“El rol de la escuela como organización social” en
relación con las interpretaciones de algunos
sociólogos
Marco introductor
El rol de la escuela como organización
social, generadora de públicos lectores en el campo humanístico y
particularmente literario, es el tema central que he elegido como punto de
referencia para relacionarlo con las diferentes interpretaciones sociológicas.
Particularmente tomo como soporte para el
desarrollo de todo el trabajo la obra del escritor argentino L Schvarstein “Psicología
de las organizaciones “
Dentro del mundo globalizado competitivo y
consumista, atravesado además por las vertiginosos avances de las nueva
tecnología digital, la escuela ha ido perdiendo día a día ese perfil
constitutivo, su identidad social: “Ser
formadora de sujetos autónomos reflexivos, productores y constituyentes
de nuevas realidades sociales.”
Con la
Posmodernidad, surge “la crisis del deseo insatisfecho” como lo define Esther
Díaz y resulta paradójico describir cómo en la era de las comunicaciones
masivas e inmediatas se produce el asilamiento del cuerpo y el ausentismo del
diálogo.
La recuperación de este diálogo
constructivo entre las diferentes estructuras jerárquicas del organismo
educativo es un elemento clave para que la escuela vuelva a recuperar su
prestigio dentro de la sociedad.
Por esa razón, he tomado para la
elaboración de este trabajo autores que hagan referencia a la interacción de
los sujetos, a sus roles, al reconocimiento recíproco de la moralidad y la
confianza entre los actores, a la construcción de un imaginario social
sustentable y modificable por los propios sujetos. Y especialmente tomé como
referencia principal la obra de L Schvarstein para señalar de qué modo la
identidad social de una organización, en este caso la escuela, puede prevalecer
inalterable si todas las unidades de análisis de los diferentes componentes
interactúan en función de un único propósito: lograr la productividad y la
eficacia.
A los efectos de que resulte más claro para
su lectura, he decidido desarrollar mi trabajo tomando como hilo conductor el
enfoque psicológico de L. Schavarstein por hacer hincapié en todo aquello que
hace al mundo interior de los sujetos. Y, al mismo tiempo, iré abriendo
ventanas, según resulte oportuno e ilustrativo, para construir con distintas
definiciones e interpretaciones de otros autores al enriquecimiento del texto.
“En Psicología social en las
organizaciones”, Schvarsteins articula los conceptos de institución,
organización, grupo e individuo.
Las organizaciones no sólo incluyen a los
grupos sino que los determinan, y a su vez éstos, las determinan a ellas.
El factor situacional, o sea las
características de tiempo y espacio, permiten comprender cómo estas
determinaciones recíprocas concurren a la dinámica de los cambios sociales.
La psicología social en las organizaciones
es por lo tanto pensar en los individuos producidos por ella y productores de
ella.
Las organizaciones son el contexto de
acción en el cual se hacen decodificables las conductas de los sujetos.
Dentro de la psicología social en las
organizaciones como disciplinas debemos considerar núcleos temáticos→ 1.
El vínculo que se comprende en el marco de las relaciones de poder que a su vez
son constitutivas de las organizaciones.
→
2. La dialéctica necesidad-satisfacción que se desarrolla al describir
las diferentes necesidades que los sujetos satisfacen o tratan de satisfacer a
través de sus organizaciones.
En la organización escuela, el vínculo que
se relaciona con el poder está representado por las distintas estructuras
jerárquicas. Pero la dialéctica
necesidad-satisfacción que surge de las propias necesidades de los
educandos hacen que estos don niveles temáticos deban ser articulables, según
Schvarstein. De lo contrario los requerimientos e inquietudes de los educandos
nunca serán satisfechos.
Un estudio de la psicología social de las
organizaciones tiene por objeto el análisis de las organizaciones como dominios
fenoménicos de interacción específica. Debe articular y caracterizar en sus
interacciones recíprocas, el concepto de organización con los de institución,
grupo e individuo.
Propone el análisis de las articulaciones
→ organización-institución
→ organización-grupo
→ organización-individuo
Psicología
social de las organizaciones es por lo tanto pensar en ellas y en sus efectos
sobre los individuos. Es entender también que su identidad está dada por el
dominio de las relaciones de sus integrantes, el uso de nuevas tecnologías, la
adjudicación de roles. Desde esta perspectiva, la organización se transforma en
un texto para el análisis de las interacciones de los sujetos (simétricas o
asimétricas) y es posible, desde esta perspectiva, abordar los conceptos de
atravesamiento y transversalidad en las relaciones entre institución,
organización y grupos.
Organizaciones
instituciones
1. Las
instituciones
Se definen las instituciones como aquellos
cuerpos normativos jurídicos-culturales compuestos de ideas, de valores, de
ciencias que determinan las formas de intercambio social.
Ej.: La sexualidad, la justicia, la
religión, el trabajo, la educación son instituciones universales que se
particularizan en un momento determinado.
Estas instituciones, al estar establecidas,
se relacionan con el Estado que hace ley y desde este punto de vista, no pueden
dejar de estar presente en las organizaciones y en los grupos.
Ahora bien, lo instituido por una
institución, ese conjunto de normas y valores dominantes, actúan en un momento
histórico determinado pero no es permanente.
Por
el contrario el orden social exige una dinámica de cambio constante, donde
aparecen, emergen nuevas fuerzas instituyentes que negocian con las
instituidas, estableciendo una especie de dialéctica.
En esta dialéctica, muchas veces, las
fuerzas instituyentes reemplazan las ya instituidas y se convierten en
dominantes hasta la emersión de otras nuevas, esta dinámica depende del tipo de
organización como así también de la situación de contexto.
