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¡Basta de masacres y represión en Bolivia!
¡Abajo el gobierno asesino!
El gobierno de Sánchez de Losada y Carlos Mesa, y la coalición que integran junto al MNR Jaime Paz Zamora y Manfred Reyes Villa le ha declarado la guerra al pueblo. Tras casi un mes de crecientes movilizaciones que están extendiéndose con creciente fuerza por toda la geografía nacional, la brutal masacre perpetrada contra los trabajadores y vecinos de El Alto es un zarpazo feroz de un gobierno que se sabe arrinconado, odiado por la inmensa mayoría nacional y que sólo puede apelar a los gases y las balas para intentar sobrevivir contra la sublevación obrera, campesina y popular que tiene en El Alto a su heroica vanguardia.

El proceso de movilizaciones masivas obreras y campesinas contra la venta del gas que sacude a Bolivia, adquirió el lunes 13 de octubre un carácter claramente insurreccional. El balance de los enfrentamientos entre las masas y el ejército es de más de 75 muertos y cientos de heridos y un gobierno cada vez más aislado y a punto de caer.

La huelga general por tiempo indefinido decretada por la Central Obrera Boliviana desde el 29 de septiembre había logrado a principios de la semana pasada el bloqueo casi total de la capital La Paz. Todas las principales vías que comunican esta ciudad con los diferentes departamentos del país y con las regiones fronterizas con Perú y Chile se encontraban bloqueadas.

El sábado 11 el gobierno decidió lanzar el ejército contra los habitantes de El Alto, uno de los epicentros de la rebelión con el objetivo de aplastar el movimiento y poder abrir las rutas a la capital. Sin embargo 48 horas de enfrentamientos, en las que el ejército utilizó munición de guerra contra la población desarmada, no consiguieron doblegar a los obreros y pobladores de El Alto.

Al grito de "Fusil, metralla, el pueblo no se calla" y "Goni, cabrón, te espera el paredón", una encolerizada columna de trabajadores, estudiantes, desempleados, mineros y pobladores en general descendió el lunes por la mañana hacia el centro de La Paz donde se encuentra el Palacio Presidencial con un solo objetivo: forzar la renuncia de Lozada. "Hemos decidido que renuncie, pero si no lo hace lo vamos a colgar", declaraban los manifestantes.

El gobierno respondió de nuevo con represión enviando a la policía y al ejército contra las masas. Los enfrentamientos se sucedieron todo el día, por más de diez horas, los manifestantes armados con piedras, palos, fierros y los cartuchos de dinamita de los mineros, y las fuerzas de represión armadas con tanquetas, munición de guerra y gases lacrimógenos.

El aparato de represión del estado burgués enfrentado a una masa de trabajadores decididos a todo se parte como en toda situación revolucionaria clásica. Y esto no sólo afecta a la policía sino incluso al ejército. Reportes difundidos por varias radios populares hablan de que "hay soldados que se niegan a disparar contra el pueblo".

En estas condiciones está claro que las masas están en condiciones de tomar el poder. Todas las condiciones están dadas: trabajadores y campesinos movilizados y decididos a ir hasta el final, divisiones en la clase dominante y divisiones en el aparato del estado. Realmente, tenemos que decir que lo único que falta es una dirección que oriente el movimiento hacia ese objetivo de la toma del poder. Y ese es el gran problema para el pueblo boliviano y si no puede resolverlo la situación acabara resolviéndola la burguesía mediante un cambio de gobierno.

Y todos sabemos que simplemente cambiando a Sánchez de Lozada por otro presidente o al actual parlamento por otro nuevo (aunque se llamara Asamblea Constituyente) no solucionarían fundamentalmente los problemas de pan, trabajo y tierra. La única manera de solucionar estos problemas es poniendo en manos de trabajadores y campesinos la riqueza del país, las fábricas, la tierra, los minerales, el gas y los recursos naturales, para que de manera democrática estos puedan decidir cómo usarlos.

