A su vez, cuenta
con 1.008 km de riberas continentales en
el océano Atlántico, desde el promontorio de Paria hasta Punta Playa, incluyendo el
golfo de Paria, la isla de Patos y la fachada litoral del delta del Orinoco e islas
adyacentes, donde destacan las bajas costas selváticas, cenagosas y cubiertas de
manglares. En el territorio
venezolano se combinan tanto los imponentes relieves de la cordillera de los Andes, la
cordillera de la Costa y el macizo Guayanés, como formaciones de altitud media en el
sistema Coriano y las depresiones de los estados de Yaracuy y Lara, donde se encuentran
las ciudades de Barquisimeto y Carora; asimismo, también se reconoce la topografía de
las tierras bajas de la cuenca del lago de Maracaibo, de Los Llanos, en el sistema del
delta del Orinoco y en la llanura del río Casiquiare, en el Amazonas venezolano.
En el occidente
del país se encuentran las tierras montañosas de los Andes venezolanos, que se
dividen en la cordillera de Perijá, en la sierra de los Motilones, y en la cordillera de
Mérida, donde se ubica el punto más alto del país, el Pico Bolívar (5.007 m), en la sierra Nevada de Mérida. En el norte se distingue otro
importante conjunto montañoso, la cordillera de la Costa, dividida en serranía del
Litoral, cuya máxima altitud la constituye el pico Naiguatá (2.765 m), la serranía del
Litoral Central y la serranía del Interior, con su máxima altura en el pico Turimiquire
(2.596 m) en el
este de la misma. Cercanas a la costa del mar Caribe están las tierras bajas de la
depresión de Maracaibo, donde se encuentra el lago de Maracaibo, una extensión hacia el
interior del golfo de Venezuela.
Venezuela cuenta con una enorme
cantidad de recursos hídricos. Tienen una especial importancia las aguas
fluviales, que discurren en un 74,5% hasta el océano Atlántico y en un 20,7% hacia el
mar Caribe; el 4,5% restante vierten sus aguas al sistema del río Amazonas por los ríos
Guainía-Negro y otros, exceptuando un mínimo que drena a la cuenca endorreica del lago
de Valencia.
El mar Caribe recibe las aguas de los
ríos que a su vez vierten en la cuenca del lago de Maracaibo, donde destacan las
proporcionadas por el Chama, el Motatán, el Escalante, el Catatumbo, el Apón, el Limón
y las aguas de varias cuencas menores que van directamente a este mar, entre ellas las
correspondientes a los ríos Tocuyo, Aroa-Yaracuy, Neverí y Manzanares.
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