Las
instituciones, de esta manera, son abstractas y las organizaciones son sus
sustentos materiales, el
lugar donde éstas se materializan y desde donde tiene los efectos productores
de los individuos, operando en sus condiciones naturales de existencia y en la
constitución de su mundo interno. Las
organizaciones son mediatizadoras entre las instituciones y los sujetos
2. Las organizaciones
Schvarstein incluye distintas definiciones
de organizaciones. Y de esa heterogeneidad establece los diversos aspectos.
a) Un
establecimiento físico como puede ser la escuela es una organización. En ella no sólo se materializan los
aspectos prescriptos por la institución educación, sino que se centran también
cuestiones relativas a otras instituciones. La institución sexualidad, referida
a la escuela de varones o mujeres, o esta distinción también se puede hacer en
los diferentes turnos. Las instituciones religiosas, en la que se practica un
culto y, por lo tanto, se diferencian de las laicas. La institución familia,
donde intervienen los componentes del núcleo familiar del alumno. La institución
trabajo, en la que entran en juego los
horarios, salarios de los docentes, su situación de revista, etc.
Las organizaciones están atravesadas
entonces por muchas instituciones que determinan verticalmente aspectos de las
interacciones sociales que allí se establecen. Éste es el concepto de atravesamiento.
b) Las
organizaciones son unidades compuestas y entre sus componentes nos
interesan fundamentalmente las interacciones que se establecen entre los
sujetos. La pertinencia de la psicología
social se estructura sobre sus interacciones no sobre las propiedades
individuales de sus miembros.
Goffman
nos habla de una microsociología y de una dramaturgia en la que todos los
integrantes de una sociedad están involucrados. Esta microsociología tiene
como unidades de análisis, los encuentros “las interacciones cara a cara de
los sujetos” en un aquí y en un ahora dentro de la cotidianeidad. Estos
papeles que desempeñan los sujetos en sus encuentros sociales son definidos
como “roles” por este autor En “Sociedades de la vida
cotidiana” Mauro Wolf
c) Las
organizaciones son lugares de construcción social. , Estas organizaciones,
aunque se materialicen en un establecimiento, son espacios virtuales que no
existen más allá de la percepción que de ellas tiene un observador.
La organización es un concepto cultural, convencional
en el que entran en juego diferentes valores. La organización es un lugar desde donde se construye lo social
teniendo en cuenta para ello, las relaciones dialógicas y causalidades
recíprocas que se dan entre los sujetos que la conforman.
Reina
en ese concepto el orden simbólico. Y al aparecer el simbolismo entra en juego
el signo: significante/significado.
Esa pluralidad de significantes son pasibles de ser significados desde diferentes perspectivas. Por lo tanto la
organización, con la presencia de este orden social, excede los límites de la
realidad.
La organización construye una realidad que
instituye un orden simbólico donde todos sus miembros participan. Las
organizaciones son la puesta en escena de un orden simbólico. En el caso de la escuela, el diseño de las
aulas, los uniformes de los alumnos, los retratos de los próceres por encima de
cada pizarrón, los crucifijos en los colegios religiosos, etc. Son
significantes pasivos de un orden simbólico, sujetos a tener distintos
significados de acuerdo con la perspectiva (sincrónica o diacrónica) desde
donde se los aborde.
La interacción de los sujetos en dicha
organización y la adjudicación de significados, que ellos mismo puedan
establecer a los significantes vigentes pueden generar diferentes tipos de
respuesta.
En
los sujetos-alumnos se pueden manifestar como respuesta ciertos rechazos a medidas disciplinarias o falta de interés y responsabilidad por
el cumplimiento de tareas, etc.
La relación institución-organización
Se trata de una relación recíproca no
unilateral ► Institución
↓ ↑
Organización
Las organizaciones, en un tiempo y en un lugar determinado, materializan el orden social que establecen las instituciones.
En las relaciones entre profesores y alumnos están
presentes aspectos, culturales, religiosos, económicos, políticos que actúan
como sustentos en los reglamentos y tecnologías en uso.
Es decir que las instituciones atraviesan las organizaciones y los grupos. Es este atravesamiento institucional el que permite comprender cómo determinados modos de “hacer” y de “pensar” se producen y se reproducen en una sociedad.
A través de un ejemplo gráfico, se puede observar de qué modo haciendo un recorte transversal sincrónico de una organización, en este caso la escuela, se observa cómo las distintas instituciones la atraviesan y la determinan.
Organización escuela
Instituciones → Ideológico / político / económico /
familiar / religioso / social entre otras
↓
↓ ↓ ↓ ↓
↓
La organización se convierte en un texto
para el análisis de la interacción. Es importante destacar también que las
instituciones de una u otra manera se hayan interrelacionadas, aunque siempre
existe la preponderancia de una sobre las otras. Por eso esta noción de
atravesamiento vertical de las instituciones, relativizan en algunas ocasiones,
la autonomía organizacional.
Las
prácticas de socialización de un niño, desarrolladas principalmente en la
familia y en la escuela constituyen un verdadero aprestamiento para el
desempeño de los roles sociales que como adulto le tocará vivir.
“Allí el educando adquiere la representación de los conceptos
de autoridad y de propiedad, aprende también la división entre momentos de
placer y trabajo y así progresivamente excluirá el juego de sus obligaciones.
La religión, si está presente en la familia y en la escuela, reforzará la
rigidez del orden simbólico que va internalizándose.
Finalmente los medios de comunicación (especialmente
la TV) terminan de consolidar el esquema mostrando los modos socialmente
admitidos para el desempeño de los roles sociales y constituyendo figuras
míticas, como en un tiempo fue el personaje animado de Dieguito Maradona.”
