Cartas al Libertador

 

Boletín de un libre pensador
Año I – Nº 41 Octubre 2001

Se acuña un nuevo término: Gerencia Política

 Sorpresiva fue la asistencia al Seminario Internacional de Comunicación Política realizada en CIESPAL – Quito, el salón se llenó con una asistencia que combinaba a consultores políticos internacionales y criollos, gente de medios, dirigencia política, estudiantes inquietos y uno que otro curioso. Evento interesante que me dejó algunas lecciones, que hoy deseo compartir con ustedes.

Descubrí que había surgido en el escenario electoral un nuevo ejército de técnicos con mandil blanco que se insertan en lo político desde una visión gerencial: Consultores Políticos, expertos en Comunicación Política, expertos de Imagen, encuestadores, expertos en medios y medios expertos, cuantificadores del comportamiento electoral...etc. Todos compartiendo una visión, las elecciones como un fenómeno de efectos. Todos compartiendo la misma imagen de “yuppis”, con sus ternos oscuros y engominados cabellos, planteando al auditorio lo inevitable, en terreno electoral, acudir desde una visión gerencial. El problema de una campaña electoral es la eficacia gerencial y la planificación.

En efecto, mucho hay que aprender en el terreno electoral. Confieso que ha sido un tema que ha concentrado mi interés los últimos años de mi vida, el Capital y los Borradores de Carlos Marx fueron reemplazados por textos de Marketing y Comunicación Política; la teoría de la Dependencia y el Subdesarrollo fueron sustituidas por reflexiones continuas de configuración del mensaje político electoral y análisis de las motivaciones del voto. Es más, mis últimos quince años se han financiado desde la actividad de encuestador y una que otra asesoría electoral. Sin embargo, que lejos estoy de considerarme un Gerente Político.

Con el perdón de ustedes voy a partir de contraponer dos referentes: Los gerentes políticos y yo, con el único fin de subrayar distancias entre dos visiones.

Para la gerencia política (GP) LOS PROCESOS ELECTORALES INICIAN CON LA DESIGNACIÓN DEL CANDIDATO. Por tanto la política electoral parte de un estudio previo para cuantificar las factibilidades. Investigación, que combina técnicas cuantitativas y cualitativas, con el objetivo de establecer variables que permitan diagnosticar las cercanías y distancias que el candidato presenta frente a los perfiles ideales del electorado en relación al cargo a disputarse.

Si el electorado percibe, como perfil ideal, al Presidente de la República: rubio, de buena presencia, alto, con don de mando, católico, casado, ilustrado y entendido en economía... Punto menos para los chaparros, indígenas y abogados ateos.

Es verdad, los estudios realizados, desde hace muchos años atrás, nos conducen a establecer que existe un perfil ideal, referente que incluso se manifiesta con variaciones mínimas, se presenta muy estable. Sin embargo, el Ecuador, el Perú y luego Venezuela, para señalar tres casos, rompen con esta aseveración: Bucaram, Fujimori y Chávez no pasaban la prueba de factibilidad y ganadores electorales de los estudios previos.

Debo por tanto inferir que las elecciones no empiezan con la designación de un candidato y los estudios de factibilidad, es un proceso constante en democracia.

Los Partidos Políticos, a pesar de todas las deformaciones que se puedan puntualizar, son actores constantes en el escenario político, a tal punto que se constituyen en indicadores de democracia... Una democracia es lo que los partidos hacen o dejan de hacer. Una elección no es un periodo de ruptura, no podemos partir de observarla desde un punto de arranque y otro de llegada, como tampoco podemos definir la gravitación de una organización política en base de los resultados electorales.

Un gobierno no empieza con la victoria electoral ni las elecciones lo legitima y garantiza su permanencia. Observemos dos casos en Ecuador que ilustra esto: Bucaram y Mahuad.

Si bien es cierto que se ha establecido una visón “heroica” de la caída de Bucaram y Mahuad, y no pretendo en absoluto minimizar el rol de los actores, los dos gobiernos partieron de una elección débil.

Bucaram ganó previa una polarización del electorado, factor que en el gobierno le redujo su capacidad de desplazamientos y negociaciones. Para Bucaram era imposible reconciliarse con sectores fuertes del empresariado, con sectores medios y con los medios de comunicación. Los había trasgredido en elecciones y su organización política, el PRE, no contaba con bases suficientes para sostenerlo en el gobierno. Pues, una cosa son los resultados electorales y otra el terreno de la organización política y del espacio de injerencia en la opinión pública. Bucaram cayó precisamente en una convergencia de los sectores sociales que había trasgredido.

Mahuad, llega a la presidencia, con un resultado electoral bastante indefinido, igualmente con un espacio reducido de negociación. Las elecciones le significaron establecer nexos muy estrechos con el capital financiero, no solo en términos de financiamiento de campaña. Si revisamos la composición de su gabinete de gobierno observaremos la carga gravitante de este sector empresarial. Igualmente no contaba con una organización política que le permita ampliar sus bases de sustentación. La DP, en extremo partido local y con bases mínimas no le garantizó, en ningún momento, un sustento social... Y cayó.

Las elecciones, por tanto, no son un factor de temporalidades, no empiezan ni terminan en democracia.

