El siguiente texto pertenece al libro Plan Colombia.
La paz armada, Editorial Planeta, Quito, 2000

De la coca al Fusarium
Por Kintto Lucas

La hoja de coca se ha transformado en una de las materia primas
latinoamericanas de mayor importancia económica debido a su utilización en
la creación de la cocaína una de las drogas prohibidas más codiciadas en
Estados Unidos y otros países desarrollados. La siembra de la coca ha dado
a los campesinos de algunas regiones de Colombia, Perú y Bolivia la
posibilidad de cosechar un producto agrícola que tiene una rentabilidad
segura lo que no obtenían con otros sembríos. La demanda de la cocaína ha
creado un mercado que genera más de 50.000 millones de dólares al año, que
en su mayoría queda en los grandes bancos estadounidenses. Todas las
políticas tendientes a erradicar ese mercado apuntan a eliminar la oferta y
se olvidan de la demanda. Para atacar la oferta se piensa fumigar las
plantaciones de coca e indirectamente a los campesinos que la siembran pero
no a los traficantes. La posible aplicación del hongo Fusarium oxysporum
para destruir las plantaciones de coca en Colombia puede acabar con el
ecosistema amazónico y contribuir a que se profundice la guerra. Por un
lado la fumigación masiva de las zonas donde se produce coca va a crear un
quiebre económico en los campesinos porque perderán su trabajo que está
basado en la producción para unos y en la recolección para otros. Se supone
que 500.000 campesinos, recolectores y pequeños comerciantes, viven directa
o indirectamente del dinero que deja la producción y venta de la hoja de
coca en esas zonas. Entonces lo primero será el quiebre económico de esas
regiones agrícolas y el quiebre económico individual de esos agricultores,
y comerciantes, porque no existe ningún otro producto que les de cierta
rentabilidad como para substituir a la coca. Incluso si quisieran plantar
enseguida otro producto no lo podrán hacer porque las fumigaciones masivas
no lo permitirán. Ante esa situación ¿qué puede hacer esos campesinos? Tal
vez quedarse en el lugar y plantar para autosubsistencia los que tienen
terreno, irse a otras regiones de Colombia o hacia Ecuador o enrolarse en
la guerrilla. Hay que tener en cuenta que muchos de esos campesinos
cocaleros son parte de la base social de la guerrilla y la guerrilla además
de no dejar que los narcotraficantes los explote se beneficia cobrando un
impuesto a éstos. O sea que la guerrilla no produce ni trafica pero cobra
un tributo en una zona donde es poder y gobierno, lo que le reporta una
buena entrada anual. Visto desde el mercado, solo cobra un impuesto a los
exportadores de coca, más conocidos como traficantes. Visto desde lo
social, la coca es un producto que da trabajo a quienes de otra forma no lo
tendrían. Alberto Martínez representante de las FARC en Europa señaló a la
prensa española que ellos le han dicho a los narcotraficantes "teniendo
claro este concepto de que la cocaína es un derivado como cualquier otro
producto, que mata desde luego, que nosotros le vamos a cobrar a todas las
multinacionales del narcotráfico un impuesto para la paz". De los 50.000
millones de dólares que genera la coca colombiana solo 500, o sea el 1 por
ciento, fluye hacia la guerrilla y los campesinos. Otros 2.500 entran a la
economía colombiana a través del lavado en la construcción, industria,
comercio, generando empleo y cierta producción. Todo el resto se queda en
los bancos norteamericanos lo que demostraría una cierta hipocresía cuando
se habla de terminar con el narcotráfico atacando los cultivos sin combatir
la actividad bancaria con dinero proveniente del tráfico y el secreto
bancario. Y si volvemos a la terrible ley del mercado, según la cual algo
se vende cuando hay demanda, y tenemos en cuenta que en Estados Unidos en
lugar de disminuir crece la demanda, se podría pensar que ahí está otra
parte del problema para atacar porque, según el mercado, si no se corta la
demanda no se podrá cortar la oferta. Se dejará de producir coca y los
narcotraficantes distribuirán drogas sintéticas, como ya lo están haciendo,
cuyos productores son laboratorios norteamericanos. Para destruir las
plantaciones de coca se ha pensado en aplicar el hongo Fusarium oxysporum,
