El Don que Deseamos

(Homilía para Navidad 1996)

De parte de nuestro equipo parroquial y de parte mía (soy Padre Felipe su párroco de Holy Family) quisiera expresar nuestros deseos que cada uno aquí tenga una Feliz Navidad.

Navidad ha llegado a ser un tiempo para dar regalos. Por un lado es causa del consumismo de esta sociedad, pero puede tener un significado profundo para nosotros. El gran teólogo católico, Santo Tomás de Aquino pregunta, "¿Qué es un regalo?" Dice que para ser bueno, el regalo tiene que expresar algo de la persona que da y de la persona que recibe. Si lo hace, el regalo viene a ser un vínculo entre el donante y recipiente.

En mi familia sacamos nombre en el día de Gracias, Thanksgiving. Así tenemos un solo regalo de comprar para Navidad. Saqué el nombre de mi sobrino que tiene 22 años. Pasé la mañana del día lunes en un centro comercial buscando algo que expresaría una parte de mí, su tío y le gustaría a mi sobrino. Fue bien difícil decidir.

Como se puede imaginar, no encontré el regalo perfecto para mi sobrino. Todo don es incompleto, pero al mismo tiempo es bonito. A veces el presente sencillo puede ser lo más lindo de todo.

La belleza de un regalo sencillo he visto durante mis años como misionero en el Perú. En aquel pueblo, el consumismo no había entrado muy fuerte y los papás fueron tan pobres que no podían comprar presentes para sus hijos. Pero cuando los niños venían para visitar el Niño Jesús, esperaban algo. Unas señoras de la parroquia prepararon una olla grande de chocolate y los niños, dos o trescientos, hicieron una fila para recibir su chocolate y un pan.

Hace unos días llamé a mis amigos en el Perú. Les pregunté si iban a tener una chocolateada para los niños. Me dijeron "Sí" y que iban a repartir los muñecos y ropa donados por feligreses de Holy Family. Un regalo pequeño puede ser el más bello de todos.

Una taza de chocolate, un pan, un muñeco, un vestidito son presentes pequeños pero bellos porque hablan de algo más: cariño, protección, amor. Y todo regalo bueno es como una prenda del mejor regalo de todos, el que todos deseamos.

Santo Tomás habló de esto cuando preguntó, ¿que es un regalo bueno? Dice que hay un don perfecto, lo que Dios Padre entregó a su Hijo Jesús desde toda la eternidad. Estoy hablando del Espíritu Santo, el vínculo de amor entre Padre e Hijo. Jesús descendió a la tierra porque quiere que todos compartamos de este don perfecto.

La gran pregunta para nosotros esta noche es como podemos recibir tal don, el único que realmente importa. En nuestra profesión de fe tenemos una indicación, "Para nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo." Y luego decimos, "Creo en Espíritu Santo, la santa iglesia católica…el perdón de los pecados."

Recibimos el Espíritu Santo por medio del perdón de los pecados. Cuando le preguntaron al gran escritor, Gilbert Chesterton, ¿por que se hizo católico? El respondió, Para tener el perdón de mis pecados. Este año en los Estados Unidos, tuvimos otro gran convertido a la fe católica, el Dr. Bernard Nathanson. Fue fundador de la "Abortion Rights League" (Liga para el Derecho al Aborto) y él mismo hizo miles de abortos. Pero el Dr. Nathanson vio las imágenes de ecografía, como el pequeño corazón del feto late y como es posible medir sus ondas cerebrales. Y cuando el abortista mete el cuchillo, la pequeña forma humana reacciona, trata de escapar. Todo eso le hizo darse cuenta que el feto era mucho más que un puñado de tejidos, sino un ser humano vivo. Abrumado por haber tomado las vidas de tantos seres humanos inocentes, se hizo miembro del movimiento pro-vida. Este año en la vigilia de Pascua fue bautizado en la iglesia católica. Dijo que su alegría más profunda fue saber que sus pecados son perdonados y ya no está destinado al castigo eterno.

Quizás tú y yo no tenemos una historia tan dramática con el Dr. Nathanson, pero podemos tener el gozo del perdón de nuestros pecados. En el perdón de los pecados recibimos el don más precioso de todos, el Espíritu Santo. Es lo que Jesús quiere ofrecernos por medio de su nacimiento.

Hay un canto de Navidad que dice, Aunque Cristo naciera mil veces en Belén, yo estaría perdido eternamente si no nace en mi. Cuando Jesús nace en nosotros, nosotros renacemos.

En la parroquia de Holy Family quisiéramos ofrecerles un segundo nacimiento. Este año tenemos un grupo grande de adultos que serán renacidos en la vigilia pascual por medio del agua y el Espíritu. Y para nosotros que ya somos católicos podemos igualmente experimentar un segundo bautizo. Lo hacemos por la confesión de los pecados y la profesión de fe. En nuestra parroquia tenemos dos oportunidades cada semana para confesión—se puede ver en el almanaque parroquial.

Tenemos mucho que ofrecer aquí en la parroquia de Holy Family. Quisiéramos que toda persona aquí se siente bienvenida en nuestra comunidad. Sabemos que hay personas visitando de otros lugares, incluso otros países, quisiéramos que cada uno reciba una bendición, una nueva esperanza, un segundo nacimiento.

El regalo más grande para la Navidad no está bajo el árbol. El presente más importante, el único que importa al final de las cuentas es la que Jesús quiere dar a todos. El mismo que El recibió eternamente de su Padre, el Espíritu Santo por medio del perdón de los pecados.

Que Dios los bendiga a todos y que tengan una Feliz Navidad.

************

De los Archivos:

Navidad 2008: Pequeños Pasos de Jesus
2007: Ya No Temer Ni Esconderse
2006: Esa Broma Sagrada
2005: Un Cuerno de Marfil
2004: Un Poema de Navidad
2003: La Debilidad de Dios
2002: La Palabra
2001: La Abundancia de Dios
2000: Soy Como Ustedes
1998: Como Recibir un Regalo
1996: El Don Que Deseamos

Otras Homilias

Home