post capitalismo, es que estamos en un tiempo de transicionalidady esta transicionalidad trae consigo lo que la sociología actual denominó desinstitucionalización es decir,el quiebre de las instituciones, estas instituciones gestadas en la modernidad poco a poco van perdiendo identidad.
Y acá están las cartas sobre la mesa, ¿Quién está jugando ese juego? ¿Qué nueva lógica tendrán esas instituciones que nacieron con la modernidad, que Jacotot criticaba yque hoy están en crisis?
Los educadores como intelectuales ¿qué papel ocupamos en esa reconstrucción de la desinstitucionalización? ¿Qué aporte nos puede hacer Jacotot cuundo nos damos cuenta de que las instituciones “así no van más”? ¿O el neoliberalismo será el agente encargado de reconstruir la desintitucioinalización, convirtiendo a la escuela en dispositivo reproductor de su hegemonía?.
Por eso tomaremos la propuesta Rancière, como inspirador, provocador e interpelador del HOY. Como él lo hizo en su tiempo y aquí viene la idea de “jacotitizar” a la escuela de Adorno. 
¿Cómo pensamos un nuevo paradigma, o desde dónde pensamos ese nuevo paradigma? ¿Una nueva escuela? ¿Cómo hacemos filosofía de la educación? 
Mi propuesta final: Poder llevar a cabo el método del lazo en la escuela emancipadora de T. Adorno
Vamos a intentar enhebrar el análisis y las propuestas desarrolladas al mismo tiempo que realizaremos una síntesis del artículo... este intento puede llevarnos a buen puerto o podemos terminar “diciendo una grosería” que será rebatida o desdeñada en su totalidad por quienes estén interesados en esta cuestión.
La categoría de análisis que puede venir a auxiliarnos es el concepto de dispositivo de Foucault.[11]
Siguiendo esta línea, llamamos dispositivo al conjunto de saberes, principios, leyes, formas, instrumentos, espacios, tiempos, estilos de relación, etc. propios de una institución que corresponde tanto a lo dicho como a lo no-dicho. 
El dispositivo es la red que puede establecerse entre estos elementos, al servicio de objetivos bien definidos.
Características particulares de los dispositivos institucionales: 
Son construcciones históricas que respondieron a una época, o una idea, a una necesidad de un determinado grupo. Si se han creado es con objetivos bien definidos, nadie sabe muy bien porqué el dispositivo sigue en pie. Tiene la capacidad de permanecer en el tiempo y en distintas épocas más allá de los distintos cambios que puedan ir dando o de las personas que pasen. Puede cambiar los discursos pero luego en las prácticas siguen vigentes. c) Son construcciones que las personas perciben como naturales y como únicas formas, cuando en realidad no lo son. d) Los dispositivos tienen la capacidad de producir determinados procesos. Influyen sobre los cuerpos, los espacios y los tiempos de las personas. Producen un modelado en nuestro comportamiento, que se exterioriza en las instituciones
La escuela actual conlleva a una forma de relación opuesta al método del lazo. 
“Haga silencio”, “Nos ponemos de pie”, “No trajo el trabajo: tiene un uno”, “Usted es un insolente”, podríamos seguir...
Es importante abrir sospecha sobre las distintas formas, prácticas, estilos, ritos (dispositivos) de la idea de Escuela. 

Pensemos en un ejercicio de análisis institucional, tomando la categoría de dispositivo de Foucault. 

a)En primer lugar deberíamos poder identificar dispositivos-prácticas en la escuela (ritos, frases, estilos, eventos, de tiempo, espacios) y así describirlos.

b)Luego, una vez que realizada la lista de dispositivos, intentar responderse las siguientes preguntas:

-¿Qué se puede decir de ellos tomando un poco de distancia? -¿En que medida los dispositivos que se encontraron y describieron contribuyen al perfil de Escuela deseada? -¿Qué tipo de escuela generan los dispositivos que describieron? -¿Qué dispositivos de la escuela provocan la emancipación y cuáles logran el efecto contrario? -¿Qué dispositivos de la realidad llevan a pensar al alumno de manera uniforme? -¿Qué Filosofía dee la Educación hay detrás de ese conjunto de dispositivos?