un transgénico que puede acabar con el ecosistema amazónico, según un
informe reservado. Los expertos Jeremy Bigwood y Sharon Stevenson, detallan
la aparición del hongo, su uso posterior, sus efectos en distintos países y
el daño que podría causar liberado en el ambiente amazónico, en una
investigación a la cual tuvo accesos la agencia Inter Press Service en San
Vicente de Caguán. El Fusarium oxysporum ya demostró su poder destructor en
Perú, y zonas de Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela podrían sufrir esos
efectos en los próximos meses, agregaron los expertos. Conjuntamente con el
informe, campesinos de los departamentos de Putumayo y Caquetá presentaron
fotos de plantaciones de plátano, yuca y arvejas totalmente quemadas por la
utilización del hongo en algunos lugares de esa región. El gobierno
colombiano aseguró que no permitirá la utilización del hongo dentro de su
territorio, pero no desmintió las denuncias de los campesinos. Los
campesinos colombianos pidieron que la coca sea eliminada manualmente y sin
utilizar el Fusarium. ''Si utilizan el hongo, miles de cocaleros tendremos
que irnos a otro lugar porque ya no podremos ni siquiera realizar otra
cosechas. Eso ya lo vemos en el Putumayo'', dijo Pedro, un campesino
cocalero. El hongo, creado en laboratorio, fue liberado por primera vez en
Hawaii, en la década del 60, donde investigadores estadounidenses
estudiaron sus efectos sobre matas de coca que se marchitaban y morían sin
un motivo aparente. Las investigaciones determinaron que el Fusarium
oxysporum se transmitía por suelo y agua, y se empeñaron en aislar los
agentes químicos de la plaga y en desarrollar su reproducción masiva, con
el fin de emplearla contra plantas de coca y otras como la adormidera
(amapola), materia prima de la heroína. A comienzos de los años 90, 25 años
después del brote del primer hongo en Hawaii, la epidemia de Fusarium
oxysporum llegó a Alto Huallaga, en el oriente de Perú. Los pobladores
llamaron a la plaga ''seca-seca'', porque marchitaba todos los cultivos.
Para los investigadores que elaboraron el estudio fue mucha coincidencia
que uno de los epicentros de la plaga se encontrara cerca de la Base
Antidrogas de Estados Unidos en Santa Lucía. ''Los campesinos de la zona se
quejaron de que se estaba fumigando sus cultivos desde helicópteros'',
asegura el documento. En 1991, en un viaje realizado al Valle del Huallaga,
los miembros de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú se
sorprendieron de la devastación provocada por la plaga de hongos que
marchitaba los cultivos de coca y distintas especies vegetales. ''En casi
cada sitio que visitaron tuvieron que enfrentar muchas versiones de aviones
de la DEA diseminando hongos por encima de los campos de coca'', señala el
informe. Según el documento, en la última década la plaga se extendió hasta
Yurimaguas, límite norte de los cultivos de coca en Perú, y más allá de
Pucalpa hacia el este. ''Durante este período, revelaciones inquietantes
acerca de las características del hongo fueron documentadas por el
Departamento de Estado de Estados Unidos por medio de la Embajada en Lima
en los informes que presentaba a Washington'', argumentan Bigwood y
Stevenson. La Embajada informó que la plaga del Fusarium oxysporum no solo
marchitaba específicamente la coca sino a casi todos los cultivos.
''Tres mil campesinos de la zona de Tingo María y Leoncio Prado tuvieron
que buscar otros medios de subsistencia a duras penas, incluso lavar oro,
cuando la seca-seca atacó cultivos alternativos sembrados en antiguos
viveros de coca'', según el estudio. La plaga también provocó la emigración
de la población selva adentro y hacia otras regiones, en un intento por
evitarla. El gobierno estadounidense contrató investigadores que
constataron en sus ensayos que el Fusarium oxysporum mataba también al
tomate, achiote y papaya. El proyecto de convenio entre Estados Unidos y
Colombia para la utilización del Fusarium oxysporum dice que el hongo
''causa una plaga debilitante y persiste en el suelo durante varios años''.
David Strughs, del Departamento de Protección Ambiental del estado de
Florida donde se lo quiso aplicar pero fue prohibido, aseguró que ''el
hongo puede persistir en el suelo durante 40 años''.

