El Soldado presenta su rock poético e independiente Curiosa historia la de El
Soldado, el músico que toca esta medianoche en El Mariscal, al frente del ex Mercado
de Abasto. De ser "plomo" de la banda más vendedora del rock argentino, se convirtió
en uno de sus ahijados predilectos. O, para ser más específicos, de ser el emblemático
plomo de Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota, pasó a ser un solista que superó
la barrera de los 15 mil discos vendidos en el más absoluto silencio, resguardado
en el ala protectora del Indio, Poly y Skay. El anecdotario dice que El Soldado
se llama así porque cuando empezó a trabajar para la factoría "redonda" estaba
haciendo "la colimba", y en la sala de ensayo el Indio Solari decidió bautizarlo
como el sentido común indicaba. También cuenta que, al decidirse a escribir su
propia historia, no desafió la lógica de la autogestión que tantos dividendos
les dio a sus padrinos (sus discos fueron editados por el sello Yosapa solapa,
de su propiedad), ni se alejó del estigma "rock poético y anti-sistémico" al que
éstos le dieron estatus de masividad. De hecho, Tren de fugitivos, su primer disco,
fue hecho con colaboración de la plana mayor de Patricio Rey y en muchos de sus
pasajes suena a... "los Redondos". Pero a partir de Alas Rotas, el segundo, las
cosas parecen haber cambiado, dado que no hay celebridad rockera involucrada y
sí una banda de notables que hacen pensar en un directo de nivel.