Creo que si seguimos esta línea de análisis como categoría para hacer filosofía de la Educación después de haber leído El Maestro Ignorante y Educación para la Emancipación, la historia que podríamos escribir en este tiempo de desintitucionalización sería otra, con los propios docentes.

Como mensaje final y porque no queremosser un ladrillo más en la pared: nosresistimos, no sabemos muy bien cómo ni para dónde, pero tomamos las palabras de Adorno y decimos “(...) en lugar de darse por satisfecho con el argumento de que todo está mal y nada puede hacerse en contra, hay que reflexionar sobre esa fatalidad y sus consecuencias... ese sería el comienzo de esa filosofía que sólo cierra su puerta a quienes prefieren dejar en la penumbra las razones por las que se cierra”
 


BIBLIOGRAFÍA

§ADORNO, T. (1998) Educación para la Emancipación. Ediciones Morata. Madrid.

§APPLE, M. (1990) Ideología, reproducción y reforma educativa. ALTBACH, P. y KELLY, G. Nuevos Enfoques en Educación Comparada. España: Editorial Mondadori

§BOURDIEU, P Y PASSERON, J C (1981). La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza. Editorial LAIA. Barcelona, España.

§BRUNER, J., La Educación puerta a la cultura, Editorial Visor,Madrid, 1998.

§DELEUZE, G. (1990) “¿Qué es un Dispositivo?” en Michael Foucault, Filósofo. Barcelona, Editorial Gedisa

§FOUCAULT, M. "Derecho de muerte y poder sobre la vida" en Historia de la sexualidad (volumen 1- La voluntad de saber) 

§FOUCAULT, M. (1999) Las mallas del poder. EN: FOUCAULT, M. Estética, ética y hermenéutica. Obras esenciales, Volumen III. España: Paidós.

§GRAMSCI, A. (1979). Los intelectuales y la organización de la cultura. Editorial Nueva Visión. Buenos Aires, Argentina.

§PORTANTIERO J. C (1999).“Los usos de Gramsci”. En J. C. PORTANTIERO Los usos de Gramsci. Editorial Grijalbo / Conceptos. Buenos Aires, Argentina. 

§PORTELLI, H. (1973). Gramsci y el bloque histórico. Editorial Siglo XXI. Buenos Aires, Argentina.

§RANCIÈRE J., El Maestro Ignorante, Editorial Alertes, Barcelona, 2002,

§TADEUZ DA SILVA, T. (1995). Escuela, conocimiento y currículum. Ensayos críticos. Editorial Miño y Dávila. Buenos Aires, Argentina.

§TENTI FANFANI, E. (2001) Unidad II. “La escuela como organización” eN: TENTI FANFANI, E. Sociología de la Educación. Bernal, Argentina: Universidad Nacional de Quilmes. (Cuadernos Universitarios N 1).

§VILLORO, L, (2002) El concepto de ideología en Marx y Engels, Universidad Aut. Metropolitana Iztapalapa, México


 
 






 




















[1] Rancière J. (2002) El Maestro Ignorante pág.Editorial Alertes. Barcelona
[2] Rancière J. (2002) El Maestro Ignorante pág.Editorial Alertes. Barcelona
[3] Kohan, W., Filosofía de la educación. Algunas Perspectivas Actuales, 1998, p. 142.
[4] Adorno, T., Educación para la Emancipación, capítulo 1 ¿Qué significa superar el pasado?, Ediciones Morata, Madrid, p.25. 
[5] Tello, C. 2004. Categoría de Análisis
[6] Bruner, J., La Educación puerta a la cultura, Editorial Visor,Madrid, 1998.
[7] Rancière J., El Maestro Ignorante, Editorial Alertes, Barcelona, 2002, p.15.
[8] Villoro, L, El concepto de ideología en Marx y Engels,Universidad Aut. Metropolitana Iztapalapa, México, p.20.
[9] Adorno, T. (1998) Educación para la Emancipación. Ediciones Morata. Madrid.
[10] Adorno, T. (1998) Educación para la Emancipación. Capítulo 4 Tabúes sobre la profesión de enseñar Pág. 71 Ediciones Morata. Madrid.
[11] Deleuze, G. (1990) “¿Qué es un Dispositivo?” en Michael Foucault, Filósofo. Barcelona, Editorial Gedisa


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