Lo que está en juego en definitiva, no es simplemente un cambio de gobierno sino la cuestión de quién tiene el poder. Este es el auténtico dilema. En una sociedad capitalista sumergida en una crisis profunda como Bolivia, la única democracia que puede permitirse la burguesía es precisamente la que hemos visto en estos últimos días: la "democracia" del fusil y la metralla, del cierre de medios de comunicación y la masacre de obreros y campesinos. A esta "democracia" los trabajadores y oprimidos bolivianos tienen que oponerle su propia democracia, es decir la expropiación de los ricos, los empresarios y terratenientes, las multinacionales y el control democrático de la economía en beneficio de la mayoría, es decir el socialismo, la democracia de los trabajadores y campesinos.

La democracia obrera es la única alternativa a la "democracia" de la burguesía. No hay termino intermedio. En lugar de una Asamblea Constituyente que es simplemente otra denominación para un parlamente burgués renovado, lo que se necesita es una asamblea nacional de representantes democráticamente elegidos en las fábricas, en las comunidades campesinas, entre los pobladores de los barrios pobres que decida tomar el poder. Esta asamblea nacional o comité de lucha nacional sería la representación más democrática de la voluntad mayoritaria de los trabajadores y los oprimidos.

Un comité nacional de huelga de este tipo debería de apoyarse en la lucha organizada de las masas. La toma del poder por parte de los trabajadores tiene que ser preparada conscientemente. Las divisiones dentro del ejército y la policía hay que explotarlas y agudizarlas con una política consciente de orientación hacia los soldados y los elementos bajos de la oficialidad que viven y sienten con el pueblo. La organización de comités de soldados y su vinculación a las organizaciones de los trabajadores en lucha es esencial. Sin ganar a los soldados para la revolución esta no puede ser victoriosa. El ejército es siempre el último bastión en el que se apoya un régimen burgués en crisis. Al mismo tiempo, en una situación insurreccional como la que vive Bolivia, las masas no se pueden enfrentar con las manos vacías al ejército y a las fuerzas represivas de la oligarquía. Es necesaria la formación de una milicia obrera que empiece a organizar tareas de protección de las marchas, a defender a los trabajadores en los enfrentamientos. Tal milicia de autodefensa obrera tiene que estar bajo el control de los comités de huelga democráticos. Los obreros bolivianos y particularmente los mineros tienen largas y gloriosas tradiciones en este sentido y al mismo tiempo tienen acceso directo a explosivos con los que organizar los rudimentos de una autodefensa obrera.

Pero todas estas tareas que garanticen una insurrección victoriosa no pueden ser improvisadas ni dejadas al azar, sino que tienen que ser organizadas minuciosamente. La dirección del movimiento tiene que tener objetivos claros y saber cómo alcanzarlos. Los trabajadores y campesinos bolivianos han dado muestras en numerosas ocasiones de su voluntad de lucha y su capacidad de sacrificio, sin embargo, una y otra vez los dirigentes no han estado a la altura de las tareas planteadas. Por eso es necesario construir una alternativa revolucionaria basada firmemente en las ideas del marxismo, que al fin y al cabo no es más que la experiencia concentrada de décadas de lucha obrera en todo el mundo. En un momento en que la clase obrera boliviana está al frente de la lucha de clases en el ámbito mundial, enfrentándose a un imperialismo cada vez más belicoso, es criminal que haya organizaciones que sé autodenominan proletarias o revolucionarias que hagan campaña a favor de una salida democrático burguesa como la Asamblea Constituyente, por más revolucionaria que suene esta consigna. El proletariado revolucionario de Bolivia tiene que luchar para ganarse a los mejores elementos de estas organizaciones centristas como parte de la lucha para construir un autentico partido obrero revolucionario, herramienta indispensable para la Revolución Socialista.

Desde SOLIDARIDAD apoyamos al pueblo de Bolivia en su lucha y sobretodo a quienes en el país altiplanico lucha por esta perspectiva de construir una autentica dirección marxista revolucionaria.

Por una amplia y unitaria campaña de solidaridad con el pueblo de Bolivia
¡Viva la lucha de los trabajadores y campesinos de Bolivia!
¡Abajo el asesino y proimperialista gobierno de Sanchez de Losada!
Por la Revolución Socialista

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