VOLVER
A LAS FUE
Prof.
Susana B González
“Un grupo de profesores de Harvard acaba de
escribir que los chicos más creativos no son los más expuestos a la pantalla
de la computadora” afirma Jain
Etcheverry en su artículo Volver a pensar de la Nación.
Es
incalculable el potencial creativo del hombre y lo fácil que se estimula a través
del pensamiento.
Desarrollar
nuestra capacidad de pensar y reflexionar sobre nosotros mismos y el medio que
nos rodea es un objetivo que no debe dejar de lado la escuela.
Lamentablemente
un alto porcentaje de padres y aun de docentes piensan que la computación es lo
esencial en la formación de sus hijos, sin comprender que muchas veces el uso
de la máquina es una actividad meramente operativa en la que no siempre se
compromete el razonamiento.
El volver a
pensar está estrechamente relacionado con el regreso a la lectura, fuente
inagotable que permite el desarrollo de distintas habilidades. Gracias a su
ejercicio diario, el alumno incrementa su capacidad imaginativa, enriquece su
vocabulario y mejora su ortografía y dicción.
El hombre es
el ser más perfecto que hay sobre la tierra. Su pensamiento lo hace diferente y
superior al resto de las criaturas porque, justamente, es ese pensamiento el que
le otorga la posibilidad de elegir lo que cree mejor para su existencia. En su
ensayo El Defensor, Pedro Salinas nos dice “El hombre se posee en la mediada
en que posee su lengua.”
El lenguaje
es el instrumento más eficaz que tiene el ser humano para comunicarse. Gracia a
sus actividades lingüísticas, se relaciona socialmente, se informa, accede a
valores culturales y, por consiguiente, se enriquece.
La lectura resulta ser la fuente de enriquecimiento personal más
importante que nutre el espíritu y el intelecto humano. Es, pues, una
misión específica de la escuela lograr, en el alumno, el hábito de la
lectura, ya que ésta se convertirá luego en un método de educación
permanente.
Las últimas encuestas realizadas en el
ámbito educativo señalan alarmantes resultados en cuanto a errores de ortografía,
sintaxis y comprensión lectora. Estos datos son manifestaciones visibles de una
evidente crisis que afecta la integración de la lectura y la escritura en el
mundo juvenil.
Si bien las causas principales se
centran en el área educativa, el desinterés, la falta de motivación y las
dificultades de aprendizaje guardan una estrecha relación con el deterioro
socio-ecónomico, la alteración de los valores y los avances de la tecnología.
Es de público conocimiento que la gran
transformación educativa de este fin de siglo tiene como punto de apoyo a la
Informática. Las computadoras han sido recibidas con entusiasmo en las
aulas. Sin duda que los jóvenes son seducidos más fácilmente por ellas que
por una novela clásica o un lápiz y una hoja de papel.
Pero es fundamental, en estos momentos,
preguntarnos qué lugar ocupan las computadoras en el proceso enseñanza-aprendizaje.
¿Pueden llegar a sustituir el rol del docente?
Algunos directivos sostienen que, a
través de ellas, los alumnos, en el área de Lengua, aprenden a escribir más
cantidad de palabras, en menos tiempo, y con un mínimo de error. Sin embargo,
con este método, dejan de lado dos aspectos fundamentales del campo lingüístico:
a) La destreza motriz para aprender a escribir con soltura y claridad. b) El
manejo correcto y fluido de la expresión oral que, seguramente, el alumno no va
a conseguir nunca sentado frente a una pantalla.
La imperiosa necesidad del conocimiento informático para
alcanzar una inserción laboral más rápida es otro de los argumentos
presentados para impulsar la informatización en las escuelas. En relación con
esto, una revista estadounidense, Oppenheimer, cita a Joseph Wizenbaum, profesor
emérito en Informática del Massachusetts Institute Technology, quien afirma
que “los
estudiantes que quieren acceder a esa prestigiosa Universidad podrán aprender,
en un verano, la informática que necesiten para ingresar.” Oppenheimer
advierte, además, “contra el peligro de que la inmersión de los escolares en el mundo de
las computadoras estorbe el desarrollo de las aptitudes fundamentales: lectura,
reflexión creatividad.”
La lengua debe ser tomada, en las
escuelas, como una materia básica que, sistemática y gradualmente, va formando
al alumno. La Computación tiene que ser considerada como una asignatura
instrumental que facilite la comunicación y el trabajo, sólo debe actuar como
un medio para alcanzar el objetivo deseado.
Es un compromiso de todos nosotros, los
educadores, fomentar, en el alumno, el gusto por la lectura y encontrar nuevos
caminos que estimulen, en los jóvenes, el contacto con los textos. Textos que
están en los libros, diarios, revistas, afiches, folletos, gráficas, etc.
También debemos enseñarles a abordar las diferentes tramas, comprender sus
mensajes, recibir sus instrucciones, y alcanzar el goce estético cuando se
trate de una obra literaria.
La lectura es una actividad
eminentemente intelectual. Leer y aprender son conceptos indisociables. Es
imprescindible que se lea comprendiendo porque, a través de la lectura
comprensiva, el educando incrementa sus conocimientos, enriquece su mundo
interior y afianza el dominio de su lengua.
Finalmente, y a modo de corolario, cabe
destacar que, tanto ayer como hoy y siempre, la formación de libres pensadores,
a través del dominio de su lengua, debe ser prioridad máxima de la escuela.
Diario UNO, Mendoza, 11 de enero del
2000