Schvarstein
Particularmente
creo que para que la escuela no caiga en un inexorable deterioro organizacional
y, por consiguiente institucional (como espacio educativo), hay que establecer
un punto de flexión, un lugar de
convergencia dialéctica donde los términos rigidez, disciplina, obligación,
sean tomados con una connotación diferente, en el marco de una plasticidad que
invite a una misma interpretación más allá de las relaciones asimétricas de los
sujetos que participen. Así también la Cultura de la imagen, que caracteriza
los avances de la tecnología digital del siglo XXI, debe ser controlada dentro
del espacio escolar a fin de que sea provechosa y no perjudicial en los
alumnos.
Para que las organizaciones posibiliten la
existencia de sus propias coherencias internas deben tener un orden horizontal
llamado transversalidad. Es decir
que deben construir su propia identidad
en la correspondencia de una dialéctica
instituido-instituyente y una dialéctica
sujeto-producido y sujeto-productor.
Cuanto mayor significatividad tenga su
transversalidad, mayor será su identidad por la interacción de ese
sujeto-productor.
En
las escuelas estos mecanismos que hacen a la dinámica de una organización, no siempre
se articulan de una misma manera y es por eso que, en algunas, los alumnos son
sujetos-producidos más que productores y constitutivos más que constituyentes.
Organizaciones y grupos
“Un grupo es un conjunto restringido de
personas, que por constante de tiempo y espacio, y articuladas por su mutua
representación interna, se proponen en forma explícita o implícita una tarea
que constituye su finalidad interactuando a través de complejos mecanismos de
asunción y adjudicación de roles” Pichon Riviére
Un
grado en una escuela es un grupo conformado por subgrupos (docentes/alumnos). Y
estos grupos están constituidos por personas, que desde una instancia
ontológica se los define como seres en movimiento, en un hacer constante y
participativo (o por lo menos así deberían funcionar)
Los
aspectos de los grupos son determinados a su vez por la organización: es la
escuela la que determina cuántos alumnos habrá en cada aula, cuántos turnos
tendrá el colegio, la que decide los contenidos temáticos y, a veces (según el
grado de rigidez del establecimiento), los métodos didácticos a través de los
cuales se los abordará, etc.
Teniendo en cuenta estas consideraciones,
se dice que un grupo es un “holón” o sea un conjunto de partes que funcionan
según las disposiciones de la organización. Por lo tanto el acontecer de los
grupos está en mayor o menor grado determinado por la organización que lo
incluye.
Si tomamos en cuenta los factores
institucionales que atraviesan las organizaciones, entre ellos uno de los más
relevantes, el económico, veremos que su presión y determinismo también recae
en forma directa en los grupos.
La
escasez de materiales didácticos, la falta de acondicionamiento de los
edificios, los magros y atrasados salarios del personal docente, son ejemplos
evidentes de este condicionamiento nefasto.
Reitero
que frente a estos determinismos organizacionales y grupales, impuestos desde
afuera, una posible resistencia o desafío sería ampliar el horizonte de la
transversalidad, donde los sujetos-productores actúen en la construcción de un
espacio organizacional con mayor autonomía y capacidad resolutiva.
Los
grupos representan distintas estrategias jerárquicas:
a. La
clase organizacional: Constituida por los miembros que integran la
estructura jerárquica. En la escuela:
Director, vicedirectores, secretarios, docentes, psicopedgogos, bibliotecarios,
preceptores.
b. La
familia organizacional: Constituida por miembros agrupados en función de
una tarea o finalidad. Estos grupos pueden ser simétricos: Los docentes agrupados para realizar el diseño curricular del año lectivo o los alumnos procurando satisfacer sus
necesidades adolescentes que no siempre tiene que ver con el “saber académico”. No
obstante es muy importante para salvaguardar la identidad de la escuela, que la
relación enseñanza-aprendizaje, en la que ambos grupos participan aporten lo
mejor de sí mismo a través de una
dialéctica basada siempre en el respeto
por el otro.
c. La
situación que determina la reunión del grupo: En el caso escolar no es lo mismo las relaciones enseñanza-aprendizaje
basadas en la flexibilidad de los talleres que en las determinadas por las
clases magistrales.
,
d. La
historia del grupo en la organización: Según el autor este factor está
relacionado con la organización-sujeto: Es necesario también, a pesar de
encontrar posibles soluciones a través de esas relaciones constructivas que
representan a la organización-sujeto,
no caer sólo en conceptos utópicos y reconocer que históricamente nuestro país
está atravesado por factores ideológicos, políticos y económicos que
fundamentalmente dan lugar a ese sujeto-objeto
subordinado por esa dimensión verticalista y asfixiante.
e.
Las características individuales de sus miembros hacen a la constitución de los
grupos: En la organización escuela es imprescindible antes de manejar
las dinámicas grupales conocer el historial de cada alumno: 1. Su coeficiente
intelectual
2. Sus características
psicológicas
3. Su rendimiento intelectual
4. Sus motivaciones (si existen)
5. Sus hábitos y relaciones con sus
pares
6. La constitución familiar y su integración en la misma.
Y
aquí entra en juego, en forma especial el rol del docente, cuado los factores
negativos que presenta el alumno, no le permiten la participación en los grupos
o el desarrollo individual. Con el aporte interdisciplinario
(docente-psicopedagógico) y el apoyo familiar se logra, en un gran porcentaje,
la recuperación del educando y su integración al aula
Retomando los conceptos formulados por
Schvarstein, el individuo-niño adquiere a partir de sus primeras prácticas de
socialización otorgadas en la familia y luego en la escuela, su verdadera
competencia de miembro social.
