Cartas
al Libertador
Boletín
de un libre pensador
Año I – Nº 11 Mayo 2001
Las
fichas del tablero del ajedrez electoral están colocándose en el Ecuador.
Los cálculos, las especulaciones, los desplazamientos partidarios, las
mediciones
estadísticas y la búsqueda de nombres posibles, ya iniciaron.
Los
procesos electorales, aunque se repitan los actores, son escenarios siempre
distintos, no existen dos elecciones semejantes, cada una responde a características
propias y dinámicas singulares. Esa es la primera premisa que se debe tener
presenta cada ves que se aborda una elección. Si bien es cierto que la
observación del comportamiento histórico del voto es una referencia, esta no
se constituye en una verdad absoluta y resulta menester realizar un análisis,
por demás detallado y profundo, de los escenarios posibles de cada proceso
electoral antes de abordarlo.
Esta
es la premisa que parece ,algunos optimistas, han olvidado y ya se asegura,
como inobjetable, la victoria de un binomio: León Febres Cordero-Rodrigo Paz.
¿De donde nace este optimismo?
Se
parte de considerar el peso económico que tendría el binomio y en efecto,
sería el binomio más representativo de los capitales de la Costa y Sierra.
El presupuesto de campaña de Febres Cordero y Paz se medirá con dígitos
altos, indudablemente. De existir una relación directamente proporcional
entre presupuesto y la probabilidad de ganar una campaña, este sería un
binomio...invencible.
Pero
en la realidad esta relación no se expresa tan fácilmente.
Un
proceso electoral se caracteriza por conjugar una serie de factores, en donde
el presupuesto disponible es de considerarse, obviamente, pero no es el
determinante. Esta reflexión, sin lugar a dudas, habrá sido desarrollada por
Alvaro Noboa después de las elecciones pasadas. Igualmente por Jaime Nebot en
sus repetidos intentos presidenciales, dos opciones electorales que contaron
con presupuestos de campaña altos.
Consideremos
algunos factores más: El Tribunal Supremo Electoral, actor protagónico en el
desenlace electoral donde los Social Cristianos acaban de ceder un valioso
espacio con la salida de Villaquirán de la Presidencia. El desplazamiento de
este Partido Político hacia la Provincia del Guayas, que ha significado la pérdida
de algunas plazas como la Provincia de Tungurahua entre otras.
Además
el desgaste partidario que se deriva de su participación directa en
propuestas legislativas vinculadas con el ICC y el salvataje bancario, las
privatizaciones y el fracaso del modelo Neoliberal.
Rodrigo
Paz, que sería la carta que los Social Cristianos jugarían con el objetivo
de invadir las plazas de la Sierra tiene un precedente que también debería
preocupar a los optimistas, ya perdió una elección en su plaza fuerte...
Pichincha, frente a Nuevo País-Pachakutic y Quito ya no es plaza bajo el
control de la Democracia Popular.
Pese
a su enorme potencial económico, el binomio Febres Cordero – Paz, se semeja
a un poderoso ejército que con sofisticada logística invade un terreno
hostil y desconocido, sin canales para filtrase en el terreno a invadirse y
por tanto, sin capacidad para
renovar sus filas. Por tanto, su carácter de invencible estaría sujeto a
discusión.
Se
jugaría otra carta, Osvaldo Hurtado, el líder ideológico de la Democracia
Popular. Su participación electoral tendría un objetivo central, convalecer
al Partido. La DP luego de su experiencia de alianzas con el PSC y el Gobierno
de Jamil Mahuad, ha quedado severamente golpeado y requiere entrar en franca
convalecencia. Esta sería la intención estratégica para jugar con su carta
más significativa. Pensar que se opta por ganar la elección sería
desconocer los terrenos perdidos y el fracaso de sus giros hacia la derecha.
Luego
de los resultados electorales sectoriales y la victoria en el Municipio de
Quito, la Izquierda Democrática considerará seriamente sus opciones. Esta
visión impulsará la candidatura de Rodrigo Borja, otro as en el escenario.
El
líder socialdemócrata es el típico dirigente que no ha sabido manejar sus
tiempos. Cuando estuvo en la cima no supo administrar su imagen y declinó.
Conserva fortalezas pero estas están amenazadas por debilidades. Ya no es el
líder que vende una idea de transformación. Hoy más se acerca a la lectura
de un periódico de ayer. Además su posible candidatura se presenta con
dificultades para penetrar plazas de la Costa.
Su
candidatura pondría en riesgos la recuperación electoral de su Partido, la
ID.
Superada
la coyuntura.... Sepultados sus protagonistas. Este sería el caso del Coronel
Lucio Gutiérrez, quien cuenta con un enemigo terrible, el tiempo. Sin
estructuras y sin una estrategia sólida, está condenado a ser un
protagonista residual en las elecciones. El primer error cometido fue aislarse
de su espacio natural, el eje CONAIE – Coordinadora de Movimientos Sociales.