Strughs aseguró en abril de 1999 que las especies de Fusarium oxysporum son
capaces de evolucionar rápidamente. Las mutaciones genéticas permanentes
constituyen el factor más preocupante en la utilización de alguna especie
de Fusarium oxysporum como bioherbicida. ''Es difícil, sino imposible,
controlar la diseminación de las especies de Fusarium oxysporum. Los hongos
mutados pueden provocar plagas en un gran número de cultivos, entre ellos
tomate, pimentón y flores'', argumento Strughs. Los cambios genéticos
pueden referirse ''a las características físicas, toxicidad y la
especificidad del huésped, entre otras'', señaló el experto estadounidense.
La mutagenicidad ha sido el tema central de estudio en las investigaciones
sobre el Fusarium oxysporum y llevó a que la Agencia de Protección
Ambiental de Estados Unidos prohibiera liberar los hongos mutados en ese
país.

El Centro de Investigación y Educación Popular de Colombia (CINEP) denunció
que en la provincia amazónica de Sucumbíos, en la frontera de Ecuador con
el departamento colombiano de Putumayo, se están liberando los hongos como
a principios de la década del 90 en el peruano Valle del Huallaga. Según la
denuncia difundida por el diario New Herald de Miami, Washington ya está
desarrollando experimentos científicos con el peligroso hongo Fusarium
oxysporum en territorio ecuatoriano. Fuentes militares ecuatorianas
confirmaron la información al diario Expreso de Guayaquil. Según la noticia
los experimentos se habrían cumplido sin la autorización del Comando
Conjunto de las Fuerzas Armadas y fueron detectados con radar. Sin embargo,
el ministro de Medio Ambiente de Ecuador, Rodolfo Rendón, aseguró que su
país no permitirá experiencias con el hongo. Diego Pérez, investigador del
CINEP, aseguró tras recorrer la provincia de Sucumbíos que los experimentos
se estaban cumpliendo a cinco kilómetros de la capital provincial, Nueva
Loja, también conocida como Lago Agrio.

Según el informe de Bigwood y Stevenson existen amplias pruebas de la
toxicidad de compuestos producidos por las especies de Fusarium oxysporum
en animales y seres humanos. Las toxina Fumonisina B1 producida por el
Fusarium oxysporum causa edema pulmonar en los cerdos, cáncer de esófago en los seres humanos y cáncer generalizado en las ratas. Pero algunas especies
del Fusarium oxysporum contienen toxinas mucho más peligrosas. ''Se sabe
que contienen nivalenola, causa de vómitos, diarrea, sangrado y lesiones en
la piel. También contienen desoxinivalenola o vomitoxina que se ha
utilizado como agente de guerra química'', asegura la investigación. La
fusariotoxina posee niveles de toxicidad todavía mayores, porque el
contacto directo puede causar inflamaciones y ha provocado la muerte de
todos los animales utilizados en experimentos. Según los investigadores la
fusariotoxina es también considerada un agente de la guerra biológica y
puede ir cambiando su toxicidad de acuerdo al huésped que albergue al
hongo. ''Es demasiado riesgoso utilizar en una zona cuyo ecosistema
suministra gran parte del oxígeno del planeta, infusiones masivas de un
hongo que puede mutar cientos de veces, habitar en los suelos varias
décadas y producir cantidades indeterminadas de toxinas que afectan la vida
y matan gran cantidad de especies'', finaliza el estudio.

Decenas de científicos colombianos de distintas ramas de la investigación
radicados en el país y en el exterior solicitaron, entre los que se
encuentran varios expertos en ingeniería genética, en una carta dirigida a
las autoridades colombianas, pidieron que permitan y promuevan "el libre,
oportuno y transparente acceso a la información" sobre los productos
biológicos o químicos a utilizar en la erradicación de cultivos ilícitos,
las estrategias de aplicación y a todo tipo de información técnica
calificada que haya considerado el gobierno para su selección y aplicación,
porque "eso permitiría a la comunidad científica colombiana avalar cuando
hubiere lugar y aportar sus puntos de vista respecto a estrategias de
control de estas prácticas agrícolas". También pidieron al gobierno de ese
país que promueva foros, "en donde la comunidad científica del país pueda
opinar y dar su asesoría calificada sobre las medidas que se quieran
aplicar tanto en este, como en otros casos de interés global".
Concluyeron la misiva señalando que basados en las experiencias negativas
para otros ecosistemas, no están de acuerdo con la utilización del Fusarium
"sin antes efectuar pruebas debidamente controladas, que permitan verificar
que la naturaleza altamente variable de este tipo de organismos y sus
efectos a largo plazo, no van a causar un daño irremediable a la comunidad
y a los ecosistemas del país".

