Pasaron
26 largos años para que el título llegara nuevamente al Callao. En el año 1984
conquistó el Boys su sexto título. El gran
conductor fue Marcos Calderón Medrano. Aunque en esa temporada las finanzas no andaban
muy bien en las arcas Rosadas, había un grupo humano encabezado por "el Oso"
Calderón que logró esa valerosa hazaña.
El estratega Porteño, después de 26 años de haber
conquistado su primer título con el Sport Boys en 1958 se volvió a dar el gusto. Pero a
diferencia de ayer en que hacía sus pininos, como entrenador en esta oportunidad ya era
consagrado.
Así lo patentaban los tres títulos con la U (64, 66 y
67), el del 72 con el Cristal y el del 75 con el Alianza Lima, además de 5 subcampeonatos
con la U, el Defensor Arica, Cristal, Deportivo Municipal y Táchira de Venezuela que lo
convierten el el entrenador Peruano más copero de todos los tiempos.
Marcos, el recordado "Chueco", tuvo que volver
a tomar las riendas del club Porteño para que el Boys pueda campeonar. Esa es la
realidad.
La dirigencia del Club, circumstancial pero
providencialmente, estaba en manos de Miguel Monteverde por un fallo de la Federación
Peruana de Fútbol -encabezada por Alberto Espantoso- que marginó de la Institución a
Jorge Labarthe que se la había ingeniado con estatutos muy originales para entornillarse
en la directiva.
Lo primero que hizo Monteverde fue contratar a Marcos
Calderón con los resultados exitosos que damos cuenta. El estratega Porteño, por cuyas
venas corría sangre Rosada, armó un equipo que fue creciendo en la medida que
transcurría el Campeonato hasta agigantarse con el título.
En las filas Porteñas estaba "El Chacal"
Herrera en la portería, que se convirtió en un verdadero héroe en muchos encuentros. A
Calderón le dio gran confianza ya que era una garantía de seguridad. La zaga la
conformaban Puntriano, Izusqui, Requena y Mendoza o Espino. Requena ya era un jugador de
mucha solvencia.
El medio campo -ahí se notó la mano del estratega- lo
integraban Zuluaga, Peralta y Cabanillas: ¡los tres creativos! La calidad de Peralta y
"el Pato" Cabanillas en el mediocampo eran importantes para armar y encausar a
sus compañeros. Adelante estaban Watson, La Torre y "el Chueco" Hurtado. Al
cierre del Campeonato, el Boys tuvo que enfrentar al Unión Huaral derrotándolo por un
claro 3-0. Las conquistas victoriosas fueron obra del "Chueco" La Torre y dos
golazos de Watson que sonaron hasta el Callao.
La campana del equipo, sintetizada en cifras fue la
siguiente: 35 puntos con 12 partidos ganados (8 de local y 4 de visitante) 9 partidos
empatados (4 de local y 5 de visitante) y solamente 4 partidos perdidos (uno de local y
tres como visitante).
Su ataque, que convirtió 34 anotaciones en total, tuvo
como goleador a Johny Watson con 10 tantos. Su meta solamente soportó 15 anotaciones y el
"Chacal" Herrera fue el arquero menos batido del torneo.
El mérito de Marcos Calderón fue adecuar a los
jugadores -unos poco experimentados y en su mayoría jóvenes- a la siguiente formula que
los condujo al exito: creatividad y ataque. Algo que, la mayoría de los entrenadores de
lo demás equipos, por no decir la totalida, consideraban una locura...llevados por esa
corriente tan negativa de otorgar prioridad a las estrategias ultradefensivas.
Los hechos le dieron la razón al entrenador Porteño con
su consagración enésima como campeón y con un equipo que rescató el buen fútbol:
porque ganaba, perdía o empataba pero manteniendo un denominador común llamado
espectáculo.
Marcos Calderón rescató una frase que pocos
entrenadores modernos -equivale a decir cobardes, temerosos o apáticos- se atreven a
pronunciarla: "no hay mejor defensa que un buen ataque". Lo dice la tabla y lo
confirman la frialdad de la cifras: el Sport Boys, creando y atacando, consagró la
defensa menos batida del torneo. Mérito, casi exclusivo, del entrenador.
Con ese título finalizó un capítulo hermoso en la
historia del Sport Boys. Al año siguiente, apelando a argucias legales poco convincentes,
volvió Jorge Labarthe al Club y el equipo se desmanteló.
Por primera vez se perdió la categoria y
tuvo que salir el negativo Presidente para que un grupo de amante de la Institución -con
"Beto" Levy y Antonio Cuba a la cabeza- tome las riendas del Club y lo encamine
hacia la ruta del éxito que marca el ritmo de su historia ... y de la que jamás debió
alejarse.

Marcos Calderón, el mejor entrenador
peruano de todos los tiempos, celebra
su segundo título como entrenador del Boys
(el primero fue en 1958) en hombros de
los hinchas.

El gran equipo rosado, aquel del
"fútbol espectáculo",
campeón de 1984. Aparecen:
Peralta, Requena (capitán), Herrera, Puntriano, Espino y Mendoza.
Cabanillas, Zuloaga, Watson, LaTorre y Hurtado.
Texto extraído del libro "Vamos
Boys" por Teodoro Salazar Canaval
Fotos cortesía de la revista "La Rosada"
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