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"....A USTED NO LO SALVA NI UN CHANCHO..." |
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Autor: Nelson Dávila Barrantes | |||||||
Cuando cursaba mi educación Secundaria lo hacía en la Gran Unidad Escolar “San Ramón” dirigida por Don Alfonso La Torre Barrantes. Allí estudiaban alumnos de toda clase social. Algunos de mis compañeros caminaban desde sus lejanas casas las cuales quedaban a 7 ó 8 Km de distancia. En esa época se estudiaba en dos turnos…por la mañana de 8 a 12m…uno se retiraba a almorzar y regresaba a clases a las 2 para salir a las 6 pm. Estos compañeros llevaban un mísero refrigerio…el cual consistía en un poco de cancha…su trigo pelado, algunas papas u ollucos sancochados y su calabaza de agua. Almorzaban por la cancha de fútbol... Que sacrificio hacían para aprender y estudiar!.. Mientras que mis hermanos y yo llegábamos directamente a destapar las ollas y a fastidiar a la mamá…dándonos el lujo de rechazar la comida si no nos gustaba. Teníamos un profesor…que era muy estricto y exigente, le gustaba que lo llamen “Doctorcito”. Todos sabíamos que a la hora de dar los exámenes poco o nada le importaba que hayamos estudiado por cuanto a el le interesaba que uno quede mal para “arreglar” la nota. Los que desaprobábamos, teníamos que visitar su casa los domingos…previamente habíamos “robado” del corral familiar algún gallo, gallina, pato, etc… para acudir donde el profesor y entregárselo a cambio de que nos suba algunos puntos….el había elaborado una tabla de notas por cada ave, así por ejemplo: un gallo era un 11; una gallina ponedora un trece; un pavo ó un pato 14…y así por el estilo. Mi amigo el “loco” Salas era incorregible, travieso, flojo…con todos los defectos. A el no le interesaba aprender puesto que era de mucho dinero, su progenitor tenía su propio negocio que era muy rentable y próspero. Pero parece que al padre le colmó sus travesuras, que amenazó con ponerlo en un internado ó enviarlo al colegio militar. Entonces la preocupación del "loquito" era apremiante…Necesitaba salvar como sea el curso y también se alineó en la fila con un hermoso pavo bajo el brazo. Cuando le llegó su turno…el profesor se fijó en su registro, le preguntó su apellido y al ubicar la nota en la lista….exclamó en voz alta: "ALUMNO SALAS…DE ACUERDO A LO QUE ESTOY VIENDO…A USTED NO LO SALVA NI UN CHANCHO…” |
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