En
el interior de la CONAIE se “corre la voz” de una posible candidatura indígena:
Antonio Vargas o Aki Tituaña, El Alcalde de Cotacachi. Posiciones como estas,
desconocen la dinámica de los procesos y tienden a maximizar los efectos de
una participación societal muy interesante e innegablemente enriquecida. No
se pretende, de manera alguna, desvalorizar los significados de las
inserciones en el escenario político de la organización indígena. Resulta
innegable la conformación de un eje agrario encabezado por la CONAIE. Pero,
en el terreno electoral su extrema adscripción al sector agrario, resulta
constituirse en su debilidad. El Proceso, CONAIE-Coordinadora de Movimientos
Sociales, aún adolece de un flanco débil... Un actor urbano poco
cohesionado. Y es precisamente este sector, urbano, el que gravita en las
decisiones electorales. Los logros alcanzados en las urnas por Pachakutik son
precisamente en plazas electorales donde aún gravita la población agraria y
el indigenato. Abrir plazas electorales con conformación urbana, responden a
realidades específicas y por tanto a mecanismos electorales, organizacionales
y políticos específicos. Una candidatura indígena, aunque suene muy
atrevido e interesante, pondría en juego los logros alcanzados en terreno de
la movilización ciudadana.
La
inserción de el eje, CONAIE-Coordinadora de Movimientos Sociales, en el
escenario político se ha caracterizado por un constante, colocar al Estado
directamente frente al ciudadano, sin intermediarios y precisamente ese
paradigma se constituye en su fortaleza y en su franja de crecimiento. La
expectativa central que se desarrolla a manera de propuesta es precisamente,
en el terreno de lo concreto, la
contradicción Estado-ciudadano, estableciendo los elemento para el
surgimiento paradigmático de una democracia de nuevo corte, con fisonomías
de una democracia directa. Si este factor no se expresa en forma como se
aborda la participación electoral, el proceso se vería truncado y podría
significar un retroceso o una disfuncionalidad.
Las
elecciones próximas se van a caracterizar por un elemento, ingrediente que va
ha imprimir la dinámica. Una derecha desgastada, que ha llevado al mismo
borde del desfiladero a su modelo económico-político- cultural-societal. Ya
no es la derecha con matices innovadores o modernizantes, ahora se presenta
como defensora del status quo. A punto de agotamiento sus instrumentos
electorales, el marketing electoral y con Partidos Políticos deslegitimados,
está condenada a mostrarse como la repetición de un mismo esquema. La
derecha se presentará en el escenario electoral con sus mismos argumentos,
tanto en líderes como en discurso.
El
factor Abdalá Bucaram tiene a su vez una debilidad, ya no se trata del
“loco” que propone o que inquieta con una interrogante. El factor, a
lo mejor el loco la hace, ya perdió el factor sorpresa. El Ecuador
conoce el significado de un Dalo en la Presidencia y del PRE en el ejercicio
del poder. Por tanto el siempre sorpresivo salto en los resultados encuestales
de 10 puntos que se conocieron como, el voto vergonzante u oculto, dudo se
vuelva a repetir. La posibilidad de que se repita el fenómeno del Perú,
donde dos showman´s, pasan a la segunda vuelta, en el Ecuador, es relativa.
El país ya conoce y experimentó con el show y su huella es muy profunda. El
escollo, “Bolillo Gómez” pone en agenda el significado de la
espectacularidad en la política; no solo para Bucaram, también los Social
Cristianos pierden con este atentado y su trama y desenlace.
Con
una derecha desgastada y un populismo sin su factor sorpresivo, se abren los
andariveles centrales a opciones que se presenten como sintetizadores de
procesos y coyunturas que el Ecuador ha experimentado en el último
quinquenio.
De
ahí que para los Movimientos Sociales y para la ciudadanía el presentar sus
opciones electorales hoy alcance significados muy profundo e importantes. No
se puede caer en el pozo común de discutir, solamente, nombres. Es ahora
cuando se debe tomar muy en cuenta: la propuesta, el proyecto, la estrategia y
la coyuntura. Se debe tener presente que en un proceso electoral se conjugan
tres factores, que son puestos en la fragua y son sometidos a la prueba del
fuego: Organización, estrategia y candidato. Por tanto, un candidato debe
contar con facultades para: desarrollar la organización, implementar y
desarrollar una estrategia e
imagen que los impulse como ganador.
Es
posible que el punto de ignición de esta búsqueda sea precisamente los
puntos que han sido neurálgicos en procesos electorales pasados, unos de
ellos: LA UNIDAD.
“Es
la hora de los Hornos...Y no se ha de ver más luz.”
José
Martí