La organización ambientalista Acción Ecológica de Ecuador junto a otras
organizaciones humanitarias y ecologistas viene realizando una campaña de
información y rechazo a la utilización del hongo o de herbicidas químicos
como el glifosato en la erradicación de cultivos de coca. La activista
Lucía Gallardo Fierro realizó una investigación sobre las consecuencias de
la utilización del hongo y de una posible guerra química y biológica. En la
investigación se hace un paralelo sobre el uso intensivo del Agente
Naranja, un herbicida tóxico, en la guerra de Vietnam; y la utilización del
Agente Verde, un agente biológico en la guerra colombiana. "A la
destrucción de las selvas tropicales vietnamitas y sus ecosistemas, le
sumamos graves enfermedades como cánceres, afecciones cutáneas y trastornos hepáticos, de norteamericanos que no sufrieron una exposición permanente al Agente Naranja. En Vietnam, por el contrario, algunos datos hablan de 500.000 los niños nacidos desde los 60 con deformaciones relacionadas con las dioxinas, un subproducto de la elaboración del agente naranja", dice el estudio. En cuanto al glifosato asegura que es uno de los herbicidas más importantes de la transnacional Monsanto, que fue introducido hace casi 25 años y se comercializa principalmente con el nombre de Roundup. Las ventas de glifosato alcanzan 1.200 millones de dólares al año y es un herbicida de amplio espectro para acabar con las malas hierbas en las cosechas.

La Monsanto, es la empresa más fuerte del mundo en lo que tiene que ver con
semillas transgénicas resistentes a su propio herbicida, con lo que
indirectamente están obligando a los campesinos que las compran a utilizar
sus propios productos químicos. El glifosato es el octavo pesticida más
usado en la agricultura, el segundo herbicida en usos no agrícolas y está
clasificado en la Categoría Tóxica III, que exige cautela en su utilización.
Los científicos aseguran que los grandes problemas tóxicos relacionados con
el glifosato no provienen de su componente activo, denominado glifosato,
sino de sus componentes inertes, que componen el producto en su 99.04 por
ciento para hacer que opere más fácilmente y sea más eficiente. Estos
componentes son los que pueden provocar problemas gastrointestinales,
vómitos, ensanchamiento de los pulmones, neumonía, obnubilación de la
conciencia, destrucción de los glóbulos rojos, destrucción del tejido de la
membrana mucosa y para las vías respiratorias superiores. Exposiciones
agudas al glifosato podría producir dificultades respiratorias, pérdida del
control muscular, convulsiones y depresión cardíaca.

Entre los efectos ambientales el informe señala que podría causar la
muertes masiva de peces, crustáceos, lombrices de tierra, bacterias y
hongos beneficiosos. Los científicos han descrito una serie de efectos
fisiológicos directos que el Roundup provoca sobre los peces y fauna
salvajes. Se han reportado efectos secundarios, como la defoliación de los
bosques aberraciones en el comportamiento reproductivo, reduce la fijación
de nitrógeno en el suelo, la fertilidad del mismo, afecta a mamíferos,
aves, e insectos beneficioso tales como las avispas parasitarias, las
mariquitas y otros. La embajadora de Estados Unidos en Ecuador, aseguró que
el glifosato no causaba problemas graves y era "como tomar una aspirina".
Por otra parte en la audiencia pública internacional organizada en la zona
de despeje como parte de los diálogos de paz entre el gobierno y las FARC,
participaron embajadores y representantes extranjeros que hicieron conocer
el criterio de sus gobiernos en cuanto a la eliminación de los cultivos coca.

El asesor del gobierno suizo, Jean Pierre Gontard, expresó que "para
nosotros, los académicos, los cultivos ilícitos son problemas sociales que
no se pueden resolver por la fuerza, o sólo con la técnica o la química;
requiere soluciones de tipo social". Jean Egeland, delegado de las Naciones
Unidas para el proceso de paz en Colombia, aseguró que la erradicación de
cultivos ilícitos es más eficaz cuando es manual y se combina con programas
de desarrollo alternativo. Gunkatsu Kano, embajador de Japón en Colombia,
manifestó que la erradicación de cultivos ilícitos debe hacerse con
inversión social como, por ejemplo, la construcción de escuelas, la
capacitación técnica y préstamos a la comunidad con bajo interés. Arne
Aashim, delegado del gobierno de Noruega, argumentó que es mucho más
importante una inversión social. "Vemos problemas de medio ambiente y
también cierta arbitrariedad en la fumigación", dijo.
Peter Von Jagow, embajador de Alemania, afirmó que no es suficiente darles
a los campesinos cultivos alternativos. "Hay que ayudarles a llevar sus
productos al mercado, lo que significa el fortalecimiento del nivel
institucional", concluyó.

