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"EL 15 DE AGOSTO " pag. 2 | ||||||||||||
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Al respecto, después de varios días, con la cabeza fría, en un análisis calmado, los peruanos concientes criticamos esta actitud de nuestros gobernantes. En lugar de ordenar de inmediato a las fuerzas armadas que remuevan los escombros para sacar a los que estaban atrapados y aún con vida, se perdió horas muy valiosas, momentos cruciales que los hubiesen salvado. Ellos prefirieron lucirse. Con un enjambre de periodistas acudieron a “inspeccionar” el terreno desbastado, cuando lo lógico, lo humano era empezar con prontitud los trabajos de rescate. Que los especialistas cumplan con su labor, que el ejército acuda con su maquinaria pesada pues están preparados para defender a los ciudadanos de cualquier amenaza externa ó interna, sólo era cuestión de tomar el teléfono y dar las instrucciones desde Palacio. El tiempo se encargará de juzgarlos. Pero uno se siente impotente al saber que un “presidente de la república,…el hombre más poderoso del país, que se supone debe estar muy bien informado”, se haya atrevido a engañarnos a una hora y media de la tragedia que la magnitud de los daños y de pérdidas humanas eran mínimas, cuando ya los canales de televisión y estaciones de radio sabían que esto no era real, que los estragos de la bestia habían sido cuantiosos y que nuestro pueblo estaba herido de muerte.
Este desastre natural ha desnudado lo que aun somos como nación. No estamos preparados para un desastre. Mientras que en Inglaterra, país que no esta ubicado en zona sísmica existen 200 sismógrafos, el Perú tiene 20. Recordemos que estamos encima de dos placas tectónicas que se mueven a mayor velocidad de las que conforman la corteza terrestre. Hace 2 años que se suprimió del presupuesto la opción de un sistema de comunicación satelital entre las entidades y personas claves para casos de emergencia. Nos viene a la mente que un funcionario del régimen actual considera “una falta a la austeridad” y “cuestiona” la decisión de comprar teléfonos satelitales, por ejemplo para saber con precisión donde esta el presidente en casos de esta naturaleza. Y es que en realidad todas estas cosas son síntomas de la misma enfermedad endémica de nuestros gobernantes de los últimos 186 años. Les importa un “pepino” la ciencia, la tecnología, la innovación. Esa miopía no la tenían los antiguos peruanos quienes tenían un sistema tan organizado contra catástrofes que es digno de admirar. Ocho días han pasado y siguen las réplicas. Continúa el removimiento de los escombros para sacar nuestros muertos, aún escuchamos los llantos lastimeros, las súplicas por que les brinden agua, comida y abrigo. A pesar de la respuesta inmediata de generosos países vecinos y de todas partes del mundo esa ayuda no puede ser bien canalizada para llegar a los necesitados. Toneladas de ropa, carpas, medicinas, alimentos esperan en los almacenes que la gente muera de inanición y de frío antes que ser repartidos como debe de ser. Acaban de atrapar a una funcionaria de Defensa Civil con una tonelada de ropa donada almacenada en su casa. Que vergüenza, que falta de escrúpulos, que indolencia…Pero no todo es tragedia. Hay hechos que enaltecen los valores. Como la de “Tripita” quien perdió 3 familiares. Removiendo el montón de adobes de su derruida casa encontró su pequeño maletín donde guardaba su ropa de trabajo, -su disfraz de payaso- En plena calle, improvisando una función comenzó su actuación. Los niños aún horrorizados empezaron a acercarse y a gozar de sus ocurrencias. Con los ojos llorosos cumplía su trabajo, aún lo sigue haciendo y por las calles desbastadas lleva su arte para hacer reír a la gente. Una madre en avanzado estado de gestación alumbró un robusto niño dentro de una carpa, fue una operación de emergencia, este pequeño ser que se llamará JESUS viene al mundo con un mensaje de esperanza, de vida para su sufrido pueblo. Ahora tendrá que empezarse los trabajos de reconstrucción. Se nota un evidente y positivo empuje. Nuestra raza INCA reúne estas características. Somos descendientes de esta gran cultura, estoy seguro que mis paisanos uniendo fuerzas volverán a florecer de sus cenizas como el ave FÉNIX. Dicen que las malas experiencias siempre dejan lecciones positivas, habrá que aprender de ellas, estar preparados para cualquier hecho similar y que nunca nos coja desprevenidos. Las autoridades tienen que asumir esta responsabilidad. Nos espera un largo camino que recorrer pero quiero resaltar varias cosas: En primer lugar agradecer a Dios por que a pesar de que este violento movimiento fue de 7.9, no ha causado más daños que los que estamos experimentando. Hubiese sido peor, si el epicentro era frente a las costas de la capital. Estaríamos contando otra historia, cientos de miles serían las víctimas, el 40% de las casas estarían derruidas. Lo sentimos por nuestros hermanos, que el Señor les siga brindando esa fuerza de voluntad para su recuperación total. En segundo lugar, queda claro que en las adversidades demostramos una gran unión. Somos un solo puño, un solo brazo vigoroso. Se ha olvidado odios y enconos, las rivalidades políticas quedaron de lado, ricos y pobres, artistas, empresarios, miembros de grupos religiosos, los trabajadores, todos acudieron con sus donaciones. Colaboraron con estos pueblos. Como no sentirnos orgullosos de esto. Por último, agradecer la generosidad de los países vecinos y del mundo. Todos respondieron con su ayuda de alguna manera y aún lo siguen haciendo. Llama la atención como una tragedia puede unir a los pueblos. Quedamos en deuda. Al momento de terminar este relato, los movimientos continúan, pareciera que nos estamos acostumbrando a convivir con ellos, pero nuestros destinos lo dejamos en manos del Señor Todopoderoso. |
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