Gracias por llegar hasta aquí. Espero disfrutes tu visita a mi Rincón.
Este es mi refugio, mi solaz y deseo compartirlo contigo.


Nací en un caluroso día de primavera en la hoy ciudad más grande del mundo. México, Distrito Federal. Mi madre ese sábado de gloria conoció a su cuarta hija.
Tuve una infancia llena de fantasía, de alegría, de juegos. Siempre estuve acompañada de mis hermanas y mi único hermano, el mayor de todos.
Mi madre, una gran pianista y compositora y mi padre, un gran lector y doctor en medicina. Desde mis primeros años llenaron mi alma de lecturas agradables, fomentaron en mí el gusto por la música y la poesía. No se crea que sólo música culta, sino mucho de música popular.
A los pocos meses de haber cumplido 10 años de edad, mi padre emprendió el viaje sin retorno, por lo que la hasta entonces vida familiar apacible y llena de fantasía dio un viraje de 180 grados. Ahora mi madre, como maestra de música, tenía que trabajar casi todo el día con innumerables alumnos, las comodidades de antaño, quedaron atrás y nosotros, habituados a la vida despreocupada, aprendimos a realizar tareas domésticas, sin descuidar los estudios.
Sin olvidar el amor a la lectura y a la poesía, nació en mi un gusto especial por la cocina, así que dentro de mis actividades diarias se encontraba el cocinar para toda la familia. A los trece años, era la cocinera oficial de casa. Navidades con bacalao, pavo, spaguetti. Noches mexicanas con innumerables platillos típicos, como moles verde y rojo, sopes, pozole, tlacoyos, llenaron mis días de adolescente.
Ya en bachillerato tuve conciencia de lo que realmente era un escritor. En ese tiempo conocí gran parte de la obra de Amado Nervo, Ignacio Manuel Altamirano, García Márquez, Benedetti, autores de otro género como Carlos Marx, Federico Engels, Marta Harnecker, Los grandes autores de todos los tiempos como Dante Aligieri, Miguel de Cervantes, William Shakespeare, Oscar Wilde y muchos otros más. Hice mis primeros pininos en la poesía en mi adolescencia, como tantos otros jóvenes que en ese tiempo viven sus enamoramientos primeros, sus iniciales decepciones.
Seguí con mis estudios, combinándolos con la lectura, la cocina y la guitarra, la que por ese tiempo medio aprendí a tocar, hasta que un buen día, recibí el alto honor de titularme como Licenciado en Derecho. Ahora tenía un arma más para enfrentarme a la vida. Desde entonces he amado y practicado mi profesión. Mi formación liberal como abogada, me ha permitido resolver consultas, elaborar contratos, con apego a los principios universales del Derecho y apoyar a otros en la solución de sus controversias.
Siguiendo la ley de la vida, he sido esposa y madre. Esta última faceta me ha permitido estar más consciente de la función tan importante que toda mujer tiene en la vida, la de ser formadora de seres humanos libres, independientes y con principios básicos de vida.
Hoy como adulto maduro, que siente una imperiosa necesidad de compartir aquello que nace del alma, les presento una pequeñísima parte de mi pensamiento a través de estas poesias que espero les permitan soñar, volar al cielo y desbordar su imaginación, tanto como a mi me han permitido hacerlo. Todas han sido inspiradas por el amor, la pena, la alegría, la ausencia, por todos aquellos sentimientos que todos vivimos con pasión cada día.