Las FARC hicieron conocer una propuesta para erradicar la coca, que se basa
en un modelo piloto a implementar en el municipio de Cartagena del Chairá,
departamento de Caquetá, con un territorio de 1.316.100 hectáreas, una
población de 36.621 habitantes, y 8.765 hectáreas de coca, que debería ser
desmilitarizado. "El Plan de sustitución de cultivos ilícitos se basa en la
posibilidad de prevenir la siembra y erradicar los cultivos de coca
mediante el mejoramiento de la rentabilidad agropecuaria, incrementando las
17.000 hectáreas laboradas en cultivos de pancoger y reduciendo las 155.200
hectáreas cultivadas en pastos que no son aprovechadas por la escasez de
ganado. También se basa en el mejoramiento de las condiciones básicas con
inversiones orientadas hacia infraestructura social, física, productiva y
para el suministro de servicios complementarios, con el fin de que la
población beneficiada con la acción del proyecto tenga oportunidades
económicas lícitas que garanticen su subsistencia y desarrollo sostenible",
dice la propuesta de los rebeldes. También se argumenta que para eso es
necesario "implementar un sistema organizativo integral de base y autoridad
en todos los puntos cardinales del Municipio, para lo cual, las FARC-
Ejército del Pueblo proponen conformar una estructura participativa con
organizaciones comunitarias, integrando a los 36.621 habitantes de la
jurisdicción municipal; que mancomunadamente estudie, analice, decida,
ejecute y evalúe el proceso demostrativo de sustitución de cultivos
ilícitos junto con un equipo técnico especializado en las ciencias
agropecuarias, económicas y sociales, contratado para tal fin. El gobierno
nacional nombrará 3 emisarios: Uno del Ejecutivo, otro del legislativo y
otro del Judicial, la Comunidad Internacional nombrará cinco: uno de
Francia, uno de Inglaterra, uno de España, uno de las Naciones Unidades y
otro de Estados Unidos, para que cada 6 meses visiten el municipio" y
constaten el avance o retroceso de la experiencia. Por su parte el Ejército
de Liberación Nacional también entregó al gobierno colombiano una propuesta
de sustitución de cultivos ilícitos. El comandante Nicolás Rodríguez de la
dirección del ELN, aseguró que ese grupo planteó "iniciar programas
conjuntos de prevención y sustitución de cultivos en Sur del departamento
de Bolívar, pero eso choca con las mafias poderosas de narcotraficantes y
sus aliados de la Quinta Brigada del Ejército porque se afectaría un
negocio redondo como es el de sus exportaciones de cocaína, pero
insistiremos en ponerlo en práctica".

Los efectos de los narcocultivos se podrían trasladar a Ecuador, porque con
la aplicación del Plan Colombia, el narcotráfico podría utilizar una
táctica similar a la que utilizó en la década del 80 cuando promovió el
traslado de las plantaciones de Perú y Bolivia hacia otras zonas de la
selva amazónica, principalmente de Colombia. Incluso ya existen rumores de
la instalación de fincas cocaleras en la provincia de Sucumbíos. No sería
difícil encontrar mano de obra interesada, ya que en la actualidad hay más
de 5.000 ecuatorianos que cruzan la frontera para laborar en plantaciones
cocaleras colombianas y con las fumigaciones podrían quedar desempleados.
¿Quién fumiga las calles de Nueva York?   

*Escritor y periodista uruguayo, residente en Ecuador desde 1992. Premio
Latinoamericano de Periodismo José Martí 1990. Actualmente es corresponsal
en Quito de la Agencia de Noticias Inter Press Service. Algunos de sus
libros son: La rebelión de los indios (2000) traducido al inglés con el
título We Will Not Dance on Our Grandparent's Tombs. Indigenous uprisings
in Ecuador (2000); Rebeliones indígenas y negras en América Latina (1992) y
Mujeres del siglo XX (1997).

 Plan Colombia. La paz armada, es una contribución importante al conocimiento de los intereses que se esconden detrás del Plan Colombia y la instalación de la base militar de Estados Unidos en el puerto de Manta; este libro ayuda a entender la guerra en que se puede precipitar en los próximos meses la región andina en general y Ecuador en particular. Contiene elementos inéditos -y muchas veces sorprendentes- sobre la posible regionalización del conflicto armado colombiano, la vida en la zona controlada por las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia, la intervención estadounidense en el área
andina, las nuevas alianzas estratégicas en América Latina y la
participación de la industria petrolera y armamentista en la militarización
de la paz. Con un estilo ágil, amplio manejo de la información, testimonios
reveladores y una mirada personal de los hechos, este libro es un espejo
del escenario bélico con sus efectos sobre la economía, el ambiente y la
sociedad de los países andinos. Entrar en el Plan Colombia no es difícil,
difícil será salir y posteriormente desmontarlo. 


Correo enviado por:
Joel Atilio Cazal
Revista Koeyú Latinoamericano
Caracas-Venezuela