A los 7 años el primer disco de Invisible le cambió la cabeza. A los 14, fue testigo de las reuniones de Almendra y Manal. A los 18 ya era un consumado plomo de Los Redonditos de Ricota que iba a los ensayos con su uniforme de colimba y ahí Skay le puso el apodo que devino en su nombre artístico: "El Soldado". Pinta de rockero de los 70, este guerrero no está nada quedado en el tiempo: en su fresquito tercer disco (De Cardo y Clavel) filtra las influencias del eje Dylan-Mellencamp-Petty que marcaron el debut (Tren de Fugitivos, 1996) con la de modernos regeneradores del blues como Gómez, Moby, Portishead y Mercury Rev. Si no, escuchen el tratamiento trip-hop de "Blues de soledades batidas" o como desliza scratchs en "De cardo y clavel". Interesante. Síndrome Ultimo Bondi a Finisterre, tal vez?.
"No, ese disco no provocó este. Coincido con ellos en la necesidad de darles otro maquillaje y otra carrocería a las canciones de siempre", explixa El Soldado. Seguro en su loft del Abasto, cree haberse sacado de encima eso de ser "el ex plomo de Los Redondos, que ahora es músico". "No sé por qué Tren de Fugitivos despertó tanta espectativa. Si fuera un músico que se cortaba solo, todavía... pero era un plomo!". En agosto de 1996, El Soldado renunció a su rol de "asistente" después de un show en Córdoba."Siempre me planteé que podía salir a la superficie por mi cuenta y sé que bueno o malo, tengo mi estilo, no como los Pier que hacen género con el estilo de Los Redondos." Guarda, entonces, con el ex recluta que viene marchando...