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¡No a la ilegalización de Batasuna!
Groupe bolchevik (Francia) - Grupo Germinal (España) |
¡Derogación de la antidemocrática ley española de partidos políticos! ¡ Fin inmediato del acoso jurídico y policial contra los vascos! Por el derecho del pueblo vasco a decidir su destino y sus relaciones con los otros pueblos Por el derecho a la autodeterminación del pueblo vasco, incluido el de separación del Estado francés y el Estado español Por la unión libre de las repúblicas socialistas de la Península Ibérica, por los Estados Unidos socialistas de Europa La ilegalización de Batasuna, un atentado contra las libertades democráticas El Gobierno español ha organizado las elecciones municipales del 25 de mayo en Euskadi con un nuevo acto de opresión del pueblo vasco. El Gobierno de Aznar ha disuelto Batasuna, un partido independentista transfronterizo, impidiendo, de ese modo, presentar candidaturas a la corriente que constituyó la segunda fuerza política en las precedentes elecciones municipales de 1999, con un 19,63% de los votos. El Tribunal Supremo también ha prohibido 225 candidaturas. Los votos nulos, que corresponden a la consigna de voto de Batasuna, hubieran podido elegir a 579 concejales. Esta nueva fase de ilegalización de toda la periferia política y social del movimiento independentista comenzó en febrero de 2002, con la prohibición de la organización juvenil Segi. Se confirmó el 4 de junio de 2002, cuando las Cortes aprobaron una ley antidemocrática que permite la prohibición de cualquier partido bajo pretexto, por ejemplo, de "dar cobertura a actos de desorden, intimidación o coacción social vinculadas al terrorismo o la violencia" (artículo 9.3.i de la Ley orgánica 6/2002 de los partidos políticos). El 26 de agosto de 2002, el juez Garzon, del Audiencia Nacional (tribunal central especial) hacía clausurar los locales de Batasuna por la policía. El Gobierno y la justicia no sólo han ilegalizado a esta organización, han procesado a su dirección, disuelto a su grupo parlamentario y expropiado sus bienes, entre los que se encontraban cientos de locales. Nunca, desde el final de la dictadura franquista, se habían desarrollado unas elecciones en condiciones tan antidemocráticas y represivas. Tras las elecciones, el Estado de la monarquía españolista de los Borbones ha reforzado el acoso judicial y policial, hasta amenazar al Parlamento vasco y su partido mayoritario, el Partido Nacionalista Vasco (PNV). El PNV es el partido nacionalista burgués que ha obtenido un 42,4% de los votos y es un antiguo aliado de los gobiernos burgueses, tanto del de Aznar como de los precedentes de Felipe González. A principios de julio, el Gobierno inició los trámites para el procesamiento de los miembros de la Presidencia del Parlamento vasco, acusados de no acatar una orden judicial que pretendía obligarlo a disolver el grupo parlamentario de los diputados Batasuna. Para la burguesía españolista no es suficiente con reprimir policialmente todo lo que, de cerca o de lejos, tenga alguna relación con ETA o que simplemente se niegue a sostener al Estado Español en su guerra contra ETA. Se trata ahora de humillar abiertamente todo el pueblo vasco, de comunicarle que los jueces de Madrid tienen el poder de decidir la organización interna del Parlamento vasco y de encarcelar a los cargos electos si resisten a ello. Esto es precisamente lo que vale la soberanía de un pueblo para la Constitución monárquica española. A ambos lados de los Pirineos, cooperación policial La persecución pasa también por el cierre de los periódicos en lengua vasca: Egin, Ardi Beltza, Egunkaria. Este verano, el Gobierno Aznar ha llegado incluso al ridículo de provocar un escándalo internacional para que no se utilice la lengua vasca en la etapa de Bayona del Tour de Francia. La política del Estado españolista se manifiesta especialmente en el trato discriminatorio y voluntariamente cruel contra los más de 800 presos vascos. Se los mantiene dispersos, en prisiones alejadas de su país, se le prohibe estudiar a distancia en las universidades vascas, se