boletin (2 de diciembre de 2001)

Antes de todo quisiera agradecerles por su respuesta excelente a la mayordomia. El Domingo pasado unos quinientas personas, en las tres misas en castellano, han firmado hojitas de compromiso. Hemos enviado una carta a todos los que se inscribieron. Por favor, si Ud. No recibe una carta de la parroquia – mas tardar el fin de esta semana – notifiquenos. Se puede llamar a la Srta. Monica en la oficina parroquial, 206-767-6220.

Para los que todavia no hayan llenado su formulario, les pido hacerlo esta semana y ponerlo en la colecta de la misa o dejarlo en la oficina parroquial. Es muy importante inscribirse para ser miembros de la parroquia.

Seguro que todos han escuchado las noticias sobre la clonacion humana. Es parte de la deshumanizacion de nuestra sociedad – y la destruccion del significado sagrado de matrimonio. Es decir, el bebe siempre debe ser fruto del amor entre los esposos, no un producto de la tecnologia. En este mes de diciembre, especialmente en la novena a Nuestra Senora de Guadalupe, debemos rezar con fervor para todos nuestros jovenes para que rechazen la cultura de la muerte y abrazen la de la vida. Lo que sigue es un articulo sobre la respuesta del Vaticano a la clonacion humana. Les pido que la leyan con atencion y mediten en este mensaje que es tan importante para nosotros y nuestros hijos.

CIUDAD DEL VATICANO, 26 noviembre 2001 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha denunciado «el carácter dramático» y «la gravedad» moral del experimento de clonación humana anunciado este domingo por un laboratorio privado en Estados Unidos.

Un comunicado sin firma distribuido este lunes por la Sala de Prensa vaticana se pregunta, «eso que como científicos denominan en su artículo «early embryo», embrión en fase inicial, ¿qué es?».

El comunicado de prensa reconoce así que la gravedad del experimento, tal y como ha sido expuesto por «The Journal of Regenerative Medicine», se debe al hecho de que se ha realizado creando un ser humano, en estado todavía de embrión. Después, el embrión clonado ha sido eliminado.

«Vuelve así con toda su actualidad el interrogante bioético nunca adormecido por la verdad: cuándo es posible considerar el inicio de la vida humana», constata el texto vaticano.

El documento confirma «con fuerza que el inicio de la vida humana no puede ser fijado por convención en un cierto estadio del desarrollo del embrión; se sitúa, en realidad, en el primer instante de la existencia del embrión mismo».

«A pesar de las declaradas intenciones "humanísticas" de quien anuncia curaciones sorprendentes siguiendo este camino, que pasa a través de la industria de la clonación, es necesario un juicio objetivo pero firme, que muestre la gravedad moral de este proyecto y que justifique su condena inequívoca», añade.

Este proyecto de clonación, añade, «sanciona una auténtica discriminación entre los seres humanos, en virtud de su tiempo de desarrollo».

«De este modo --constata--, un embrión vale menos que un feto, un feto menos que un niño, un niño menos que un adulto».

Se trastoca así, subraya, «el imperativo moral que impone, por el contrario, la máxima tutela y respeto precisamente de quienes no están en condiciones de defender y manifestar su dignidad intrínseca.

Por último, el comunicado propone a los científicos seguir el camino de la experimentación con células estaminales de adultos que científicamente se ha demostrado válido y que respeta la dignidad de la vida humana. «Hoy día la dignidad del hombre está amenazada», constató con grave preocupación Juan Pablo II este fin de semana al afrontar en un articulado mensaje los nuevos desafíos que plantea la investigación con embriones humanos.

«Hoy día surge una nueva tentación: la de arrogarse el derecho de fijar, de determinar el umbral de humanidad de una existencia singular», constata el pontífice.

«Desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo --recordó--. Jamás llegará a ser humano si no lo ha sido desde entonces».

«La genética moderna muestra que desde el primer instante se encuentra fijado el programa de lo que será ese viviente: una persona, un individuo con sus características ya bien determinadas», añadió citando el número 60 de su encíclica sobre la vida, la «Evangelium Vitae» (25 de marzo de 1995).

«Esto exige un respeto absoluto del ser humano, desde su fase embrionararia hasta el final de su existencia», aclaró.

Se trata, asegura, de un «ser que no puede ser considerado como un objeto o material de experimentación. Del mismo modo, es necesario tratar con respeto las células germinales humanas, en virtud del patrimonio humano del que son portadoras».

«Las hipotéticas ventajas para la humanidad o para el progreso de la investigación no pueden de ningún modo constituir un criterio decisivo de bondad moral», advierte el obispo de Roma.

«El porvenir del hombre y de la humanidad está en parte ligado a su capacidad para examinar rigurosamente las diferentes cuestiones bioéticas a nivel ético, sin tener miedo de poner en tela de juicio comportamientos que se han hecho corrientes».

Para despejar toda duda, el Papa hace en el texto un inciso dejando claro que «la Iglesia católica alienta la investigación en biomedicina cuando está orientada a la prevención y la curación de enfermedades, el alivio del sufrimiento y el bienestar del hombre».

Sabe que «si la investigación es llevada de una manera verdaderamente científica, siguiendo las normas de la moral, nunca estará realmente en conflicto con la fe»

Al mismo tiempo, «la Iglesia no ignora la complejidad en ocasiones dramática de situaciones vividas dolorosamente por las personas, asimismo es consciente de las presiones ejercidas por poderosos intereses económicos».