El calendario festivo
ritual perteneciente a la tradición popular venezolana está profundamente signado por
las creencias de la religiosidad católica y tiene sus raíces en aquel otro que trajeron
los misioneros con la conquista española.
A lo largo del año
estas fiestas, en su mayoría exponenetes de sólidas tradiciones locales, van conformando
ciclos diversos con características propias. La Navidad, es uno de los ciclos más ricos
y variados; comienza regionalmente en noviembre, con la irrupción de la gaita en las
fiestas zulianas dedicadas a la Virgen de la Chiquinquirá, y termina en febrero con la
celebración andina de la Virgen de la Candelaria.
A partir de ese momento
se inicia el Carnaval y luego la Cuaresma, en el que destacan el Carnaval del Callao y las
escenificaciones de la Pasón de Cristo en diversas poblaciones del país.
A continuación, entre
Mayo y Junio, y coincidiendo con el solsticio de verano, surge uno de los ciclos más
intensos en donde se encadenan los Velorios de Cruz que dan paso a los Diablos Danzantes
de Corpus Christi, y éstos a su vez a las extraordinarias y alegres celebraciones de San
Juan, San Pedro, San Antonio y San Benito.
Más tarde, entre los
meses de Julio y Noviembre, se produce una secuencia de advocaciones a las vírgenes del
Carmen, de Coromoto, del Valle, de las Mercedes y otras divinidades de profunda vocación
local y mestiza como María Lionza, a quien se le rinde un especial culto el 12 de
Octubre. Y así el ciclo se reinicia en Noviembre con el arribo de la Navidad.
Ciclos de Fiestas
Tradicionales |