endurecen sus penas y las condiciones de liberación... La saña del Gobierno contra ellos le ha llevado hasta criminalizar las asociaciones de ayuda a los presos y sus familiares cuyo crimen era tener por consigna central: "Vuelta de los presos vascos al País Vasco". Tanto con Aznar como con González, con Chirac o con Jospin, la colaboración antivasca es la norma del Estado francés, aunque ETA nunca haya intervenido en su territorio. A cambio, los últimos Gobiernos de Franco crearon una red terrorista compuesta por policías españoles y gángsters franceses. Una red que, bajo los órdenes de los Gobiernos de Suárez y Felipe González, con los nombres de Batallón Vasco-Español o GAL, cometieron atentados en el territorio francés y asesinaron a numerosos refugiados de ETA en Francia. La V República francesa ha elegido su campo: ha perseguido a ETA en colaboración con los Gobiernos monárquicos de Madrid. Ha mandado a prisión a los nacionalistas bretones que ayudaban a ETA. Todos los Gobiernos de la V República entregaron a los militantes de ETA a la justicia y a los torturadores de la monarquía heredera del franquismo. En nombre, por supuesto, de la "lucha contra el terrorismo". Pero terroristas son ante todo los imperialismos español y francés: En 1917, la República Francesa intervino contra la Revolución rusa. Durante décadas, empleó el terrorismo a gran escala contra múltiples pueblos colonizados. Después de la Segunda Guerra Mundial, organizó guerras coloniales y torturas a generalizadas en Madagascar, en Indochina, en Argelia. En el último período, sus tropas han participado en las expediciones imperialistas sucesivas contra Irak en 1991, contra Serbia en 1999 y contra Afganistán en 2002. En la actualidad, la República Francesa dispone de múltiples bases militares en el extranjero y el ejército francés interviene abiertamente en Costa de Marfil. La dictadura fascista española aplastó militarmente el proletariado y oprimió policialmente a las minorías nacionales de España. El Gobierno PP de los herederos del franquismo acaba de apoyar las operaciones terroristas a gran nacional contra el pueblo de Afganistán e Irak. En realidad, las leyes y decretos "antiterroristas" de Vaillant y de Sarkozy convierten en terrorista a toda persona que albergue a un refugiado en Francia y refuerzan la persecución de los inmigrantes y jóvenes árabes o negros. En realidad, la "ley de partidos políticos", utilizada para disolver a Batasuna, es una espada de Damocles sobre cualquier organización que ponga en cuestión la prisión de pueblos que es la España monárquica. Es una amenaza permanente sobre el movimiento obrero, cuyas organizaciones pueden ser acusadas, a discreción, de querer "minar el sistema democrático" si se oponen a las leyes antiobreras o de "dar cobertura a acciones de desorden vinculadas a la violencia" si participan, por ejemplo, en piquetes de huelga. La complicidad contra el pueblo vasco de las direcciones del movimiento obrero Sobre esta cuestión, como sobre cualquier otra, los partidos ex estalinistas y los partidos socialdemócratas se venden a su burguesía, protegen el capitalismo, defienden al Estado burgués. Cuando estuvieron en el Gobierno, el PS y el PCF respetaron las instituciones gaullistas y mantuvieron bajo el yugo las últimas colonias francesas. Continuaron persiguiendo a los refugiados vascos a cuenta de la policía franquista. Sus homólogos del Estado Español llegaron hasta apoyar la monarquía establecida en el testamento de Franco. Respaldaron la Constitución de 1978, que hace del ejército el garante de la unidad y la indivisibilidad del Estado burgués español, aunque la mayoría del pueblo vasco y el pueblo catalán la hubieran rechazado en el referéndum. Los partidos social-chauvinistas niegan a los pueblos el derecho a la autodeterminación. El PCE y el PSOE aprueban una tras otra las nuevas leyes represivas; apoyan al Gobierno cada vez que éste se escuda en el terrorismo de ETA. El PCE-IU forma parte en España del "frente constitucionalista" con el PP neofranquista y su Gobierno. Pero su fracción vasca, decidida a no desaparecer definitivamente