CARTAS AL LIBERTADOR
Boletín de un librepensador
Ecuador, 01 de Julio del 2002
Cuando el poder golpea a las puertas
Era el 22 de Enero del 2000, en la madrugada, cuando caminábamos por las calles de Quito de regreso a casa rodeados de una extraña tranquilidad. En el Palacio de Carondelet habíamos dejado instalado el Gobierno de Salvación Nacional: el Coronel Lucio Gutiérrez, un militar de mandos medios desconocido para muchos ecuatorianos, Antonio Vargas, dirigente del movimiento indígena y el Dr. Solórzano Constantine, abogado costeño.... Que fácil que fue, repetía mi acompañante... Que fácil, nos pasamos treinta años de nuestras vidas construyendo el Partido y soñando con el día de la toma del poder... y ha sido tremendamente fácil y en efecto todo se presentaba tremendamente fácil.
Dos años después nos volvemos a encontrar con el compañero de tránsito de aquella madrugada y lo primero que abordó al verme fue... el No ha sido tan fácil, nuestro gobierno no pasó la noche en palacio... Y en efecto resulto que no es tan fácil.
Después de dos presidentes derrocados, varios levantamientos indígenas, detener el proceso de privatización del sector eléctrico...continuamos construyendo el poder.
Atrapados entre flujos y reflujos, como en marea alta y resaca, la izquierda continúa construyendo su sueño...el poder. Ahora con otro candidato a la Presidencia, el Alcalde de Cuenca, el “corcho” Cordero (de Nuevo País).
A renglón seguido me comentaron de una reunión con el Coronel Lucio Gutiérrez, donde se preparaban las acciones preliminares para su campaña... Nuevamente las sumas: los 400.000 votos de la Sociedad Patriótica, los 200.000 de Pachakutic, los 200.000 del Partido Socialista, los 200.000 del MPD y los 200.000 de la Coordinadora de Movimientos Sociales y el coronel está en las segunda vuelta. Me hacía recordar los cálculos preliminares que hacíamos en la década de los ochenta en el Partido Socialista... Los 100.000 afiliados a la CEOLS y los otros 100.000 que sumábamos entre la CEDOC y la CTE se contaba, por lo menos y en peor de los casos, con un diputado nacional y peleábamos el segundo... Resultado final 0 diputados.
Fue a partir de este tremendo fracaso que encaminé mi profesión hacia el terreno electoral, hoy consume la mayor parte de mi tiempo, 15 años para aprender que en elecciones se juegan muchas cosas más que las sumas, incluso que las estrategias, tácticas y planes de campaña. Si existe un escenario con multiplicidad de entradas se llama elecciones. A más de los intereses de los bloques dominantes, los controles que se ejercen a través de los gobiernos seccionales y las cadenas clientelares, las regiones, la correlación internacional, la correlación de fuerzas internas, etc. Está un electorado por demás complejo, dinámico y estático a la vez.
Así como la voluntad no determina al ser, en los procesos electorales se requiere mucho más que voluntades, conozco algo más que una docena de ciudadanos que cuentan con la voluntad y las ganas suficientes para ser Presidentes de la República y sin embargo envejecen como ciudadanos llanos.
He aprendido que el poder tiene su propia visión del tiempo, hay tiempo para construir, para ejercer y para mantener el poder y cada periodo posee su propia lógica. Tomarse el poder es algo más que entrar por la ventana al Palacio de Carondelet, ejercer el poder el algo más que cantar el rock de la cárcel o meditar en la teoría de las armonías, para mantenerse en el poder se requiere algo más que un manifiesto del Comando Conjunto de las FFAA.
Para construir poder se requiere algo más que matemáticas simples, el poder trasciende las sumatorias y las veleidades de una campaña electoral.
He aprendido que alrededor de los candidatos sobran los lisonjeros y agoreros de triunfos fáciles, como también que el poder no golpea dos veces a la misma puerta por azar o accidente.
Treinta y cuatro años he transitado por la vereda izquierda de las amplias avenidas de la existencia, como militante de la Juventud Socialista Revolucionaria Ecuatoriana (JSRE) y luego como francotirador. He asistido como actor a los acalorados debates de la construcción del hombre nuevo, de las tesis reformistas cepalinas, de las desviaciones foquistas, de los ultrismos troskos y chinos, de la construcción unitaria del FADI, de la participación en elecciones o la toma de los fusiles y siempre desembocamos en el mismo océano... Se discute con más calor el nombre del candidato que el contenido de UN PROYECTO para construir las bases del poder.
Siempre bajo el mismo esquema de las matemáticas simples...SUMANDO.
Hoy se ha enriquecido el vocabulario, se habla del out siders, del caballo blanco, del candidato sorpresivo que entra al escenario “pateando el tablero” como la fórmula innovadora para entrar a Palacio por la ventana más chica...la más estrecha, como si todo el problema de la revolución se resolviera con el comensal de Carondelet.
Cartas al Libertador
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