Pero
no olvidemos que, para un sujeto en formación, estas competencias, gradualmente
adquiridas, para ser miembro social deben ser guiadas, supervisadas y
controladas por los adultos para evitar que caigan debido a la inmadurez propia
de la edad en otro tipo de espacios que formen parte de estos nuevos paradigmas
pseudoculturales, marginados por la sociedad por ser nocivos y desprovistos de
valores éticos (alcoholismo, drogadicción, violencia, etc.)
Grupo-objeto
y grupo-sujeto en la organización
Cuando el atravesamiento de la organización
sobre el grupo adquiere características absolutas, este último se transforma en
“serie” (una forma de lo colectivo definido por Sartre, cuyos principios
organizadores son externos.)
Este es el grupo-objeto, sobredeterminado por la dimensión vertical de la
organización. Este grupo es un reproductor del orden establecido en una materialización de lo instituido. Este plano
se apega a lo normativo y deja de lado lo afectivo, lo personal del sujeto.
Cuando a la dimensión vertical de la
organización del grupo, se le puede añadir una referencia horizontal, se toma
en cuenta, más allá de lo normativo, la capacidad personal del sujeto, sus
necesidades y valores. Y allí nos encontramos con un grupo-sujeto dentro de la
organización.
En
el aula, la inmadurez del alumnado para
integrar un grupo-sujeto necesita, en
ocasiones, de la guía y estimulación
del docente.
Si
bien la consideración de las actitudes y motivaciones de cada uno de los
miembros son esenciales para la calificación de un grupo como sujeto o como
objeto; es necesario tener en cuenta en la escuela, el rol del docente, como la
persona encargada de abrir el diálogo. Es decir que para que los alumnos
satisfagan sus necesidades, y de esa forma logren una motivación, un vínculo,
una razón de ser convincente (para ellos) con la organización, necesitan de
esta dialéctica de necesidad-satisfacción, que a su vez es concurrente con la
dialéctica de lo instituido y lo instituyente (Freyre). Si logra este primer
paso, podrá exhibir más tarde como educando, su propia dialéctica
(producido-productor) que le permitirá enriquecer su capacidad de aprendizaje y
su adaptación activa y dinámica a la realidad que lo circunda.
A lo largo de su trabajo, podemos observar
como Schvarstein termina extrapolando los propios conceptos que desarrolla, hay
en él una necesidad de lograr cierta integridad para salvaguardar la identidad
de las organizaciones, pero también una realidad contextual que lo dificulta.
SERIE |
GRUPO |
OBJETO |
SUJETO |
INSTITUIDO |
INSTITUYENTE |
SUJETO-PRODUCTO |
SUJETO-PRODUCTOR |
ADAPTACIÓN PASIVA |
ADAPTACIÓN ACTIVA |
Estas
distinciones y caracterizaciones no son meramente taxativas, ni absolutas.
En mayor o menor medida dependen del marco conceptual y de la disposición de
los sujetos, ya que no siempre responden de las mismas formas a las diferentes
dinámicas grupales.
La
relación grupo-organización
►sus
integrantes
En esta relación, según las características
de: ► de la organización
► de las situaciones que atraviesan.
se pueden hablar, además de diferentes
paradigmas y tendencias:
a) Tendencia
a la autonomía: El grupo subordina “la relación con la organización” a las
satisfacciones de sus necesidades internas. En
el caso de los talleres de radio o periodismo, dentro del ámbito educativo,
trasciende en muchos casos, dadas sus connotaciones, los límites impuestos por
las organización. Se constituyen más de lo que pueden ser constitutivos. Son
enunciadores de sus propios discursos.
b) Tendencia
a la integración: El grupo se ubica principalmente como receptor en los
procesos de comunicación. Es decir que busca producir discursos producidos por
otros sectores de la organización. De alguna manera se afianza y se siente más
seguro frente a lo a instituido.
En
lo que hace a una situación de examen, los alumnos (de distintos niveles no
sólo secundario), prefieren responder a pruebas objetivas o cuestionarios
semiestructurados y evitar la exposición libre, dando cuenta así de sus propias
limitaciones, al tener que circunscribirse a un tema propuesto, reflexionar
sobre el mismo, jerarquizar sus ideas y por sobretodo tener que dar una opinión
personal sobre lo tratado.
Además de estas dos tendencias, existen dos
paradigmas subyacentes en la psicología social:
1. Paradigma
vertical: Reina un orden jerárquico instituido donde los grupos se sujetan
a la normativa impuesta por la organización.
2.
Paradigma de la horizontalidad: La organización se considera como un
conjunto de grupos y el orden surge de ese proceso de intercambio y
negociación.
El
rol de la escuela actual debería, en este caso, conquistar un punto medio donde
a los sujetos se les dé las condiciones necesarias para que actúen con cierta
libertad y así puedan actuar como
constitutivos y constituyentes a la vez. Por otra parte, los grupos a nivel
docente también deberían tener ese margen de transversalidad donde puedan
intercambiar opiniones con sus pares, al mismo tiempo, que negociar con las
autoridades, a fin de poder darles un perfil a la organización escolar más
adecuado con las necesidades emergentes de esta época y poder así procurar las
necesidades de nuestros educandos.
Los conflictos y su racionalidad subyacente.
El concepto de transversalidad y dialéctica de lo instituido produce conflictos
intergrupales o intragrupales.
Según Schavarstein, es necesario desentrañar en un
conflicto cuál es la realidad dominante. Él hace mención a distintos tipos de
racionalidades:
a.