Es precisamente una visión de proceso, lo que nos permite abordar el fenómeno electoral desde una perspectiva de causalidades y no meros efectos. Ahí el primer fracaso de la gerencia política, que si estuvo presente en el gobierno de Bucaram y en el régimen de Mahuad gravitó enormemente.

La Gerencia Política dice: UN PROCESO ELECTORAL EN UNA ARENA QUE SE DEFINE POR LAS DEMANDAS Y EXPECTATIVAS DEL ELECTORADO.

Es decir, que un candidato gana porque supo, en su campaña, dar con el mensaje que sintetiza el universo de demandas y expectativas... Se comunicó mejor.

Visión reduccionista a mi parecer. La política consiste en la acción de politizar el universo de demandas y expectativas que surgen del universo: Sociedad civil.

Esta acción politizar es tremendamente dinámica y coyuntural. Hoy las acciones de la Asociación de los afectados y perjudicados de la banca, puede movilizar y recoger demandas de la sociedad civil...Mañana pierde las elecciones. Hoy los trabajadores eléctricos sintetizan la resistencia al proceso de privatizaciones e indiscutiblemente lo lideran, mañana no es sorprendente que no exista un solo candidato ganador de este sector. El 21 de Enero, el movimiento indígena politizó y lideró la demanda de derrocar al régimen de Mahuad, fue un actor protagónico en ese escenario. Sin embargo no canalizó demandas, en febrero, del año siguiente, canalizó demandas pero no expectativas. Y las movilizaciones indígenas están por consolidarse en el terreno electoral, en todo caso es una interrogante.

Las elecciones se definen desde parámetros muchos más variados que la construcción de un mensaje. La correlación de fuerzas que existen en una coyuntura específica, el control de los gobiernos seccionales y los tribunales electorales, la organización del partido en la zona, la captación de líderes locales y las redes ciudadanas. No se trata de montar una oficina donde se concentren expertos en comunicación y cortesanos que rodeen al candidato. Una elección es mucho más compleja.

Un candidato adecuado, un programa de gobierno acertado y bien comunicado; una planificación de la campaña electoral, son instrumentos que facilitan y potencializan una campaña, pero no la determinan en última instancia.

Finalmente, me pregunto: La derecha a dominado las elecciones, la derecha a contratado a expertos internacionales para la administración de sus campañas... Son los expertos gerenciales son los que ganan las elecciones?.

NO. Existe una relación directamente proporcional entre los resultados electorales y el control de los gobiernos seccionales y tribunales electorales. El control de las redes clientelares que se establecen desde el control de los gobiernos seccionales, el control de los líderes locales que alimentan el carácter inercial del voto. Para ganar desde la oposición es necesario variar el voto inercial en voto circunstancial y este electorado circunstancial transformarlo en voto a favor. Por tanto no es un terreno de elecciones solamente, nos remite al robustecimiento orgánico de los Partidos y al terreno de los Proyectos  y de Estrategias... No se trata de “encontrar un candidato”.

La derecha gana no porque gasta más en elecciones sino porque no tiene contrincantes que le disputen el poder. Los Gerentes Políticos seguirán ganando las elecciones y suntuosos ingresos con sus “ferias de vanidades” mientras no se dispute el poder mientras no se construyan vías alternativas.

Así como la voluntad no determina el ser. Un proyecto político no es terreno de las voluntades, se necesita algo más que la suma de voluntades para armar un proyecto.

Si observamos la historia los proyectos han surgido desde la sociedad misma y sus contradicciones. El eje contradictor “tenencia de la tierra” sustentó el surgimiento del proyecto Conservador, el advenimiento de la industrialización a los liberales y la contradicción Trabajo asalariado – Capital el surgimiento y desarrollo de las organizaciones políticas con base obrera. No fue la lucidez y voluntad de la Sociedad Amigos de Lenin los que determinaron la fundación del Partido Socialista, de no existir condiciones subjetivas para su desarrollo esta no hubiese pasado de ser una organización de amigos.

Muchos intentos se han consumido, en la política ecuatoriana, pretendiendo armar el proyecto político como variados han sido los tintes ideológicos que se han planteado. La misma CONAIE en su proceso de consolidación, como organización, lanzó su propuesta política: Pachacutik. Pero no se ha logrado consolidar un proyecto nacional y con la suficiente trascendencia para comprometer el poder.

Debemos plantearnos una discusión sobre: Cuáles han sido los factores que configuran el eje de contradicciones en la sociedad ecuatoriana posmoderna, el eje cultural, indigenato – sociedad mestiza es un eje que sustente el crecimiento de un proyecto político. Son acaso las contradicciones regionales Sierra – Costa suficientes para desarrollar un proyecto. O se ha establecido una contradicción entre el Estado – ciudadano como el paradigma que permita resolver la disyuntiva de un proyecto.

Ciertamente es que la resistencia al modelo neoliberal ha centralizado la atención de la oposición y que prevalece el análisis económico como determinante, sin embargo las tareas de definir una propuesta nacional que articule las múltiples organizaciones ciudadanas, las una y las represente, no puede continuar en la agenda sin resolverse.

Sin esa propuesta nacional la izquierda estará condenada a desplazarse en el terreno de la movilización y la protesta sin comprometer el poder y la derecha continuará usufructuando el poder estatal en beneficio a sus intereses.

 

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