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El buen ejemplo de los animales
Fuente: Revista Nueva (26 de Octubre de 2002 No. 833)
ISSN 0124-8731555
Autor: Walter Riso (Psicólogo clínico, docente y escritor)

Evidentemente es un contrasentido. En el mundo animal no existe el 'buen ejemplo'. Tal como dice Sponville, la ética (virtud) surge del cruce entre la homonización, como hecho biológico (en particular de los lóbulos prefrontales), y la humanización, como fenómeno y exigencia cultural. El cerebro por sí solo nada nos dice sobre el bien y el mal.

No niego que a veces la ecología y la biología propicien espacios de reflexión sobre la conducta social e incluso confronten nuestra manera de actuar, pero una cosa es aceptar las raíces y los orígenes de la especie humana y otra muy distinta poner la naturaleza animal como el paradigma ético/moral a seguir.

Hace poco escuché a un grupo de defensores del matrimonio a ultranza sostener que lo 'natural' era la monogamia y que Dios había organizado las cosas de tal forma que, por ejemplo, la fidelidad podía observarse incluso en los animales inferiores. Se habló de la 'dignidad del elefante', la 'nobleza de los lobos', la 'integridad de las ballenas' y la 'fidelidad de los pájaros'.

Afortunadamente, los biólogos parecen desmentir esta empalagosa 'humanización'. La mayor refutación sobre la pretendida 'rectitud' afectiva de los animales se ha encontrado en el caso de las aves. Si bien es cierto que el 90 por ciento de ellas viven en pareja, la fidelidad no parece ser la regla. El caso mas sonado es el de los mirlos de alas rojas, cuyas relaciones sexuales están regidas por algo similar a la poligamia: un macho con muchas hembras.

Los investigadores realizaron vasectomías y exámenes de ADN a cada dueño del harén, y los pusieron a copular y a establecer nidos con sus 'respectivas', en época de apareamiento. Lo sorprendente ocurrió cuando muchas de las hembras colocaron huevos. Al comparar la sangre de los pichones con la del supuesto 'padre', el engaño quedó al descubierto: La paternidad era de otro! Las tiernas y dulces avecillas habían sostenido romances con mirlos de otros territorios.

Infidelidades similares han sido encontradas en mas de cien especies de pájaros y otras especies. Los famosos zorros colorados y los petirrojos orientales, ejemplos de exclusividad afectiva, solamente andan juntos mientras haya que cuidar y proteger la descendencia. Cuando los cachorros o los pichones se bastan a sí mismos, cada cual toma su rumbo y adiós: una monogamia exclusivamente para criar.

Los elefantes, tan admirados y respetados, tienen un arreglo muy especial: las hembras prefieren vivir con otras hembras y visitar de vez en cuando al señor elefante. Un matrimonio viviendo lejos, pero estando cerca y a disposición: el sueño de muchos humanos.

A veces nos portamos bien, sencillamente porque se nos da la gana. El imperativo categórico kantiano puede resultar útil en determinadas ocasiones, pero en otras, cuando el afecto está presente, sobra y estorba. Nadie necesita a Kant para horrorizarse ante una violación o para ser leal con los amigos o la persona amada. El matrimonio es una elección y no una obligación. Estar casado no es una virtud.

Lo que más me molesta de los moralistas es la arrogancia explícita (soberbia) de sentirse por encima de los demás: un pecado capital de importancia, desde luego, humano.


Comentario Personal

Para estudiar la evolución se debe evitar el tratar de darle un comportamiento o lógicas humanas (y de cultura occidental). La evolución tiene sus reglas que pueden ir en contra de nuestros pensamientos pero no por eso debemos ignorarlas o molestarnos por eso, al contrario, se puede usar como una fuente de enseñanza muy valiosa.