Racionalidad política: La
lucha del poder y sus correlatos. Ej. Los
cargos directivos concursados o
digitados.
b. Racionalidad
afectiva: Basada en la capacidad para la integración de afectos. Ej. La escuela contenedora.
c.
Racionalidad tecnológica: Privilegio
de la tecnología digitada sobre otro tipo de acceso a los conocimientos y
saberes. Ej. Motivo de tensión y alerta
en las escuelas para procurar un manejo correcto e instrumental de los mismos.
d.
Racionalidad económica:
Llevándola a términos actuales, todo su mecanismo atenta a la dignidad del
sujeto. Ej. La reducción de salarios, la
falta de materiales didácticos, la falta de reparación de las necesidades
mínimas en la infraestructura escolar (como la rotura de vidrios de ventanas)
etc.
e.
Racionalidad ideológica: La
concepción del mundo y el lugar que la organización y, uno mismo como sujeto,
ocupa en él como razón de ser. Ej. Un
mundo globalizado, determinado por leyes del Mercado, consumista e
individualista deja de lado el sentido verdadero de la organización escolar.
f.
Racionalidad estructural: es
sostén de los principios organizativos para que su acción sea más eficaz.
Ninguna de estas organizaciones se
encuentra en estado puro, en tal caso hay que discernir cuál prevalece sobre
las demás.
Es además importante destacar la
importancia del lenguaje en las organizaciones para conocer la competencia de
los sujetos y la forma de sobrevivir en ellas. El lenguaje es visto como un
elemento que se relaciona con el poder.
El
concepto de situación
Las relaciones entre instituciones,
organizaciones y grupos tienen que ser consideradas a la luz del concepto de situación.
El concepto de situación que determina la particular “geografía” de un grupo
dentro de una organización tiene dos significados complementarios:
a)
El reconocimiento de los factores temporales y espaciales que inciden en los
aspectos sincrónicos y diacrónicos de la organización: Un ejemplo sería considerar un conflicto educativo dentro de un recinto
escolar en el momento en que se produce un desastre climático (sincrónico). Y
otro, muy diferente seria encarar ese conflicto tomando en cuenta el tiempo que
lleva sin posible solución (diacrónico).
b) Definir una situación: Comprometerse con
lo que está sucediendo, conocer los roles de los sujetos, sus espacios de interrelaciones,
sus contextos. En el ámbito escolar, es
tarea específica del docente, reconocer y evaluar las conductas de sus alumnos
en cada situación. Debe actuar como un facilitador del proceso por el cual, los
individuos-adolescentes adquieren esa competencia social que les permite luego
actuar en los procesos de socialización.
Existe entonces una competencia social organizada que
incluye el conocimiento por parte de sus miembros del lenguaje y de los modelos
de conducirse.
Instituciones,
organizaciones y grupos en relaciones de inclusión
Determinaciones recíprocas
Organizaciones
e individuos
Lo
que constituye a la organización es la comunicación y lo que constituye al
grupo es la interacción.
El sujeto debe ejercer la capacidad
reflexiva que le permite observarse a sí mismo y a los demás actuando en ella.
Una
tarea trascendental del docente es su desempeño, en su carácter de conductor y
coordinador de grupos.
La participación de los individuos en los
grupos y en las organizaciones se encuentra en función del desempeño de roles.
El
concepto de rol
El
enseñar, por parte del docente, y el aprender, por parte del alumno, son roles
prescriptos que la organización escuela, en este caso, comunica a los sujetos
que participan en ella.
El concepto de rol proviene del modelo
dramático de Goffman y convierte a los actores en personajes de una trama
argumental constituida para el logro de los procesos que se establecen
El concepto de rol organizacional
transforma al actor en personaje, distingue entre la imagen que un individuo
tiene de sí mismo (personaje) y su soporte material físico- biológico (actor)
Se distingue en el rol una función y su status
¿Para qué? Ubicación relativa en una estructura
No sólo de lo dispuesto por la organización
se nutre el sujeto para saber cómo debe actuar, sino que este sentido de la
comunicación en las organizaciones tiene un marco simbólico. Es decir que no
sólo se halla en ella lo explícito sino también lo implícito.
Remitiéndonos
a la organización escuela, el alumno no sólo recibe lo que podríamos llamar su
aprestamiento: Formarse antes de entrar, guardar silencio al izar la bandera,
saludar a los profesores cuando éstos ingresan al aula, en síntesis cumplir con
todos los requerimientos reglamentados de un modo explícito, sino que también
percibirá que los muros del patio, el uniforme que porta, la disposición del
mobiliario áulico, entre otros significantes, también le están connotando algo.
Es decir que toda organización tiene un
marco simbólico, cargado de significantes que los sujetos aprenden a
desentrañar a veces no de la misma forma.
Existen para Schavarstein dos competencias
que se ponen en interacción:
1. La
de la organización para denotar y connotar
2. La
del sujeto para decodificar. Esta última es la que determina la eficacia de
la primera.
Este
proceso de decodificación para los alumnos que son justamente sujetos en
procesos de socialización, resulta más dificultoso y exige en mayor medida la
presencia del docente como guía y facilitador del proceso.
Para Pichon Riviére, el rol se configura en
el encuentro de los mecanismos de adjudicación organizacional o grupal y los de
asunción individuales.
Se produce así un encuentro entre lo
organizacional, lo grupal y lo individual.
Además la prescripción organizacional, la
adjudicación de roles, pueden estar determinada por la dinámica de un grupo o
por la presión de un contexto social o el reglamento propio y, a veces poco
flexible, de la organización.
