Anécdotas
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Tal vez en lo que uno es mas pesimista
es en las cosas del amor, en cierta ocasión, por allá en
el año 199... me encontraba yo aún estudiando medicina, ya
había conocido a la madre de mis hijos, y frecuentemente me revolcaba
como una babosa solo por llamar su atención, cosa que creo que funcionó
en su momento ( aunque nunca dió los resultados que esperaba ),
la llamaba cada cierto tiempo por teléfono, y a pesar de que hacía
mucho tiempo la conocía, hacia también mucho rato que no
la veía, pero aún así, pude notar que yo le interesaba
aunque no se para qué. entonces traté de tirar mi última
carta... la reté a que viniera a visitarme a la universidad...
y que me iba yo a imaginar que ella lo iba a hacer al otro día...
lo recuerdo como si fuera ayer... Y yo, que hasta ese entonces no me volaba
de clases, me encontraba en esos momentos en un batallón militar,
practicando una estupida ceremonia militar de Juramento de Bandera ( la
segunda ceremonia de Juramento de Bandera que hice en mi vida ), nos llovió
y casi nos estrellamos con algunos de mis compañeros en el carro
en que ibamos y lo peor de todo es que me enteré por otras fuentes
que ella había ido. Aunque muchos creerían que ella fué
porque su hermana estudiaba allá, pero la coincidencia fué
muy grande... y las cosas nunca volvieron a ser como antes... con ella.
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Como podrán notar, para mi la
medicina fue una pesadilla, al principio creí que era lo mío
y luego... la catastrofe total. Pero, también mi nueva carrera es
como para pegarse un tiro... no mejor es como para pegárselo a mis
compañeros. Quien lo creyera, estoy en una Universidad que se caracteriza
por tener una amplia vida social entre los mismos compañeros del
curso, pero, en mi curso parecemos enemigos y mi vida social cayó
a su punto mas bajo. Tan pronto acaban las clases, pareciera que estuvieramos
en una maratón ( o mejor en una carrera de caballos ) y que el ganador
fuera el que llegara primero a su respectiva casa, razón por la
cual, el que no tenga novio o novia, no tiene nada que hacer en un viernes
por la tarde. Uno intenta respirar aire puro y se huele la hipocresía...
( no se si es que soy un paranoico, pero estoy condenado a siempre estar
en cursos asi ). Todos parecemos discípulos de Maquiavelo, nuestro
lema podría ser perfectamente: "el fin justifica los medios". Supongo
que cuando seamos profesionales, nos mataremos entre nosotros mismos, solo
para no quitarnos el puesto... y eso que nuestra carrera es una de las
de mas futuro. O por lo menos eso es lo que dicen de la carrera.
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Y hablando de hipocresía, solamente
tengo que recordar mi antiguo curso, otra de las razones por las cuales
me deserté de Medicina, para los que no nos conocían por
dentro del curso, parecíamos un curso del carajo ( Super, fantástico,
padrísimo ) pero la realidad era otra, tenía uno que andar
con la espalda pegada hacia la pared para que no le clavaran el puñal
de la traición por la espalda. Todos parecían hermanitos
siameses ( por delante ) me sentía el mas miserable al estar en
ese curso, porque todo eran risitas y paz y amor, pero por detrás...
Estuve tentado a hacer lo peor ( medidas drásticas ) durante los
viajes que hice con ellos. Hasta que el día que hicimos el último
viaje a un pueblito cercano a Santa Fe de Bogotá llamado Cajicá,
supuestamente para pasarla bien y para acabar una materia, con el
profesor mas sincero que conocí en esa Universidad, y al cual le
agradezco el haberme dado el valor para mandar todo para el mismísimo
infierno; al principio del viaje, todo parecía marchar muy bien,
a pesar del trancón y de que casi nos perdemos para llegar a allá,
cuando llegamos, nos dedicamos a meditar y a pensar en nuestro futuro (
todavía estoy pensando en mi futuro ) por decisión del profesor,
y hasta entonces todo fue muy agradable ( es que me encanta pensar, aunque
termine deprimido ). entonces ya cuando nos ibamos a devolver, todos acordamos
que deberíamos ir a almorzar ( merendar ), y una vez mas, al curso
se le salió esa paz y ese amor hipócrita que nos caracterizaba,
todos bailaban juntitos, jugaban juntitos, si yo hubiera sabido que mi
curso era sincero en sus sentimientos ( TODO el curso, incluso yo, bueno,
solo se salvaban dos personas, un amigo que pensaba como yo y una amiga,
la cual mucho después me clavó el puñal por la espalda
) no me hubiera dado tanta repugnancia lo que presencié. En mi vida
había sentido tantas ganas de vomitar, salir corriendo y dejar todo
botado, o en el mejor de los casos ahorcarme en el baño del restaurante.
Pero NO, solamente tomé la decisión de largarme de mi carrera
( esa fué la gota que derramó el vaso ) sin siquiera imaginarme
que lo que se me vendría encima sería casi peor de lo que
había vivido hasta entonces. El futuro para qué. Por
cierto, si alguien tiene un futuro de sobra, que por favor me lo haga llegar.