Cuando “Paquito Pérez”- el auxiliar de educación encargado de cuidar a mi salón - nos dió la noticia todos gritamos de alegría. En realidad este curso era uno de los más “pesados” y dos horas seguidas eran un martirio para nosotros que estudiábamos “Letras”. Por eso pensamos que nos dejaría salir más temprano. En realidad este sorpresivo “regalo” nos caía como anillo al dedo. Tendríamos tiempo suficiente para ir hasta el local de la “Recoleta” y desde el quiosco de la “Juguería Huaccha” observar salir todas “ordenaditas” a las chicas del colegio femenino “Santa Teresita”.
Estábamos muy equivocados. “Paco Pérez” tenía otros planes, nos explicó que el que quisiera salir a casa, elija su “coteja” para boxear y ordenó que con las carpetas se forme un círculo hasta crear un improvisado“ring de box”. Envió al “Cachalapas” León al Departamento de Educación Física para que trajera los guantes de boxeo.
Con “Frejol” Verástegui nos miramos y nos hicimos una señal para ser los primeros en pelear. En realidad solo fingiríamos. Nuestra gran amistad impediría que nos cruce por la mente la más remota idea de llegar a extremos peligrosos, pero necesitábamos salir para ir a ver a nuestras enamoradas a la hora que salgan del colegio. Fue él, quien se acercó y me dió las instrucciones para que simuláramos. Cruzaríamos unos cuantos golpes pero sin hacernos daño. Nos calzamos los guantes, y “Paco” que fungía de árbitro dió la señal de comenzar el combate. Vinieron unos torpes movimientos de estudio del contrincante y así pasó el primer round, con la advertencia que si el segundo era igual, nos saquemos los guantes y nos sentemos en nuestras carpetas para que otros tengan su oportunidad.
Es por eso que acordamos ir a lo “franco” y en un arranque de valor descargué un certero golpe en la cara de mi amigo. A su vez el pensó igual y me golpeó en el oído con su diestra. Sentí un ensordecedor sonido como repique de cien campanas y estuve a punto de caer. La vista se me “nubló” y buscaba de donde cogerme. Veía borroso a mi amigo, pero logré observar que un hilillo de sangre le destilaba de su nariz. Pero lo que más se escuchaba, eran los gritos de “Paco” que nos indicaba que la pelea había finalizado, que ya era suficiente y que nos separen. En realidad la pelea hacía rato que había terminado. Lo que yo hacía en ese momento era cogerme de “Frejol” Verástegui para no irme de bruces. Por eso que estábamos abrazados.
En silencio nos dirigimos hacia la plazuela de la “Recoleta”. Efectivamente cuando llegamos la madre “Consolata”se encontraba en el portón de entrada y observaba que todas las alumnas en columna de a dos salieran en orden. Con mi amigo mirábamos detenidamente al grupo para poder divisar a las que nos interesaban. Nuestras enamoradas, así como nosotros, eran grandes amigas y nunca sabrían lo que acababa de ocurrir. Jamás permitiríamos que esto salga a la luz. De repente no se merecían que hayamos actuado de esa manera para acudir a verlas.
El tiempo se encargaría de darnos la respuesta....
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Paco = Nombre familiar dado a los Francisco
Coteja = contrincante, adversario
Franco = de verdad, sincero
Madre Consolata = monja cuyo nombre en latin significa “Consoladora”