Cuando
los alumnos que conforman una dinámica grupal o de taller están lo
suficientemente motivados y estimulados pueden modificar o agregar ciertas
pautas a sus roles en beneficio de que su trabajo sea más productivo para todo
el grupo.
Por
el contrario, cuando el contexto social de la organización está determinado por
ciertas presiones externas o internas (si hace referencia a la estructura
jerárquica del organismo), el comportamiento de los sujetos en relación a sus
roles va a ser más pasivo, posiblemente confrontante o lo que es peor
indiferente en relación a los logros preestablecidos.
El
rol y el desempeño
En el desempeño de los roles organizacionales
hay dos exigencias en cierto modo antagónicas:
►La primera exigencia el carácter
estático. El rol desde una organización exige de una estrategia para afrontar
las situaciones que se repiten a menudo y por lo tanto exigen un comportamiento
estable tendiente a la consecuencia de un fin
En
el caso del proceso enseñanza-aprendizaje, tanto el docente como el alumno
tiene que cumplimentar con las exigencias determinadas por la organización para
alcanzar el fin previsto: El aprendizaje de determinadas habilidades por el
alumno.
Es decir que por un lado el rol tiene un
carácter restrictivo, concurrente con las necesidades de la organización.
►La segunda exigencia es un carácter dinámico, flexible y a eso lo llamamos
desempeño. Frente a cualquier obstáculo que pueda producirse, el sujeto debe
tener la capacidad o competencia necesaria para poder resolverlo.
Ante
cualquier tipo de dificultades en el proceso de enseñanza-aprendizaje, será el
docente quien tendrá a cargo la búsqueda de alguna estrategia didáctica
adecuada a fin de solucionar el problema.
De
modo que las organizaciones no pueden ser tan rígidas que establezcan o
cristalicen a sus actores en el alcance de sus logros; sino que deben permitir
cierta flexibilidad en el desempeño de sus funciones, a fin de poder sortear
los obstáculos que surjan y satisfacer las necesidades que en ese momento se
planteen.
La
relación docente-alumno constituye un modo de establecer la interacción que
prescriben las conductas de los participantes en cada uno de esos encuentros o
prácticas sociales; pero si bien la relación en la interacción de los roles es
asimétrica (y por ende está atravesada por el vínculo del poder), no resulta
negativa, si el docente en su rol de facilitador y coordinador, actúa como guía
del alumno para allanarle las dificultades.
Estas manifestaciones del poder, en ciertas
ocasiones, suele desplazarse de una institución a otra.
Los casos extremos de violencia llevados en
recintos escolares, la presencia del alcohol y la droga y otros narcóticos
exigen la intervención del poder judicial. Los casos de embarazos o abortos,
sobretodo, en establecimientos religiosos, requieren de la participación de la
Iglesia.
Los niveles de abordaje
Desde ese eje de la transversalidad u
horizontalidad: “organización-grupo, “rol-sujeto”, se puede abordar la
organización desde tres niveles lógicos:
1.
Nivel epistemológico:
Considera la relación entre sujeto y objeto de conocimiento. Implica el
reconocimiento de las organizaciones como construcciones sociales y el lugar
del observador que las define como tales.
Si
tomamos como ejemplo, una escuela tendremos diferentes visiones según hable de
ella el Director, los docentes, los padres, los alumnos, administrativos u
ordenanzas.
2.
Nivel ontológico: Define
el “ser del objeto”, en este caso la singularidad y la especificidad de las organizaciones respecto a otros
ámbitos de interacción social.
Para caracterizar ontológicamente, el autor
nos habla de identidad. Esa identidad se manifiesta a lo largo del tiempo como
un modo de definirla de acuerdo con su razón de ser.
Más
allá de los cambios estructurales que la organización escuela haya tenido que
aceptar debido a los diferentes atravesamientos de índole ideológica, política,
económica, social, su .identidad, hasta ahora,
no la ha perdido definitivamente.
3.
Nivel metodológico: Este
nivel considera los aspectos técnicos del trabajo con las organizaciones.
Fundamentalmente consiste en seleccionar las herramientas adecuadas para operar
en ese ámbito, como así también los factores que determinan esa elección.
Schvarstein hace en este nivel referencia a
un encuadre:
a) Unidades de análisis → el grupo
b) Los recursos de que se dispone → material didáctico, programas, biblioteca,
etc.
c) Los modos de comunicación → explícitos e implícitos
d) Las cuestiones económicas → salarios, recursos de la cooperadora, etc.
Es importante distinguir: a) los grupos → directivos, docentes, alumnos, etc.
b) las racionalidades
existentes → ideológica, política, económica,
religiosa, afectiva,
estructural
Etapas
de la metodología
1.
Prediagnóstico: Elaborar
una primera hipótesis en relación con las necesidades de la organización sus
propias capacidades.
2.
Análisis: El analista
recoge los significantes que le permiten significar su campo de trabajo y
manifiesta su preferencia paradigmática para trabajar, es decir horizontalidad
o verticalidad. Ante cualquier dificultad
en el orden escolar, resulta una estrategia mejor para recortar el campo de
análisis, trabajar con el paradigma de la horizontalidad y observar de qué modo
interactúan los sujetos del grupo y cuáles son sus necesidades o conflictos.
3.
Diseño: Buscar el modo más
conveniente de operar o actuar una vez identificado el problema.
4.
Diagnóstico: Se explicita
la hipótesis acerca del acontecer de la organización y sus causas determinantes.
Aquí se identifican las distintas racionalidades y se hace hincapié en aquellas
que están más involucradas consecuentemente en el conflicto. También se trata
de incluir un pronóstico; es decir una especie de pronóstico prospectivo.
5.
