Cartas al Libertador

 

Boletín de un libre pensador
Año I – Nº 61  Febrero 2002

Washington, la "gusanera" de Miami y la oligarquía conspiran contra Chávez
La Revolución Bolivariana en peligro

 Heinz Dieterich Steffan

La Revolución Bolivariana en Venezuela está en peligro de perderse ante una serie de factores que pretenden que esta llama de la esperanza latinoamericana se extinga. La mayor parte de estos factores es atribuible a la Alianza Desestabilizadora que la oligarquía del país ha formado con la Casa Blanca en Washington; la otra parte se deriva de insuficiencias internas del proyecto bolivariano.

El plan maestro de desestabilización del gobierno de Hugo Chávez, diseñado en Washington, sigue la lógica de los planes aplicados por Estados Unidos contra el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende en Chile (1970-73) y el gobierno sandinista en Nicaragua (1981-1990). Al igual que aquellos, tiene un componente civil y otro militar. En el primero, se procura quebrar la economía y erosionar la base social del gobierno mediante una campaña concertada de los medios que pretende generar en la nación -particularmente, las clases medias-- la convicción de que el gobierno es inepto, corrupto, extremista y autoritario y que su permanencia en el poder hundirá el país en el caos y una crisis sin precedentes. En el componente militar, se ha organizado una fracción golpista.

La tarea de crear una imagen de caos e ineptitud de la revolución, recae en los medios de comunicación. Estos llevan a cabo una feroz campaña de desinformación, encabezada por los diarios El Nacional, El Universal, El Mundo y Tal cual. La cadena Globovisión y Radio Caracas (con capital colombiano) realizan la agresión televisiva junto con otras estaciones de radio y televisión. La Conferencia Episcopal Venezolana y el Vaticano también son parte de esta campaña que no respeta límites éticos ni jurídicos frente a un gobierno con impecable legitimidad democrática y praxis constitucional.

La "arquitectura" de estos planes de desestabilización es conocida por los antecedentes históricos mencionados. Siguiendo la lógica de los ejemplos anteriores, el plan estaría siendo ejecutado desde Washington por un Grupo de Tarea (Task Force), compuesto por la Central de Inteligencia (CIA), el Departamento de Estado y el Pentágono. La coordinación y supervisión estaría a cargo del Director del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), quien reporta directamente al Presidente.

Dentro de la Alianza Desestabilizadora que quiere desalojar a Hugo Chávez del poder, hay dos tendencias: una, que planea sobre un horizonte de mediano plazo y que pretende destruir, junto con el proyecto bolivariano, la esperanza del pueblo de un cambio profundo posible; la segunda, con un horizonte más corto, quiere la caída inmediata del presidente. Los conspiradores golpistas que se observan en el país son, obviamente, parte de la segunda opción. Sin embargo, puede haber una confluencia de ambas tendencias, en la medida, en que el gobierno se debilite. La actual correlación de fuerzas entre el proyecto bolivariano y la Alianza Desestabilizadora tiene cuatro aspectos fundamentales: a) una oligarquía cada vez más envalentonada en sus planes de desestabilización, por la falta de una respuesta adecuada de las fuerzas bolivarianas a sus provocaciones; b) un notable avance en el reacomodo de los diversos aparatos políticos e ideológicos del antiguo régimen, desde la creciente recomposición de sus corruptos partidos dominantes --socialdemócratas (AD) y socialcristianos (COPEI)-- hasta la aparición de los nuevos delfines de Washington, como el alcalde mayor de Caracas, Alfredo Peña; c) una creciente irritación en Washington por la política independiente del gobierno, expresado no sólo por los funcionarios gubernamentales, sino también por los intelectuales del establishment imperial y, d) la erosión de la base política del gobierno a raíz de la relativa incapacidad operativa de su partido Movimiento Quinta República; la previsible y pronta deserción de una parte importante del Movimiento al Socialismo (MAS), de la coalición gubernamental; la falta de un engranaje estatal eficiente que convierta la voluntad política del presidente en realidad socio-económica; la ausencia de medios de comunicación de los bolivarianos que pudieran neutralizar a la desinformación sistemática de la reacción; la falta de organización de las masas y la ausencia de una clara determinación del carácter político-económico de la Revolución Bolivariana que definiera las posibilidades de alianza política dentro y fuera del país.