de Euskadi, se alinea sobre el PNV. Es necesario decir que forma parte del Gobierno autonómico dirigido por este partido nacionalista burgués. Al mismo tiempo, los diputados de los restos del partido estalinista, camuflados bajo las siglas IU (Izquierda Unida), se abstuvieron con los nacionalistas catalanes en la votación parlamentaria para iniciar la disolución del grupo abertzale. Mientras gobernaba, de 1982 a 1996, el principal partido obrero del Estado español, el PSOE, mantuvo intactos los cuerpos represivos de la dictadura y prosiguió la guerra sucia contra ETA, bajo la sigla de los GAL. En vez de oponerse a la inicua ley de Aznar sobre los partidos políticos, que atenta a las libertades que las masas arrancaron después de la muerte de Franco, el PSOE votó a favor - como el partido burgués nacionalista catalán CiU - y manifestó su entusiasmo por una rápida aplicación contra Batasuna. El PSOE hace frente común en España y en Euskadi con el PP de Aznar, hasta el punto de que su Secretario General, Rodríguez Zapatero, impuso a sus cargos la entrega de la Diputación de Álava y la alcaldía de Vitoria-Gasteitz, la capital política vasca, al PP. El resultado de esta política de los aparatos burgueses del movimiento obrero ha sido una división profunda de la clase obrera del Estado Español. Han conseguido romper la solidaridad tradicional - nacida durante la dictadura y prolongada hasta la mitad de los años 1980 - de toda la clase obrera ante los ataques del Estado español contra el pueblo vasco. Otra consecuencia es el desgarramiento de la clase obrera vasca. El viejo movimiento obrero (UGT y CCOO, representando respectivamente un 19% y un 15% de los votos a las últimas elecciones sindicales en el País Vasco; PSOE: un 19,29% en las últimas elecciones municipales, PCE-IU: 7,25 %) apoya la monarquía y justifica- cada organización a su manera - la opresión nacional. En cuanto a las organizaciones nacionalistas vascas, ya sean burguesas (PNV-EA: un 40,58% de votos) o pequeño-burguesas (Batasuna: 19,6%) y sus sindicatos (ELA-STV: un 41,35% en las las elecciones sindicales; LAB: 15,8 %) separan a los trabajadores vascos del resto de los del Estado Español y los subordinan a las otras clases sociales vascas. Por el frente único obrero en defensa del pueblo vasco El proletariado debe defender las libertades democráticas que todos los Estados burgueses limitan en nombre de la "lucha contra el terrorismo". Debe levantar la bandera de las reivindicaciones democráticas rechazadas por la burguesía senil, como la República, la laicidad y el derecho de los pueblos a disponer de sí mismos. Para unificar el proletariado del Estado Epañol contra la monarquía franquista, contra el Estado burgués, contra la burguesía, todo el movimiento obrero español debe pronunciarse contra la ilegalización de Batasuna. El movimiento obrero de Francia y el del Estado español deben pronunciarse a favor de la liberación de los presos vascos, contra la colaboración de las policías. Deben apoyar el derecho de los vascos de ambos lados de la frontera a separarse y a crear, si lo desean, un Estado vasco. Los trabajadores vascos y todos los trabajadores, juventud y pueblos del Estado español y del Estado francés tienen derecho a exigir de todas las organizaciones que dicen hablar en su nombre como el PSOE, el PCE-IU, UGT, CCOO; como el PS, el PCF, CGT, FO, FSU, UNSA, que rompan con sus burguesías y se pronuncien claramente a favor de: · Derogación de la antidemocrática ley española antidemocrática de partidos políticos! ¡Derogación de las leyes francesas Vaillant-Sarkozy! · Legalización y fin de la criminalización de Batasuna! ¡Derecho de asilo en Francia y en toda Europa! · Basta de colaboración de las policías contra los militantes revolucionarios y contra los nacionalistas de los pueblos dominados! · Fin de toda persecución de los tribunales franceses contra los militantes bretones o vascos que han ayudado a refugiados vascos! ¡Liberación de todos los presos independentistas vascos y bretones de las cárceles de Francia y España! |
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