Intervención: Se actúa en
función del cambio que se desea lograr. El diseño de intervención se ubica en
uno de estos lugares: organización y su contexto
organización y los
sujetos
organización y las instituciones que las
atraviesan
Cualquiera sea el caso, toda intervención
debe basarse en la hipótesis subyacente en el diagnóstico y elegir las técnicas
de intervención más adecuadas para el logro de los objetivos propuesto.
6.
Evaluación: Se deben tener
en cuenta los aspectos cualitativos y cuantitativos relacionados con los
cambios propuestos por la intervención.
Es
necesario que la instancia de la comunicación esté presente en cada una de
estas etapas que a su vez se encuentran íntimamente relacionadas en su dinámica
de operar.
La organización
En el nivel ontológico, la organización se
ha caracterizado desde dos formas distintas: a. La que presenta un paradigma subyacente que podría denominarse adaptativo, por ser un sistema abierto
en la que se desarrollan las interacciones sujetas a modificaciones de acuerdo
con su contexto. Tal es el caso de organizaciones como los Clubes de barrios.
b. Las que presentan un paradigma de autoorganización, ya que se manejan
con un sistema más cerrado con el propósito de preservar su autonomía.
Es aplicable en una organización como el
Poder Judicial.
En la escuela, la racionalidad subyacente que
le da su propia identidad como organización al determinarle un claro propósito: Formar,
preparar a
los educandos como sujetos productivos-productores, necesita de la complementación de ambos paradigmas
del más cerrado para preservar la autonomía y la identidad que desde hace tanto
tiempo caracteriza a la organización escolar, y del más flexible, para permitir
dentro de su espacio físico, la construcción de nuevos consensos al formar
sujetos libres y capaces de interactuar con respeto y eficacia en la producción
de nuevas realidades.
Identidad
y estructuras
La identidad, según lo dicho anteriormente,
es aquello que distingue y se conserva a lo largo del tiempo.
La identidad se materializa a través de una estructura que es la forma que asume
una organización en un aquí y ahora concreto.
El concepto de estructura es lo que le da la flexibilidad a la organización, pues
sus componentes son los que están proclives al cambio. Mientras que la identidad es la que contiene los
rasgos distintivos de la organización.
Los elementos que definen a la estructura
pueden ser agrupados en tres dominios:
● El de las relaciones entre sus
integrantes y el contorno situacional
● El de los recursos que se disponen
y el uso productivo o no que se hace de ellos.
● El de los propósitos que orientan
las acciones y programas existentes para su implementación y control.
A su vez estos tres dominios se articulan
por procesos
:
► Adjudicación y asunción de roles
► Capacitación
► Productividad
En el siguiente gráfico observamos como los
tres dominios se articulan con los distintos procesos: dominios
procesos
Identidad
Productividad
Los procesos de capacitación permiten a los
sujetos adquirir los conocimientos y habilidades necesarias para utilizar las
capacidades existentes.
La
introducción de audiovisuales en una escuela genera la necesidad de capacitar a
los docentes en el uso de estas nuevas técnicas.
No obstante los modos en que una
organización formal adjudica roles son distintos de los que se otorgan en la
espontaneidad de una dinámica grupal.
En
una escuela existen los cargos directivos o docentes que, siguiendo las
condiciones preestablecidas, son adjudicados por concurso, puntaje, etc. Por
otra parte, dentro del espacio áulico, los cargos o liderazgos pueden emerger
de los talleres o de las dinámicas
grupales que se realizan como tipos de estrategias para la enseñanza.
Sería posible reconocer en los procesos de
adjudicación modalidades, que a mi entender están más relacionadas con las
conductas que se pretenden lograr en el
otro, específicamente, en este caso en el alumno.
MODALIDAD INDUCTIVA (denota). El sujeto es inducido a adoptar cierta conducta DEDUCTIVA (connota). Se conduce al sujeto para que deduzca
ciertos mensajes implícitos que forman parte de la cultura organizacional |
PRESCRIPTO |
PROSCRIPTO |
Pagar la cuota de la escuela del 1 al 10 Motivar al alumno para que lea con interés un
determinado texto. |
Desautorizar a un docente frente a la presencia de
un alumno. Concientizar sobre las consecuencias negativas que
puede traer la falsificación de una firma. |
La organización y el poder
Todas las organizaciones están atravesadas por el poder. Sin embargo no
hay que dejar de reconocer que toda negociación no convoca a las partes en
iguales condiciones. Siempre el peso de lo instituido recae sobe lo
instituyente.
Según Foucault donde hay poder, hay resistencia. Y esa resistencia, a
mi entender no debe caducar nunca. De lo contrario la organización se convierte
en un orden represivo
A
través de las organizaciones sindicales, las escuelas han conseguido, en algunos
casos, que la adjudicación y asunción de roles no sea “digitada” por un
verticalismo institucional, sino que se otorguen a través de un proceso más
democrático al establecerse concursos legalmente reglamentados.
. El
sujeto
Todo sujeto, como miembro de una
organización, tiene siempre un rol (o más) determinado por la misma.
Sin embargo hay que tener presente que,
antes de su ingreso a dicho organismo, él ya cargaba con su propio historial.
Personal
Sujeto Familiar
Organizacional
(antecedentes)
Esta historia lo condiciona como un sujeto
“aprehendido”
“El niño, antes de ingresar a la escuela, ya
tiene un aprestamiento social notablemente influenciado por la cultura de la
imagen y la tecnología digital. Además dentro de su entorno hogareño, las
relacione asimétricas (padres-hijos, abuelos-nietos), son reconocidas, aunque
en un gran porcentaje de casos, no con el mismo grado de significación que
connotan o que debieran connotar.”