El éxito de la Revolución Bolivariana es de trascendental importancia para toda América Latina, porque Venezuela es un país clave en la derrota del ALCA y del Plan Colombia, con los cuales Estados Unidos pretende anexar la Patria Grande en el año de 2005. Pero el tiempo para estabilizar a la revolución se acorta peligrosamente. El reloj marca cinco para las doce en el país del Libertador.

 

Chávez reitera que existe un plan de oposición para asesinarlo   

Caracas, Jueves 27 de Diciembre, 2001

 Caracas.- El presidente Hugo Chávez afirmó hoy que sus adversarios andan buscando un "Pinochet" para poner fin la "revolución bolivariana", reseñó DPA.

"Están buscando entre generales y almirantes a ver quién pudiera ser el Pinochet contra Hugo Chávez. Yo tengo profunda fe en los hombres que llevan la responsabilidad de tener en sus hombros dos o tres soles de generales y almirantes. Estoy completamente seguro de que aquí no hay un Pinochet, tendrían que crearlo", señaló.

En un discurso ante la guarnición militar de Caracas, el gobernante apuntó que las realidades del Chile de 1973 y la Venezuela de 2001 son completamente distintas, aunque afirmó que sus enemigos utilizan los medios de comunicación para minar la gobernabilidad.

Agregó que el proyecto de Allende tenía un perfil socialista y que el suyo es una "revolución bolivariana, que no es socialista ni neoliberal".

Chávez reiteró que existe un plan de oposición para asesinarlo, en paralelo con una campaña para tratar de infiltrar con mentiras a las Fuerzas Armadas Nacionales y predisponerlas en su contra. "Ha vuelto ha surgir la idea de que a Chávez hay que matarlo. ¡Vana ilusión! Aunque eso llegara a ocurrir, tampoco se solucionaría el problema (del país), más bien se agravaría", denunció el mandatario en un acto oficial ante un centenar de militares, señaló Efe.

Chávez denunció que desde la oposición existe "una campaña desatada para aterrorizar" a su gobierno, aunque no hizo mención de un sector específico ni de individualidades, y pidió a los periodistas presentes que comunicaran "a los que están pensando en matarme, que lo piensen bien, no por mí, sino por todos".

Según Chávez, los adversarios de su gobierno son los mismos "adversarios de la paz, del pueblo y del país".

"A los adversarios les estoy hablando claro para que no se vayan a equivocar, para que no pasen la raya. Yo les recomiendo que no vayan a pasar esa raya, se han estado acercando a la raya. No se les ocurra pasar esa raya porque van a recibir lo que en ley merecen recibir, porque estamos obligados por ley", aseveró.

"Aquí no hay un Pinochet y me atrevo a decir que para siempre, es sencillamente imposible que haya uno. En todo caso, los adversarios están buscando y tratando de crear un Pinochet", enfatizó.

A la vez, Chávez pidió a los militares que digan públicamente que apoyan a la "revolución bolivariana". "La revolución está hecha Constitución. El que quiera saber, aquí está la revolución, en la Constitución. Esta es una revolución democrática, humanista, de igualdad social, de integración y por los derechos humanos", aseveró.

Añadió que, paralelamente al plan para acabar con su vida, existe otro "plan extremo", el cual comprendería la búsqueda de un militar en activo para sustituirlo y una "colosal campaña sicológica" en contra de la FAN.

Una vez más, Chávez insistió en que la "operación sicológica" en contra de los militares está ayudada por los medios de comunicación, que han intentado "abusar y chantajear con su poder" al gobierno revolucionario que lidera desde febrero de 1999.

"Con grandes mentiras tratan de infiltrar las filas militares", dijo Chávez, quien recordó a los que se sientan incómodos en las filas castrenses que "tienen la libertad de irse a tiempo, desde los generales en jefe hacia abajo, así que yo espero que ninguna individualidad se sienta incómoda".