Boletin (30 de diciembre de 2001)

El Centro Mary Bloom recibió una sorpresa navideña. Supe de ella cuando llamé al Perú unos días antes del 25. Melani Palacios (una niña de cuatro años) contestó y me dijo algo sobre un "abuelito" y "caca." Su mamá de Melani, la Obst. Luz Marrón me informó que unas profesoras habían dejado un ancianito al Centro, pidiendo que ella lo cuidara por unos días. Luz, que fue criada por su abuela, tiene un lugar tierno en su corazón por los viejitos y lo aceptó. Los profesores no regresaron ni los miembros de la familia del anciano. Cuando Luz fue a las autoridades, le dijeron una respuesta común, "No podemos hacer nada, pero si algo sucede, Ud. es la responsable."

El hombre necesita casi el mismo cuidado como un bebito. Siempre es triste, cuando alguien llega a tal estado y no tiene a nadie para cuidarlo. Como Uds. saben, es bien raro en los paises latinos que los hijos abandonan a sus papás, pero mientras tanto, Luz mira a su "sopresa navideña" como una bendición para ella y Melani.

Para mí la Navidad no tuvo semejantes sorpresas. Gracias a Dios, nadie dejó a un abuelito o un bebito a la rectoria (como sucedió con unos amigos miso hace unos años). Pero, sí, recibí muchas tarjetas, chocolates y otros regalitos. Les agredezco mucho su cuidado y cariño que han extendido a mí - a los padres Adrian y Ramón.

Las misas de Navidad fueron especialmente bellas este año, gracias a todo el trabajo de nuestros coros y los otros que prepararon las liturgias. También fue bien especial la presencia del Santo Niño que el Padre Adrian trajo desde Belén.

Hablando de Belén, este año ha sido bien difícil en la Tierra Santa. Tenemos que unirnos al Santo Padre en las oraciones por la paz en la tierra de Jesús y en todo el mundo. El primero de enero es LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ. Quisiera compartir algo del Mensaje del Santo Padre:

"Este año, la Jornada Mundial de la Paz se celebra con el trasfondo de los dramáticos acontecimientos del pasado 11 de septiembre. Aquel día se cometió un crimen de terrible gravedad: en pocos minutos, millares de personas inocentes, de diverso origen étnico, fueron horrendamente asesinados. Desde entonces, todo el mundo ha tomado conciencia con nueva intensidad de la vulnerabilidad personal y ha comenzado a mirar el futuro con un sentimiento profundo de miedo, hasta ahora desconocido. Ante estos estados de ánimo, la Iglesia desea dar testimonio de su esperanza, fundada en la convicción de que el mal, el mysterium iniquitatis, no tiene la última palabra en los avatares humanos. La historia de la salvación descrita en la Sagrada Escritura proyecta una gran luz sobre toda la historia del mundo, mostrando que está siempre acompañada por la solicitud diligente y misericordiosa de Dios, que conoce el modo de llegar a los corazones más endurecidos y sacar también buenos frutos de un terreno árido y estéril.

"La esperanza que sostiene a la Iglesia al comenzar el año 2002 es que el mundo, donde el poder del mal parece predominar todavía, se transforme realmente, con la gracia de Dios, en un mundo en el que puedan colmarse las aspiraciones más nobles del corazón humano; un mundo en el que prevalezca la verdadera paz.

"Lo que ha ocurrido recientemente, con los hechos sangrientos que acabamos de recordar, me ha impulsado a continuar una reflexión que brota a menudo de lo más hondo de mi corazón, al rememorar acontecimientos históricos que han marcado mi vida, especialmente en los años de mi juventud. Los indecibles sufrimientos de los pueblos y de las personas, entre ellas no pocos amigos y conocidos míos, causados por los totalitarismos nazi y comunista, siempre me han interpelado íntimamente y animado mi oración. Muchas veces me he detenido a pensar sobre esta pregunta: ¿cuál es el camino que conduce al pleno restablecimiento del orden moral y social, violado tan bárbaramente? La convicción a la que he llegado, razonando y confrontándome con la Revelación bíblica, es que no se restablece completamente el orden quebrantado, si no es conjugando entre sí la justicia el perdón. Los pilares de la paz verdadera son la justicia y esa forma particular del amor que es el perdón."

Cuando el Santo Padre era un obispo joven en Polonia, participó en una carta pastoral a los obispos alemanes, expresando perdón por los crimines de la ocupación nazi y al mismo tiempo pidendo perdón a los mismos alemanes. Para algunos polacos, esto parecía totalmente imposible. ¿Como puede uno perdonar a la persona que ha torturado y matatado a su papá, vecino o ser querido? ¿Y que hemos hecho nostros para pedir perdón a ellos? Sin embargo fue un gesto que hizo mucho para traer sanación entre los dos pueblos. El papa está llamando a los paises de hoy extender un perdón semejante.

Decimos que "creemos en el perdón del los pecados" pero perdonar es difícil para nosotros. Para algunos el perdón signfica decir que nada sucedión. Pero el papa dice claramente que el primer paso es identificar el mal y hacer todo lo posible para resistirlo. Si no creemos que los seres humanos puede escoger libremente entre el bien y el mal, el perdón es vacio. Si un perro me muerde, no puedo perdonarlo en un sentido verdadero, porque no considero que el es responsable, sino su dueño.

El perdón comienza en reconocer que ofensas verdaderas existen, pero no termina allá. Algunos dicen, "Te perdono," pero cuando hay una discusción hacen recordar la ofensa. El perdón es no como poner dinero en el banco para uso futuro, sino borrar las cuentas. Las palabras originales del Padre Nuestro dicen, "Perdonanos nuestras deudas como nosotros perdonamos nuestros deudores."

Hablando del perdón, celebraremos el sacramento de Reconciliación este jueves (3 de enero). El Padre Ramón y yo estaremos en el templo desde las 4 p.m. hasta las 8 p.m. - o hasta escuchar todas las confesiones.

Por favor, poner en su calendario el 24 de enero (jueves) de 7 a 9 p.m. Tendremos una "Sesión de Escuchar" para obtener una idea de las diferentes preocupaciones de los filigreses en cuanto a nuestros programas y edificios. El Consejo Parroquial me ayudará usar estos resultados para formar un plan estrátegico para los años que vienen.

Finalmente, les pido participar en la oración de la Jornada Mundial de la Paz. Este lunes, después de la misa bilingue de 11 p.m., comenzaremos el Año Nuevo con el Rosario por la Paz a medianoche. Y toda la noche hasta las 9 a.m. habrá exposición del Santísimo en el templo. Es la mejor forma de comenzar el año 2002, participando en la misa, rezando el santo rosario y pasando algunos momentos ante Jesús realmente presente en la Eucaristía.