Existen en las organizaciones, sujetos que
por su historia personal son mucho más permeables a las influencias externas,
mientras que otros ofrecen más resistencia a las señales que vienen del exterior.
Según Schvarstein, dentro del “interior de
un sujeto podemos apreciar cuantitativamente de qué modo está representado el
mundo exterior y su propio mundo interno
Mundo externo |
Mundo interno |
Mundo externo |
Mundo interno |
La situación ideal es la de un equilibrio
dinámico que posibilite el corrimiento entre uno y otro espacio de acuerdo con
las necesidades o los requerimientos de la situación.
Ateniéndonos
a la situación del educando, “como sujeto en formación para....”, es importante
que el docente en su rol de facilitador-guía, controle, regule y dosifique, en
lo que es posible, todo aquello que entra del mundo exterior.
De
lo contrario la cultura de la imagen, en la actualidad, ya bien afianzada por
los medios, invadirá libremente (video clips, video juegos, publicidad) el
espacio interior del alumno corriendo el riesgo de distorsionar su propia
realidad al mezclar permanentemente lo virtual con lo real.
Si trasladamos esta relación entre el mundo
externo y el mundo interno a las diferentes organizaciones, nos encontramos con
algunas cuyo mundo interno es más amplio y rico, donde se constituyen como
organizaciones-sujetos que mantienen firmes “su identidad” a lo largo del
tiempo.
Lamentablemente
la crisis de la escuela hace que, poco a poco, su mundo interno se vaya
reduciendo junto con sus valores; lo que consecuentemente acarrea un extravío o
pérdida de identidad. Mientras, simultáneamente el mundo externo que la rodea,
la va asfixiando por la inevitable irrupción y presión de otras instituciones.
Esta
tensión ocasionada termina convirtiendo la escuela en un organismo-objeto; es
decir en un espacio donde la trama argumental no va a ser escrita por ella sino
por las diversas racionalidades (ideológicas, económicas, políticas) cuyos
intereses siempre serán prioritarios a los fines de la escuela.
Las sociedades, según hemos visto, no son
viables sino a través de las organizaciones. Sin embargo para Schvarstein, esta
relación organización-sujeto presenta cierta situación difícil de adecuar o
armonizar, la cual él denomina
“contradicción entre individuo y organización”
INDIVIDUO
ORGANIZACIÓN
autonomía dependencia
instituyente instituido
productor producido
incertidumbre determinismo
flexibilidad rigidez
desestructuración estructuración
apertura cierre
Ambos polos presentan éticas diferentes. Si
nos inclinamos del lado de la organización, la presencia del individuo es la
amenaza del desorden. Sin embargo frente a esta perspectiva, que impone la
prevalencia de lo instituido, lo normativo y el determinismo, la capacidad
creadora del sujeto quedaría aniquilada.
De modo que ante estas contradicciones
inevitables que se da, en mayor o menor grado, en todas las organizaciones, hay
que tratar de manejarlas con una ética pertinente y estrategias que dependerán principalmente de la
situación de ese momento particular.
Conclusiones
Creo que los lineamientos de este trabajo
reflejan una clara inclinación hacia las relaciones grupales, la fuerza del diálogo,
el poder de la dialéctica como generadora de nuevas políticas educativas, las
comunicaciones inter e intragrupales y, como abarcadora de todos estos temas,
la psicología social.
Además todos estos factores, los considero
como determinantes o, más precisamente, “detonantes” de los cambios que hay que
realizar en la institución educativa.
Por otra parte tuve en cuenta, a la hora de
seleccionar un autor, la nacionalidad y por consiguiente la contextualidad del
mismo. Me parece que, en este caso en particular, en el que se analiza el
accionar de los sujetos y sus contextos dentro de las organizaciones, no hay
nadie más capacitado para referirse a ellos, que aquél que forma parte
constitutiva y constituyente de esta sociedad tan compleja y crítica a la vez.
Estimo que me guié por la “Psicología
social de las organizaciones”, porque me sentí identificada con muchos de los
conceptos vertidos por Schvarstein, prueba de ello son mis reflexiones y
proyecciones ejemplificadoras en relación con la escuela.
Del mismo modo, pude establecer ciertos
vínculos con otros sociólogos mencionados en la introducción de este trabajo.
En relación con los que dejé a la vera del
camino, fue más que nada por una cuestión de coherencia argumental en mi
exposición, pero creo que todos y, en particular Bourdieu, hubiesen contribuido
al enriquecimiento de este texto
.
Retomando el tema central de mi trabajo, y
a modo de cierre, diré que toda sociedad existe, permanece y cambia conforme
con las diferentes prácticas sociales que nosotros los actores (cumpliendo
diferentes roles), realizamos a lo largo del devenir histórico.
En este momento crucial, lo que cuenta es
pensar (colectivamente) de qué modo podemos salir de esta crisis social,
económica y política en la que estamos inmersos.
Tal vez, por mi condición de docente, sigo
sosteniendo que la escuela es el pilar fundamental y el espacio clave de la
sociedad para lograr el cambio. Como formadora y productora de ciudadanos
autónomos, reflexivos, creativos y responsables, es la depositaria principal de
los destinos de nuestra patria.
Posiblemente este no sea más que un simple
imaginario social en el que yo creo. Sin embargo pienso que este imaginario
interiormente conlleva una semilla simbólica y vital: la juventud, la cual algún día echará raíces, y la extensión de
esas raíces dependerá, justamente, del abono que los adultos de hoy hayamos
elegido para fortalecerla y arraigarla cada vez más a nuestro suelo y a nuestro
ser nacional.
Susana
B. González